Que en el año 2010 se vea
proyectada por un saxofonista canadiense en suelo ruso —o antiguo suelo
soviético, ahora que el capitalismo todo lo destroza—, habla de lo alargada
(infinita le parece a uno) que es la sombra de John Coltrane. Vive con ella,
que no de ella, François Carrier sin problema alguno, pues ha sabido alumbrar
maneras sin eludir el influjo del genio, asumiéndolo en la búsqueda de vías
contemporáneas para una música que dio lo mejor de sí en los años cincuenta y
sesenta del siglo pasado.
Tercera referencia consecutiva
que ve la luz para dejar constancia de su paso por el país de Tolstói, In Motion (2011) da fe de una actuación
en San Petersburgo el 21 de diciembre de 2010, al igual que All Out la daba de un concierto el día
anterior en la misma ciudad, e Inner
Spire capturaba al trío en Moscú el 19 del mismo mes. Junto a su baterista
Michel Lambert y al pianista Alexey Lapin, Carrier nos ofrece cinco temas
“completamente improvisados”, tal cual se asegura en la contraportada del CD y
percibe el oyente mínimamente avezado al reproducirlo. Libres de cualquier
atadura o corsé —la coartada o el parapeto del himno hundidos en el recuerdo—,
los tres intérpretes se mueven entre el expresionismo atonal que desarrolla en
sus últimos años de carrera el autor de A
Love Supreme (This Grand?, tour
de force de dieciocho minutos) y la música concreta (Is He…, All Of A Sudden, About To Go), si bien desde la
perspectiva de un jazz orgánico que no abandona la caza de la melodía que
siempre acecha. Love In Space, para
finalizar, sintetiza ambas tendencias en el tema más corto de un trabajo hecho
de improvisaciones magníficas que asumen una herencia evidente, pero que, a su
vez, no quieren ser dogmáticas o concluyentes, sino parte de ese movimiento al
que alude el título.
No puedo terminar este texto sin
hablar de quién no está, pues la ausencia de contrabajo en la grabación hace
inevitable recordar a Pierre Côté, habitual de Carrier en sus primeros discos y
músico superlativo cuya habilidad con su instrumento impresiona. No quita esto
valor alguno a In Motion —que nadie
piense mal—, pues Carrier, Lambert y Lapin expulsan sobre el escenario tal
cantidad de belleza que no es necesario añadir nada a lo que esculpieron
—valiéndose de “un montón de libertad”, como escribe Roger Chenier en el
libreto del álbum— aquella jornada en San Petersburgo.
NOTA: Esta entrada fue escrita a petición de mi amigo y gran experto en jazz Pachi Tapiz, quién la publicó originalmente en su blog el 24 de febrero de este año. A él y al no menos querido Agente Cooper, siempre atento a mis textos "jazzeros", va dedicada.
Gracias por la parte que me toca de la dedicatoria, Gonzalo. Una vez más, un nombre que me es desconocido y una sensibilidad al escribir sobre esta música tal que el deseo-la necesidad!- de hacerse con él es irrefrenable (aunque antes caerá "The sidewinder" jejeje).
ResponderEliminar"Alargada e infinita" la sombra de Coltrane...desde luego...preguntabas hace poco "dónde estabán los 60"...dónde están artistas como Coltrane creadores de un lenguaje y un universo tan rabiosamente propios?
Abrazos.
De nada, Agente, gracias a ti por tus palabras. "The Sidewinder" va primero, no lo dudes. Pues sí, los sesenta fueron un década impresionante, pero lo de Coltrane es de otro mundo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todos te queremos, Agente Cooper!
ResponderEliminarPrepárate, Gonzalo, que el día que me meta en el jazz voy a inundar de comentarios las entradas al respecto, jejeje.
Rock-On!
¡Me echo a temblar, ja ja ja! Con el jazz vas a alucinar, Tyla. La próxima entrada, por cierto, va muy en tu onda. Ya me dirás.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gonzalo me estás animando a entrar en este mundillo, enseguida cojo vacaciones y tengo prevista una avanzadilla en este mundo, tengo unos deberes puestos por ti pendientes que aprobechare como bautismo de fuego, te contaré.
ResponderEliminarPor cierto pensaba empezar básicamente con Coltrane, por lo grande que decís todos los expertos que es, ¿acierto?
Un abrazo.
Me cuesta mucho decir a alguien por dónde debe empezar en el mundo del jazz, Addison. Pero, bueno, si quieres entrar a saco con Coltrane, prueba con "A Love Supreme" y "Ascension". Luego tienes cosas anteriores y menos brutales, pero igual de hermosas, como "Giant Steps" o "My Favorite Things". Es un artista fascinante, ya verás.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por la dedicatoria, aunque nuevamente te voy a dar las gracias por haberte animado a colaborar en Buscando un nombre. Un abrazo para ti, y para quienes os vayáis a animar a meteros en eso del jazz, los consejos de Gonzalo son un buen camino de entrada. Un saludo y feliz septiembre.
ResponderEliminarPachi
Los que estéis interesados en introduciros en el mundo del jazz, ¡leed el blog de J.F. Tapiz! Ahí sí que hay jazz del bueno, de ahora y de siempre. Y lo digo totalmente en serio. Ya sabes, Pachi, que fue un privilegio colaborar contigo.
ResponderEliminarUn abrazo.