Todos nos hacemos mayores. Todos dejamos las ilusiones a lo largo de la carretera mientras el cuerpo se pudre camino a la tumba. Pero, por fortuna, también acumulamos recuerdos entrañables que van íntima y paradójicamente ligados a aquéllas. Uno de los que yo guardo en algún lugar privilegiado de mi cerebro es haber vivido en primera persona el nacimiento, desarrollo y muerte de Gluecifer. Disco a disco, concierto a concierto, conocí junto a mi amigo Roberto —que desde hace unos años vive en Londres— la ilusión del rock and roll como otros la conocieron antaño con Deep Purple o Thin Lizzy. Obviamente, la obra de mi querida banda noruega no puede competir con la de los dos grupos mentados, pero durante su existencia no publicó Gluecifer ningún álbum —y fueron cinco— que no mereciese la pena. De ellos, Soaring With Eagles At Night To Rise With The Pigs In The Morning es, sin duda, el más perfecto, pero Basement Apes (2002) —cachondo juego de palabras para el cuarto trabajo de los noruegos, primero con SPV— se queda a escasos pasos. Sin perder por el camino la energía y la arrogancia, el quinteto accede a sonidos más modernos, redondea los cortes con pianos eléctrico y acústico, órgano, mellotron y percusiones y aliña su hard & punk con algo de garage y rock clásico. Eso sí, cuando el disco ha terminado tienes la misma sensación que con los anteriores: un tráiler tras otro, igual en número al de canciones interpretadas, te ha pasado por encima y tu cuerpo no responde a estímulos externos.
Automatic Thrill, también editado por SPV, mantendrá el interés, pero marcará el fin de una carrera explosiva. Gluecifer no podía convertirse en una reliquia, aunque tampoco pensar en la renovación constante para estar a la última y terminar renegando de lo que le daba la vida: Biff Malibu y sus socios eran una banda de rock and roll. A ninguno de los asistentes a su gira española de despedida, en septiembre de 2005, nos quedó duda alguna tras otra demostración de clase y pundonor ante un público que pedía más, más y más. Pero no había más. La ilusión se desvanecía mientras Roberto, mi hermano pequeño y yo comentábamos detalles del concierto caminado por las calles oscuras de Madrid. Ya solo en el metro supe que una cosa así jamás se volvería repetir. A día de hoy, aunque no sienta nostalgia alguna, sigo sin haberme equivocado.
Totalmente de acuerdo, siempre fueron menos mediáticos que por ejemplo The Hellacopters, Backyard Babies o Turbonegro, pero discos como Tender Is Savage bien merecen el aplauso. Excelente repaso, Gonzalo, un abrazo bien fuerte.
ResponderEliminarNo los conozco, joder me da la impresión de que cada día se menos, es increible, intentaré acercarme a esta banda de la que tan bien hablas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que es difícil pasarse por aquí sin que Gonzalo nos diga sutilmente que hay miles de discos que no conocemos xD
EliminarBasement Apes, qué cachondos. Y el nombre, Gluecifer, también se las trae.
Yo prefiero a Gluecifer, aunque los Hellacopters fueran buenísimos, Turbonegro muy divertido y los Backyard Babies autores del excelente "Total 13", Alex.
ResponderEliminarCuanto más conoces y aprendes, Addison, aumenta esa impresión.
No es que este blog tenga intención alguna, Dani, pero si gracias a él hay gente que conoce, y llega a apreciar, discos que yo considero válidos, pues la verdad es que cobrará cierto sentido Ragged Glory.
Un abrazo para los tres.
Como siempre que leo una reseña tuya, me entran unas ganas locas de escuchar el disco en cuestión. Siempre me he centrado en Backyard Babies, Turbonegro y (en menor medida) Hellacopters. Sabía de la existencia de Gluecifer, y que era un grupo incendiario, pero nunca me he puesto con ellos... hasta ahora.
ResponderEliminarMi eterna gratitud.
Pues te espera, Dave, una gozosa tarea. Gracias a ti por pasarte y comentar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como supongo intuirás, buen Gonzalo, los Gluecifer me enchulan una barbarité, particularmente y sobre todo sus tres primeros LP's. 'Basement Apes' me parece bueno -muy variado con respecto a sus predecesores- pero al mismo tiempo -y en mi opinión,claro- marca una pequeña bajada que culmina en esa agridulce despedida -en mi opinión!- que es 'Automatic Thrill'.
ResponderEliminarSería maravilloso que volviesen, imagina: Tener a Biff de vuelta en el negocio y de paso retirar a los flojísimos Bloodlights de la circulación.
Rock-On!
Intuyo y sé, Tyla, pues hay comentarios tuyos en todas las entradas que he hecho sobre Gluecifer. Bueno, ya sabes mi opinión, pero la tuya aquí siempre es muy tenida en cuenta. ¿Viste alguna vez en vivo a Gluecifer? Sí, Bloodlights no valen casi nada, una pena.
ResponderEliminarUn abrazo.