jueves, 20 de marzo de 2014
Fresas, coca y champán
No pasa del aprobado, pero merece la pena catar el primer disco de los dos que publicó Torazinas —cuarteto catalán más olvidado que la decencia por el gobierno de Mariano Rajoy— por su simpática irreverencia, formalizada en la apología del sexo y las drogas que a ritmo de punk rock esculpe (y escupe) Fresas, coca y champán (2002). Títulos como El poder de la línea blanca, Culos, Noches de orgía, Arena caliente, Tus bragas o Qué buen olor (el de la entrepierna femenina), musicados sin originalidad alguna pero con efectividad, esconden las letras que de ellos se espera y diversión procaz por doquier. Si pasadas las once primeras canciones hay alguien a quien todavía no le queda claro de qué palo va Torazinas o de qué habla su debut, una versión del Death Of Me de los Ramones y una invitación final a tragar el Elixir del diablo ("Siéntelo, está en tu boca, nena", "Lo pedirás con la boca abierta / y yo te lo daré") hacen las cosas más evidentes, si tal cosa cabe en un mundo de obviedades pornográficas y hedonistas. Me gusta duro insistirá en lo mismo dos años más tarde —entre medias un epé llamado Poper—, aunque en la vertiente gay y sadomasoquista, demostrando el grupo en su traca final que no había perdido el sentido del humor y las ganas de provocar. El problema es que cuando te conoce tan poca gente, tus palabras y tus acordes no tienen ni siquiera la posibilidad de hacerlo. Espero que al menos la publicación de esta entrada moleste un poco y amplifique la insolencia de Torazinas. Y es que (canten a todo trapo)
"Son tus bragas, nena,
lo que me pone a cien.
Son tus bragas rosas
lo que me coloca".
Etcétera.
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Probare un poco con ellos pero no soy gran amnate de esos sonidos
ResponderEliminarJoder y tanto que no me acuerdo, es que creo que no he tenido el gusto, pero me pongo a ello, me apetece una dosis de insolencia.
ResponderEliminarAbrazo.
Ja, ja, ja... me encanta el primer párrafo.... bravo!!!
ResponderEliminarHabrá que darles un meneo a estos catalinos.
Un abrazo.
Si te ves con ganas de una dosis de macarrismo, ya sabes, Bernardo.
ResponderEliminarAquí la tienes, Addison, que a veces cansa la corrección política.
Me alegra que te guste, Savoy. El disco, además, habla de temas muy cercanos a tus intereses.
Abrazos para los tres.
Hombre, por los títulos desde luego son temas de una onda de romanticismo que me atrae, sin duda.
ResponderEliminarMás abrazos.
Uff, Gonzalo, confieso que me ha asustado ver una entrada acerca del presente disco en tu blog, jejeje, pero al ver esa primera sentencia de "No pasa del aprobado" me he tranquilizado un poco.
ResponderEliminarHabía, hay, cierto culto con los Torazinas en ciertos círculos esotéricos del rock and roll. Al final cedí y me puse con ellos y, la verdad, no pudo parecerme más bizarro... "El poder de la línea blanca": Uf.
Supongo que cumplieron su función, cuando no era tan-tan común ver bandas de ese palo por la zona, con destellos a la escandinava y tal, pero a mi me resultan -y te ruego que me perdones, Maestro- harto cutres.
Rock-On!
Muy romántico eres tú, je je je.
ResponderEliminarRecuerdo aquel culto, Tyla. Entiendo que no te mole Torazinas, no te preocupes, aquí estamos para opinar sin cortapisas. A ver cuándo vuelves a escribir, figura.
Abrazos, pareja.