Un título tan bestial como descacharrante que, sean o no palabras de Winston Churchill, le pega perfectamente a ese borrachillo que, ya mayor, plantó cara a los nazis a pesar de haber despreciado a los republicanos españoles y una portada que no se sabe si es homenaje o parodia del magistral cuadro de Théodore Géricault La balsa de la Medusa son las dos cartas de presentación de Rum Sodomy & The Lush, el segundo plástico de los Pogues. Publicado en 1985 y producido por Elvis Costello, el disco significa un gran paso adelante en su fusión del clásico y característico folk irlandés, escocés y celta en general y el punk rock, o la actitud de éste. La mixtura que en epígonos del grupo de Shane MacGowan resultará muchas veces poco creíble o incluso ridícula, funciona a la perfección aquí (y en futuras entregas) mediante canciones escritas por MacGowan, versiones y adaptaciones de temas tradicionales. Dos de las composiciones del desdentado fueron singles y demuestran su capacidad para emocionar al oyente acercándose a terrenos sentimentales (A Pair Of Brown Eyes) o para hacerle brincar al ritmo de Sally MacLennane. El tercer sencillo en salir del álbum será una hermosa lectura del Dirty Old Town de Ewan MacColl, que viene a probar que, ajenos o propios, los temas funcionan a un nivel similar que responde al sonido Pogues. Bajo, batería y guitarra conviven en igualdad de condiciones con flauta, acordeón, banjo y alguna incursión puntual de otro instrumento ajeno al universo rock, interpretando canciones de duración estándar que solo es superada en los ocho minutos que cierran maravillosamente Rum Sodomy & Lush. En efecto, And The Band Played Walzting Matilda recrea el original de Eric Bogle sobre la mítica batalla de Galípoli con enorme sensibilidad y da por finalizado un trabajo del que se habla menos que el posterior If I Should Fall From Grace With God pero que hay que recomendar igualmente.