No se fue a rebuscar en el cubo de las rarezas. Para su álbum de versiones, Patti Smith escogíó doce canciones de algunos de los artistas más clásicos y conocidos de la historia del rock que dejaran claro de dónde venía, quién le había influido y a quién admiraba. Twelve aparecía en 2007, pues, cual vademécum de y sobre la autora de Easter, ayudándonos a conocerla mejor e incluso a atender a su obra de nuevas y acumulativas maneras. No quiero decir con esto que estemos ante un disco imprescindible como Horses o Gone Again —no—, pero si ante una notable y muy honesta reinterpretación de una serie de composiciones eternas que vuelven a refulgir tratadas a la manera de Smith y su banda: Lenny Kaye (guitarras), Tony Shanahan (bajo, teclados y voces) y Jay Dee Daugherty (batería).
Escuchar cómo el Soul Kitchen de los Doors es convertido al lounge o el Smell Like Teen Spirit de Nirvana se estira transformado en bluegrass psicodélico —¡toma ya!— son solo dos ejemplos, aun llamativos y relevantes, de lo que nos vamos a encontrar por el camino que se recorre. Ahí están también el Are You Experienced? de Jimi Hendrix enriquecido por la viola de Giovanni Sollima y el clarinete de la propia Smith; el Everybody Wants To Rule The World de Tears Fors Fears aferrándose a su pureza pop; el Helpless dejándonos tan indefensos como el inconmensurable original de Neil Young (acordeón de Jay Dee Daugherty incluido); o el Gimme Shelter stoniano poniéndonos los pelos de punta de nuevo con Flea al bajo y Tom Verlaine a la slide guitar. En el Within You Wtihout You no tenemos el sitar de George Harrison, pero sí hay unas percusiones de Daugherty y una forma de tratar la guitarra acústica de Jack Petruzzelli que nos traen a la memoria la canción de los Beatles. La guitarra eléctrica de Lenny Kaye, el bajo de Flea, la batería de Daugherty y la fuerza de la voz de Patti Smith dan con una poderosa lectura del White Rabbit de Jefferson Airplane. El Changing Of The Guards dylaniano, un tema que siempre me ha gustado mucho, es llevado a un plano folk e intimista seguramente aprendido por Smith del mismo Dylan. En un The Boy In The Buble muy fiel melódica y armónicamente al de Paul Simon, no así sonoramente, es un placer escuchar el dulcémele de Rich Robinson. Llegan entonces las mencionadas adaptaciones de los Doors y Nirvana, justo antes de que las de los Allman Brothers y Stevie Wonder, brillantes, hagan caer la cinta de llegada. La primera, Midnight Rider, con Rich Robinson a la guitarra; la segunda, Pastime Paradise, con Paul Nowinski al contrabajo, Mario Resto a la batería y su hermano Luis al piano.
El libreto que acompaña al CD contiene un pequeño texto de Patti Smith acerca de cada una de las canciones escogidas, así como el nombre del elepé original que las contenía, por si alguien necesita refrescar la memoria o —joven e iletrado— desea sumergirse en la mejor música popular de la segunda mitad del siglo XX. La homenajeada ardientemente y sin asomo de nostalgia en este Twelve.