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jueves, 10 de enero de 2013

Dangerous Magical Noise

(…) no eres, pobre Augusto, más que un producto de mi fantasía y de las de aquellos de mis lectores que lean el relato (…).

Niebla, Miguel de Unamuno


¿Que no había bajo en los Gories? Pues, ¡toma!, aquí van dos, uno estándar y otro en fuzz, acompañados asimismo de dos baterías. ¿Que en nuestro anterior álbum solo había un tema original, pues el resto eran versiones de nuestros maestros (léanse, verbigracia, Sly & The Familiy Stone, Curtis Mayfield, Phil Lynott o Marvin Gaye)? Pues ahora incluimos únicamente dos canciones de otros compositores (King's Lead Hat, de Brian Eno y Executioner Of Love, de Robyn Hitchcok), que verán la luz nada más que en los mil primeros compactos* que se publiquen. ¿Que de qué hablamos? Pues lo hacemos de los Dirtbombs y nuestro tercer disco, el espléndido —según defiende el Señor Aróstegui Lasarte— Dangerous Magical Noise (2003). Nuestro guitarrista, cantante y compositor, Mick Collins —heredero de las mejores tradiciones musicales de nuestra ciudad, Detroit—, fundó el grupo tras la disolución de los Gories, y ha sido su proyecto más sólido y nutritivo desde los días en los que el trío autor de I Know You Fine, But How You Doin' hiciera leyenda. Siempre utilizando argumentos del responsable de Ragged Glory (por cierto, qué gran elepé de Neil Young), Dangerous Magical Noise sería una de las más impetuosas grabaciones que el rock and roll ha ofrecido en lo que va de siglo. Compuesta por ingredientes de sobra conocidos (high energy, punk, garage, glam y soul), la pócima funciona una vez más, aunque más estruendosa por la duplicada y mencionada base rítmica. Es, sin embargo, cuando la potencia disminuye que ofrecemos lo mejor de nosotros mismos. Afirma Don Gonzalo que le cala hondo la forma en que Mick canta en Stop sobre las relaciones sentimentales que se alargan cuando ya no tienen futuro.


"Me avergüenzo
de haberlo dejado empeorar tanto.
¿Cómo pudo algo tan bueno
convertirse poco a poco en algo tan malo?
Sabemos, sabemos,
que los dos tenemos el corazón roto.
Ha llegado el momento, el momento
de que nos separemos",

nos dice contenido nuestro líder, aun siendo las emociones tan patentes, pues sabe que es tiempo de guardar distancias y huir de la nostalgia. Dicho esto y destacada esta canción, añade el escritor de Madrid 3, Dangerous Magical Noise no conoce altibajos y es un disco defendible de arriba abajo, en buena medida gracias a la vehemencia puesta por sus intérpretes en el momento de ser registrado. Quizá demasiado enardecida, o exagerada, semejante declaración no nos deja otro remedio que agradecer públicamente a su hacedor las palabras que ha tenido para reivindicar una banda como la nuestra, The Dirtbombs. Ojalá sienta aprecio parecido por el resto de nuestra discografía.

*La edición en vinilo no incluía los dos temas señalados, y sí un single con idéntico número de versiones de los Cheater Slicks, grupo, al parecer, similar a los Gories, pero que el autor de este blog no ha tenido el placer de escuchar a 10 de enero de 2013.