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martes, 1 de octubre de 2013

Oasis


Oasis (1998) es, si no me equivoco, el segundo disco de la Chris Cody Coalition, nombre de la agrupación liderada por dicho pianista australiano residente en Francia. Apenas conozco de su biografía que es un intérprete de formación clásica seducido por el jazz (al igual que tantos), así que, como diría Aerosmith, dejaremos que sea la música la que hable, pues la del disco que vamos a despiezar es muy notable e interesante.


El Bahdja viene directamente del norte de África, de una Argelia desangrada por su guerra civil. El contrabajo de Lloyd Swanton, la batería de John Bartram y la percusión de Fabián Hevia nos introducen hipnóticamente en el álbum. Ligeramente avanzado el tema, la trompeta de bolsillo de James Greening, primero, y la guitarra acústica de Jon Pease, después, dibujan sendas melodías de fuerte sabor arábigo a las que se suman las teclas misteriosas y sugerentes de Chris Cody, pero no protagonistas. En Oasis Greening se pasa al trombón y su sonoridad inunda el tema, exceptuando el bello y relajado solo de Cody en la mitad del mismo y su coda final. After The Storm, el corte más largo de los nueve, se abre con una intervención de Swanton que prologa un tema lento, delicado y cercano a los once minutos en el que todos los músicos (Greening recupera la trompeta) recrean elegantemente el momento de calma que sigue a la tormenta. Flooze Booze visita territorios más explícitamente jazz, a medio camino entre la visión del bebop y el swing de Charles Mingus y la de Thelonious Monk, y nos regala espléndidas improvisaciones de Chris Cody y James Greening (trombón). No se aleja de ellos Monk's Mood, excelente versión del gran y mencionado pianista y relajado mano a mano de Greening y Cody, salvo por el breve y fiero garabato incrustado por Lloyd Swanton, John Bartram y el propio Cody mientras Greening mantiene la tónica perezosa del tema. En Green's Peace, Chris Cody se enfrenta solo al piano para realizar una entrañable dedicatoria a su amiga Elizabeth Green. Gare de L'Est sirve como contrapunto rítmico y animado —incluso hace aparición la guitarra eléctrica de Jon Pease—, pero no pasa de ser una pachanga intrascendente. Shadows Across The Land es una sentida balada de tono y tempo similares a los de Green's Peace (aunque aquí Cody se haga acompañar por su coalición) en la que tanto él como James Greening dan muestras de su sabiduría instrumental. African Dance pone punto final y simpático haciendo honor a su título y corroborando que Chris Cody y sus compañeros son músicos de mundo y contrastes. Si esto a veces entraña peligro de dispersión y buen rollo, aquí resulta convincente y logrado. Por si fuera de interés, añado que la pintura que sirve de portada —asimismo llamada Oasis— es del también australiano John Coburn. Todo queda en casa.