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lunes, 16 de enero de 2023

There's A Party Goin' On

Meses después de esa soberbia recopilación de singles que es Rockin' With Wanda (y que guarda la inmortal Fujiyama Mama) publicaba Wanda Jackson There's A Party Goin' On (1961), espléndida muestra de rockabilly en la que la voz de Jackson y la guitarra de Roy Clark sacan pecho y dominan la función con sus interpretaciones impecables. Desde que el tema de John Berry y Don Covay que da título al elepé pone en marcha la función —función habitual de doce canciones y media hora— la pura felicidad del primer rock and roll llena el espacio. Entre el rock más salvaje de Hard Headed Woman, famosa por haberla cantado Elvis en King Creole, y el cruce de R&B y calipso del Twedlee Dee de LaVern Baker, la fiesta de Wanda Jackson tiene diversos matices y colores, cercanos en ocasiones a la potencia rockin' de la lectura de Presley (la mencionada There's A Party Goin´On o Tongue Tied, también de Berry y Covay, sumándose Mark Lewis); al blues y el country (el conocidísimo Kansas City del tándem Leiber/Stoller o el It Doesn't Matter Anymore de Paul Anka); o al pop de ascendencia cricket de Bye Bye Baby, canción del musical que daría lugar a la película de Howard Hawks Los caballeros las prefieren rubias. No es así en este caso, pues Jackson era morena y canta formidablemente a lo largo del disco, y aunque hayamos destacado obligatoriamente sus cuerdas vocales y las seis cuerdas de Clark, no nos olvidamos de la base rítmica y anónima, de la otra guitarra de Buck Owens y del piano de Marvin Hugues. Todos pusieron su granito de arena para que There's a Party Goin' On suene tan bien.

viernes, 10 de mayo de 2013

Rockin' With Wanda!


Amamantada por el country, como tantos jóvenes artistas norteamericanos nacidos en los años treinta, Wanda Jackson dará el salto al rock and roll —alentada por el mismísimo Elvis Presley— absorbida por ese huracán que, en la segunda mitad de la década de 1950, conformará la música popular universal gracias a una generación que apenas recuerda Pearl Harbor o los campos de exterminio nazis y lo único que quiere es acción (sensación de) libertad y diversión. Rockin' With Wanda! (1960), recopilación de singles grabados entre 1956 y 1958 editada por Capitol, es la biblia de la reina del rockabilly (o del rock a secas), hembra seminal donde las haya, capaz de asumir dicho e inevitable oxímoron en un mundo tan apestosamente machista como en el que va a dejar su huella. 

Rock Your Baby y Fujiyama Mama son la inmejorable carta de presentación de un álbum glorioso que suena compacto a pesar de no haber sido concebido como tal. You're The One For Me, que prefigura el Crackin' Up de Bo Diddley, continúa por la senda del rock and roll, aunque menos salvaje, antes de dar paso a la preciosa Did You Miss Me, balada de corazones ardientes y enamorados. Cool Love vuelve a la carga con excelentes solos de J.W. Marshall a la guitarra y Merrill Moore al piano. Sigue Jackson encandilándonos en Honey Bop y Hot Dog! That Made Him Mad con su voz, dulce y chulesca en cada palabra que canta, cargada de la ironía y la convicción de quien ocupa una posición única por ser mujer en un arte recién parido y controlado absolutamente por el sexo contrario. Baby Loves Him y Mean Mean Man son las dos únicas composiciones de la cantante y guitarrista, junto a la mencionada Rock Your Baby, canciones que prueban que también sabe escribir y en las que la banda que le acompaña suena potentísima. Los tres últimos cortes del elepé nos acercan otras caras de Wanda Jackson, pero igual de disfrutables. Viajando a sus orígenes, nos deleita con su amor por el country en You've Turned To A Stranger, se pasa al mambo en Don'a Wan'a y yuxtapone con desparpajo rockabilly, bluegrass y vals en I Gotta Know, coda de un trabajo que suena tan fresco y delicioso hoy como ayer y que el tiempo ha dado la categoría de obra maestra. Que, incomprensiblemente, no se suela citar junto a las de los grandes nombres de aquel despegue solo hace que Rockin' With Wanda! no sea tan conocido como The "Chirping" Crickets o Gene Vincent And The Blue Caps, porque en cuanto se escucha y se conoce, uno cae enamorado de él y lo coloca en el lugar más alto.