jueves, 8 de mayo de 2014
The Evil Powers Of Rock 'N' Roll
Los noventa, ay, los noventa. Tiempos del indie, persona (o personaje) derrotada por el capitalismo, pero que dentro del mismo se creía manejando un sistema de valores diferente. Los sellos alternativos competían con los mayoritarios —las multinacionales de toda la vida— publicitando a una cantidad de grupos nauseabundos, que, aunque tuviesen la vista puesta en Nirvana, Yo La Tengo, Pavement o Sonic Youth, no hacían sino convertir en vacío lo que en sus modelos era vida; clones feos que llevaban en su interior —seguramente sin ni siquiera sospecharlo— el fantasma que Marx creería ya muerto a esas alturas de la historia, pero que recobraba el poder absoluto tras el fin de la Europa del Este y la conversión de China en modelo neoliberal paradójicamente fomentado por el Estado. El buen y clásico rock and roll era ya también parte del pasado, de ese fin de las ideologías que llevaba construyéndose tres lustros atrás en Chicago. Los guitarrazos, la chulería y la sexualidad ya no valían: había que ser raro, andrógino y ornamental; había que ser independiente y políticamente correcto.
Por supuesto que el párrafo anterior —ya se habrán dado cuenta— narra la parte oficial de los hechos, o si no la oficial, sí la más generalizada. Al igual que no todos tragamos con la despolitización y las mentiras fomentadas y amparadas por Ronald Reagan y compañía, en los años noventa, sí, amigos, hay miles de bandas que defienden a capa y espada el legado de Chuck Berry y Elvis Presley. En Australia, en Escandinavia, en Japón… pero ¿en el país dónde nació el rock and roll? Pues sí, tranquilos, también allí —¡cómo no!— había gentes dispuestas a hacer sombra a Asteroid B-612, Hellacopters o Thee Michelle Gun Elephant, no se dijera que los de fuera lo hacían mejor que ellos. Los Supersuckers eran/son de Tucson, Arizona, han publicado nuevo álbum este año y hace quince, en 1999, editaban la que para mí es su obra maestra, The Evil Powers Of Rock 'N' Roll, reivindicativo título de la música del diablo cuyo contenido le hace justicia y compite en la misma liga de Not Meant For This World, Gear Blues o Grande Rock. Tan cerca del hard como del punk rock —Dead Boys, Ramones, Motörhead, Thin Lizzy, UFO, etc.—, el cuarteto liderado por Eddie Spaghetti logra en su quinto trabajo un absoluto equilibrio mediante su mejor colección de canciones, un sonido bestial made in Kurt Bloch y unos intérpretes que parecen comerse el mundo. No hay respiro ni bajón mientras suenas las doce composiciones originales y la versión del I Can't Hold Myself In Line de Merle Haggard; la banda es consecuente desde principio a fin, liberando una energía ajena al artificio y la pose mencionados arriba, hija de la contundencia, la autenticidad y la coherencia en su arrebato de creatividad fulminante. Estamos, como vulgarmente se dice, ante un discazo, de los que da gusto escuchar del tirón, de ésos que te dejan el cuerpo como tras una magnífica comida de las de toda la vida, con su café, su copa y su cigarro para quien fume. Una obra que no pierde naturalidad a pesar de la obligada vertebración de la misma —animales racionales— en acordes y letras cabales para la degustación del respetable.
Obviamente, la estulticia y la falta de principios también abundan en el roquero medio, y no solo el indie ha sido cooptado por el sistema, pero al menos en el plano estético, la dignidad y el acabado de la propuestas levantadas cuarenta años más tarde por los defensores del legado nacido a mediados de los cincuenta suele ser mayor; o, como mínimo, garantizan diversión y una precisión instrumental ausente en el territorio —metafóricamente— enemigo. Ambas —diversión y precisión— son máximas en The Evil Powers Of Rock 'N' Roll, un sublime balazo que sigue siendo azote de amaneramientos estúpidos y vacuidad de diseño.
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Pues si, yo también creo en el legado de Chuck Berry y The King y pienso que los Superchupadores son una de las bandas que más alto mantienen el pabellón del rock crudo, sin aditamentos, óptimo para ser devorado, digerido y eruptado conforme a lo que, también comentas, debe ser una buena comida, de las de antes, con café, copa, puro y polvo.
ResponderEliminarNo tengo este artefacto que comentas, solo el "The Smoke Of Hell", y de buena fe entiendo que, antes, mientras o después, esta gente no ha cambiado. Siempre nos ofrecerán sus intestinos para que nos solacemos en su grandeza.
Abrazos,
JdG
Estoy totalmente de acuerdo con la valoración que haces de los noventa, pero al igual que hay bodrios, estoy de acuerdo contigo, hubo gente maravillosa, también. Yo siempre suelo reivindicar a gente como Reznor, Patton, Fafara, el Corgan de los tres primeros discos, Navarro, Farrell... No sé: hubo mucho grande para mí.
ResponderEliminarSobre Supersuckers, de esa onda revitalizante del high rock n roll les perdí la pista porque de ese movimiento, aunque más duro, prefería a Monster Magnet o a las bandas escandinavas. Aun así, excepcional post, caballero. Como siempre, vamos. Un abrazo.
Si te gusta "Smoke", Javier, éste del que hablo te va a poner muy bruto, prometido. Diversión a raudales y electricidad de la buena.
ResponderEliminarPor supuesto que hay grandes artistas y discos en los noventa, 21st. Mira The Soundtrack Of Our Lives o Radiohead, por ejemplo. Yo creo que este disco de los Supermamones te puede gustar mucho, amigo.
Abrazos.
Ultimamente ando tan americana que estoy olvidando las buenas costumbres de toda aquella intensidad electrica que marcó mis noventa...,mañana toca día indie, grunch y decibélico en general.
ResponderEliminarAbrazos.
Un poco pesimista con la dirección del r'n'r , a ciencia cierto tampoco soy optmista pero tengo la esperanza que surja una nueva ola de grupos como los Suckers capaz de despertar esta época preocupada en el single que pueda obternerse y venderse por itunes o valga para recopilar en spotify más que un una actitud y un buen conjunto de canciones
ResponderEliminarLos 'Supermamones' una de mis muchas asignaturas pendientes. Creo que es hora de poner remedio, aunque la lista de espera de escucha es amplia, y habra que empezar por el que reseñas...
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana.
Desde el rock 'n' roll en los 50 al indie pasando por la contracultura 60's y el punk el sistema siempre ha sabido absorber y domesticar aquellas propuestas en principio ajenas a él. Joder, si como bien dices, China ha terminado convertida en paradiga del capitalismo salvaje! Reagan, Thatcher, Friedman, Fukuyama,... mejor hacer atronar de nuevo discos como The Evil Powers Of R'n'R o el superlativo DFFD.
ResponderEliminarUn abrazo, Gonzalo.
Date un buen baño eléctrico, Addison.
ResponderEliminarOjalá, Bernardo, pero cierto también que el rock and roll es un lenguaje bastante trillado, es muy difícil dar en la diana.
Aurelio, empieza por éste y no te arrepentirás. Buen finde también para ti.
Adalides del neoliberalismo los que citas… y amigos de Pinochet la mayoría (aunque para algunos todos los políticos sean iguales, les da igual Hitler que Allende). Qué cerca eso que llaman libertad del fascismo. En fin, volvamos al pedazo de disco de los Supersuckers o al no menos glorioso de los Dictators para olvidarnos de tanta escoria.
Abrazos para todos.
Discazo de la vida... Yo no veo -no sé si será cosa de la nostalgia o un dato objetivo- que se hagan discos de este calibre hoy en día.
ResponderEliminarRock-On.
Pocos, pocos, ni sus autores lo superan.
ResponderEliminarUn abrazo, Tyla.
Trilita pura. Lo compré por cuatro chavos de serie media (y ya al poco de salir -que recuerdo me sorprendió bastante-) encuriosido por las bondades que siempre le dedicaba el Ruta a la formación y es un k.o. inapelable en el primer asalto. Ariete en pleno esternón de los supermamones... Esa bisagra de los dos años últimos del pasado milenio y los primerísimos del nuevo me son de muy grato recuerdo a nivel "altos octanajes"... Esos Hellacopters o Thee Michelle Gun Elephant que tan fetén mentas (y con esos discos... la puuuta, con perdón), a sumar Zen o Bellrays por ej. ya tan cojonudamente apuntados en el pasado en esta casa. Gurú personal del garage for me, que ya se lo digo siempre y nuevo abrazo guzzero.
ResponderEliminarTambién le debo yo mucho al Ruta, Guzz. Discos de órdago los de todos los grupos que mencionas. Garage, hard, high energy… pero siempre rock and roll.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias. Un placer tenerte aquí por partida doble.
Eeste disco siempre me vuelve loco cuando se vuelve a pasar por mi oreja, es un puto bombazo!!, una patada en los güevos bien dada a una época llena de poses 'indies' como comentas en tus bien justificados párrafos iniciales. Me enorgullezco de poseer una camiseta viejísima, 'vintage' de aquel álbum que sigo luciendo con chulería cada vez que me la pongo.
ResponderEliminarSupermamones for all!!
Concisión y energía a raudales, Pupilo. Un bombazo, sí señor, cuya explosión no deja de repetirse cada nueva escucha. ¡Y qué envidia de camiseta!
ResponderEliminarUn abrazo.