domingo, 2 de marzo de 2014
All You Can Eat
De los New York Dolls a los Stones, de los Beatles a Otis Redding, de Little Richard a los Animals, de Bo Diddley a los Stooges, de Chuck Berry a Ike & Tina Turner, de Sam Cooke a los Sonics: así, con la vista puesta siempre detrás de 1974, los Meows han construido un pequeño pero perfecto edificio de rock and roll que a día de hoy, y en espera de que se añadan nuevas plantas, culmina el excepcional All You Can Eat (2011), una obra maestra en su terreno que, si bien —en la línea de los trabajos que le anteceden— aplica fórmulas pretéritas, lo hace a la altura de quienes las patentaron, cosa que a muchos extrañará al tratarse de un semi ignoto quinteto catalán alérgico a la fama o la exposición. En efecto, incluso a mí me suena raro al escribirlo —¿cómo coño va a haber alguien capaz de revivir épocas pasadas sin caer en la copia inane?—, pero en cuanto la aguja toca ambas caras del elepé y recorre los surcos que guardan sus doce cortes (nueve de la banda, tres versiones), el vendaval de música del diablo deliciosamente sazonado con soul y merseybeat impide otra consideración. Los Meows han obrado el milagro de consolidar un sonido particular homenajeando siempre a sus referentes, haciendo que sus composiciones sean tan buenas como las ajenas —el encaje es impoluto—, y poniéndolas en escena con la exactitud pasional de quien es un maestro en lo suyo sin dedicarse profesionalmente a ello. La producción del ubicuo Santi García, que también hace coros y toca percusiones, y el piano de Víctor Puertas encumbran aún más a un grupo que en All You Can Eat —literalmente— se sale. ¿Que la portada no les gusta o no han oído hablar de estos cinco catalanes? Cierren los ojos, escuchen el disco y dejen que el mejor rock and roll (de hoy y de ayer) vuelva a hacerles sentir, a emocionarles profundamente, y les ayude a empezar con buen pie el fin de la hibernación que empezamos a intuir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tendre que escucharlo en cuanto lo consiga por lo legal o ilegal tiene bastante buena pinta
ResponderEliminarRecomendación de la casa, Bernardo. Rock and roll de primera categoría, da igual la vía por la que te entre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una maravilla Gonzalo, además pude verlos en Sevilla el año pasado. Es un disco vertiginoso, no deja respiro, de estribillos y coros contagiosos y, curiosamente, el preferido en mi casa cuando hacemos viajes con los peques. Sin duda hay que hacerle justicia como uno de los mejores discos de un grupo español en los cinco últimos años. Saludos
ResponderEliminarTotalmente desconocidos para mí (miento, quizás alguna referencia en el Ruta pasada por alto...). Les prestaré, a partir de ahora, la atención merecida después de tan convincente entrada..., y sí, ya se adivina el fin de la hibernación.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Curiosamente yo les he visto en directo teloneando a Biscuit, que en aquella ocasión no tuvo rival. Vaya viajes con tus hijos, Antonio, con un padre así ya se puede. Totalmente de acuerdo, uno de los mejores discos hechos aquí en el último lustro.
ResponderEliminarMe alegra haberte resultado convincente, Javier. En el Ruta han hablado varias veces de los catalanes, sí. Por fin va muriendo el invierno, menos mal, a ver si nos vemos el 15 en el concierto de Fakeband.
Abrazos.