martes, 4 de marzo de 2014
Cluster 71
Solemos afirmar que el krautrock es el último movimiento realmente genuino que dio el rock and roll; pero aun siendo esto cierto, la realidad es que el kraut fue mucho más allá: utilizó el rock, lo transformó merendándoselo por completo para significar la identidad cultural europea sobre la primacía estadounidense que —tras su victoria en la Segunda Guerra Mundial como falso adalid de la democracia— se había impuesto (y todavía sigue ahí) en todo el planeta. Sin embargo, asimismo fue una respuesta, una declaración de independencia frente a la elitista vanguardia culta alemana (y del viejo continente), de la que se servía para articularla en el terreno de la música popular combinada con los sonidos que llegaban del otro lado del Atlántico en forma de mutaciones del rock y del jazz llamadas, verbigracia, Velvet Underground u Ornette Coleman. Es decir, como si aquellos artistas dijesen: "Oigan, yo no me caso con nadie, pero a nadie dejo de lado. Voy a ser radical, intransigente y riguroso en la plasmación de mis ideas, que serán solo mías, no las que usted —industria discográfica— o usted —conservatorio avanzado— me dicte".
Cluster, el dúo formado en Berlín por Dieter Moebius y Hans-Joachim Roedelius tras la ruptura de Kluster por diferencias creativas con quien completaba el trío, Conrad Schnitzler, y su debut de 1971, Cluster 71 o Cluster a secas, suponen uno de los ejemplos más tajantes de lo expuesto en el primer párrafo. Con la ayuda del mítico Conny Plank (productor de Neu! y Kraftwerk) en los controles y la composición, Cluster lleva el nombre del grupo hasta las últimas consecuencias al hacer de su primer elepé un drone de cuarenta y cinco minutos divido en tres partes con el único título de la duración de cada una de ellas. Órganos, generadores de audio y amplificadores son implementados para crear un paisaje electrónico e industrial en el que la guitarra hawaiana de Moebius y el violonchelo de Roedelius —modificados en el estudio— bien pudieran humanizar a las máquinas o ser fagocitadas por ellas, tan complejo, ambiguo y ambicioso es el resultado artístico del plástico. Coherente en extremo y fascinante si uno se deja arrastrar por su poesía y no trata de desmantelarlo intelectualizándolo, en Cluster 71, ya lo habrán imaginado, no hay rastro de lo que un oyente medio puede identificar como música rock; su vinculación con ésta la dan el fetichismo pop de la portada del ábum y sus fotos interiores —su publicación misma— y la integración del dúo en una tendencia que lleva el sufijo "rock" en sus caracteres. La estricta escucha del disco —por poner un ejemplo muy claro— nos sitúa del lado de John Cage o Pierre Schaeffer, no del de los Rolling Stones o Led Zeppelin, pero Cluster 71 queda fuera de vinculaciones restrictivas a uno u otro lado de la barrera. La concentración que de él emana y el convencimiento de sus creadores hacen inútiles discusiones bizantinas: solo provocan placer en quien conecte con ellos y quiera ensanchar su espectro. Ni groupies ni partituras: música, sonido (y viceversa).
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Me tengo que meter más con el krautrock leches, a ver si lo hago en condiciones. Tomo nota de este disco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sonando "Cluster 71" via youtube mientras escribo ésto. Como es habitual, toda una aventura adentrarse en este fascinante mundo del krautrock... e inquietante jejeje
ResponderEliminarUn abrazo.
Por tí lo descubrí, hace ya unos añitos, cómo pasa el tiempo, todavía recuerdo aquel email. Sinceramente no acabó de engancharme como otros de los que comentamos pero siempre me gusta eso de que no se casaran con nadie pero a nadie dejaran de lado. Abrazo.
ResponderEliminarÉste es un disco muy radical, Savoy, pero sí que debes entrar en el kraut: cuando escuches a Faust, a Kraftwerk o a Neu! comprenderás de dónde vienen muchas cosas que te gustan.
ResponderEliminarAlgo de inquietante tiene Cluster, cierto. Una aventura, Agente, todo lo contrario al arte que sigue las normas.
Sí, joder, parecemos amigos de toda la vida, Johnny. Cluster es una banda muy poco accesible, pero si entras en su mundo, la belleza de su música es extraordinaria.
Abrazos para los tres.
Ojo Gonzalo de Kraftwerk tengo casi todos los discos, eso si, de Faust y Neu! ando cojo.
ResponderEliminarUn abrazo.
No tenía idea de quienes eran Cluster, pero como siempre un placer leerte, y no sólo por lo que se aprende sino por el simple hecho de hacerlo, ya sabes, Gonzalo. Eres un estilista de las letras. Tu gran cultura ayudan también lo suyo ;-D
ResponderEliminarHasta otra, camarada!!!
PD. Ni que decir tiene (y ahora seguro que te dirás: entonces pa qué lo dice!?) que quedan apuntados. Algo se oirá…
Ok, Savoy, lo pensé luego.
ResponderEliminarMuchas gracias, Javier. Con lectores como tú, da gusto. Te espera una experiencia diferente, ya verás.
Abrazos.
Si amigo Gonzalo, estos tipos de Cluster, y la música que hicieron entonces, solo pudieron surgir en una Alemania que (momentáneamente y por efecto del sentimiento de culpa) no aplicaba el "über Alles" a todo lo que hacía. Yo los tengo en mi altarcito kraut B (con Harmonia y Guru Guru). En el A estarían Can, Amon Düül y Neu!) y flotando por encima de todos ellos Faust.
ResponderEliminarHay un maravilloso y completísimo libro escrito por Julian Cope, "Krautrocksampler", que repasa y revitaliza todo el estilo y a sus bandas más importantes.
Sie sind die Besten!!!
Abrazos,
JdG
Pues yo casi pondría a Cluster en el A, Javier, pero tu clasificación es bien juiciosa. Para mí, ya lo sabes, en lo más alto está Can, pero cierto que Faust es un grupo IMPRESIONANTE. El libro de Julian Cope me lo tengo que leer fijo, he oído hablar de él varias veces, y recomendado por ti ya se me hace básico.
ResponderEliminarAbrazos, maestro.
Hola hermano! muy buenas palabras las tuya sobre el disco. Lo voy a subir a mi blog (el jardin de las delicias psicodelicas) y te tomo prestado un parrafito tuyo que has escrito y me ha parecido muy acertado, espero que no te importe.... :B
ResponderEliminarmuy buen post, un abrazo!
Puedes tomar prestado lo que quieras, Jimi, solo te pido que me cites como autor del texto. Gracias por pasarte por aquí, me paso por tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo.