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jueves, 17 de octubre de 2024

Bashin'

No deja de grabar para Blue Note el mago de Norristown —pedanía del estado de Pensilvania de la que también es, en feliz coincidencia, otro músico genial como Jaco Pastorius— cuando da el salto a Verve para registrar Bashin' en marzo de 1962, sello, el de Norman Granz, con el que Jimmy Smith mantendrá una larga y fructífera relación.

Dividido en dos partes bien diferenciadas, en la primera cara del elepé Smith toca su órgano acompañado de un big band dirigida por Oliver Nelson, autor también de los arreglos y que en ese momento tiene ya a sus espaldas una carrera extraordinaria como saxofonista que en muy poco tiempo ha alumbrado discos de la talla de Screamin' The Blues, The Blues And The Abstract Truth o Straight Ahead. La orquesta de dieciséis miembros abre y cierra poderosa Walk On The Wild Side, dejando un tramo largo entre medias en el que el autor de Midnight Special hace virguerías con su instrumento. Tanto en el primer tema como en Ol' Man River, el In A Mellow Tone ellingtoniano y el Step Right Up de Nelson —donde Smith toca notas especialmente deliciosas y prominentes— se alternan y fusionan, dependiendo, orquesta y organista cubierto por la base rítmica.

La segunda parte del plástico modifica tajantemente el registro, explayándose Jimmy Smith en tres cortes y extensas improvisaciones en formato trío, Quentin Warren a la guitarra y Donald Bailey a la batería. Dueño sin ambages de la función, lo que en la otra mitad es más colectivo, sin negar el liderazgo siquiera simbólico a nuestro hombre, en Beggar For The Blues, Bashin' y I'm An Old Cow Hand (Fron The Rio Grande) torna vehículo de lucimiento que el maestro utiliza para cocinar a fuego lento el blues y el soul jazz. No niega lo expuesto, sin embargo, los brillantes solos de Warren cuando sus seis sus cuerdas se encargan de ello y la acertada y elegante percusión de "Duck" Bailey.

Si bien cada una las dos caras es excelente a su manera, la única pega que se puede poner a Bashin' es la naturaleza tan diferente de ambas, sin interactuar entre ellas, encapsuladas en su universo armónico y sonoro. Debe de ser por ello que él álbum se adjudica al "impredecible Jimmy Smith" en la portada original, como si Granz y los suyos dijeran tácitamente al oyente potencial: "Oiga, nosotros ya le advertimos de que lo que va a escuchar en imprevisible, pues su autor lo es". Sea de esto lo que fuere, un trabajo totalmente recomendable en el que un total de veinte músicos estuvieron implicados.


 

jueves, 21 de febrero de 2019

Midnight Special


No nos movemos de estudio ni de sello, simplemente viajamos unos pocos años atrás. Si en nuestra anterior entrada dejábamos una serie de impresiones acerca del sublime Speak No Evil de Wayne Shorter, aquí vamos a comentar el Midnight Special del prolífico organista de Pensilvania Jimmy Smith, registrado asimismo en el Van Gelder Studio para Blue Note el 25 de abril de 1960. Fecha, por cierto, de la que saldrá el elepé mencionado (publicado en 1961) y otro llamado Back At The Chicken Shack que no verá la luz hasta 1963. Y es que lo de prolífico para describir a Smith no es adjetivo gratuito, sino realmente cierto.


Por fortuna, la abundancia en el autor de Rockin' The Boat no era, al menos por aquel entonces, rémora que disminuyese la calidad de sus grabaciones. No en vano le llamaban el increíble Jimmy Smith, y así rezaban las portadas de sus álbumes. En Midnigt Special le encontramos aplicado a ese soul jazz cálido y muy melódico que la compañía de Stanley Turrentine, Kenny Burrell y Donald Bailey no hace sino potenciar. Hasta los diez minutos se extiende el tema que abre y da título al disco, único escrito por Smith. El saxo de Turrentine, el órgano de Smith y la guitarra de Burrell suman solos enormemente gratificantes y expresamente tonales, escapando su manera de improvisar del free jazz naciente. A Subtle One, compuesta por Turrentine y sin Burrell a bordo, oscila entre el cool y el bebop, y la adscripción de las intervenciones de Turrentine y Smith a un sistema musical concreto resulta más complicada o no tan obvia, si hacemos caso al nombre de la pieza. Y ya que el bebop ha saltado a la palestra —como tantas veces en la que el jazz es protagonista de nuestro blog—, qué mejor que un tema de la época en que Charlie Parker formaba parte de la orquesta de Jay McShann. The Jumpin' Blues pasa a ser Jumpin' The Blues, al parecer por un error de transcripción, en el que el fraseo de Turrentine, Smith y Burrell es veloz y delicioso, bien cubiertos por las baquetas de Bailey. La versión de Why Was I Born, canción del musical Sweet Adeline, es, en manos de Smith, Turrentine y Bailey, una balada la mar de solvente. Vuelve Burrell para completar el cuarteto y el trabajo en el One O'Clock Jump, original de Count Basie que es vestido con respeto pero con la plenitud de ideas que se han venido desplegando a lo largo de Midnight Special. Un clásico de Jimmy Smith en la cima de su arte y apto para todos los públicos.

domingo, 1 de enero de 2012

A New Sound… A New Star… Jimmy Smith At The Organ Vols. 1-3


Recoge este formidable doble CD editado en 1997 los tres primeros discos de Jimmy Smith en solitario —de homónimo título excepto el que cierra la serie, The Incredible Jimmy Smith At The Organ Volume Three, pues el nuevo sonido de la nueva estrella se había hecho increíble—, registrados entre febrero y junio de 1956, y referencia indispensable si de jazz y órgano hablamos. Siempre en formato trío, acompañan a Smith, Thornel Schwartz a la guitarra en todos los álbumes, Bay Perry a la batería en el primero y Donald Bailey en el resto (aunque en varias páginas web se adjudique erróneamente a Perry la percusión del segundo elepé).

La aparente sencillez de tan básico grupo es refutada por las maravillosas improvisaciones de Smith, cuya ductilidad convierte el órgano en un instrumento diferente, explorando sus posibilidades desde una perspectiva lúdica —como si las teclas sonrieran al ser tocadas por los dedos del músico— que no renuncia a la investigación, sino al contrario. No queda ahí la felicidad que trasmiten estas grabaciones, concentradas y vivas como pocas: la guitarra de Schwartz, llena de preciso swing, complementa a Smith, y, por si hubiera algún resquicio, los dos percusionistas se encargan de cerrarlo para acercarse a una perfección que a los simples mortales nos deja embriagados.

Se añaden, además, alguno temas inéditos para redondear un artefacto espectacular que recopila tres discos publicados el mismo año en que se daban a conocer los dos primeros y esenciales elepés de Elvis Presley. Similar la belleza y calidad de todos ellos, hay más innovación y riesgo en la fórmula de Jimmy Smith que en la del rey de rock, sin que esto signifique menoscabo alguno para nadie, pues tan grandes intérpretes son el uno como el otro. En el caso de Smith, A New Sound… A New Star… Jimmy Smith At The Organ Vols. 1-3 no deja lugar a la duda. Pocas veces el adjetivo sorprendente ha estado mejor utilizado, aunque el que se adjudique al organista sea el de increíble. También nos vale.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Peter & The Wolf And The Incredible Jimmy Smith

Una advertencia para empezar: que nadie se acerque a esta grabación con la intención de escuchar Pedro y el lobo, la obra de Sergéi Prokófiev. Estamos ante un disco de Jimmy Smith con sus clásicas improvisaciones al órgano, una orquesta de jazz que sustituye a la sinfónica y un narrador que ha desaparecido. Si alguien quiere conocer la obra original del compositor ruso, algunos de los mejores directores de la segunda mitad del siglo XX la han grabado con las más prestigiosas orquestas existentes, así que tiene donde elegir.

No hay, no hace falta decirlo, falta de respeto alguno en rendir homenaje a Prokófiev partiendo de su obra para convertirla en jazz. Oliver Nelson se encarga de dirigir a la orquesta y de hacer los arreglos necesarios para adaptar la obra. Y va más allá. Si el primer tema, o movimiento, reproduce la estructura de la obra de Prokófiev —utilizando para presentar a cada uno de los personajes uno o más instrumentos, respectivamente, que interpretan las melodías compuestas por el compositor ruso—, el resto de la grabación, en la que Smith muestra su maestría al órgano y se expande a sus anchas, está íntegramente basada en composiciones de Nelson que tanto remiten al original de Prokófiev como a la explosión pop que se vive en 1966, año en que se graba y publica Peter & The Wolf And The Incredible Jimmy Smith. Es una maravilla escuchar a Smith en Jimmy And The Duck, entrando majestuoso en respuesta a los vientos y percusión de la big band; desatado en Peter's Theme y Cat In A Tree, iconoclastas e irreverentes la orquesta y el organista que desde Prokófiev desembocan en un guateque yeyé; al igual que en Elegy For A Duck, donde un inspiradísimo, soberbio, Smith improvisa sobre lo que bien podría ser un tema de la banda sonora de una película de James Bond.

De la Unión Soviética de 1936, año en que Prokófiev escribe Pedro y el lobo, a los Estados Unidos de 1966 hay un trecho. Lo hay también de la música (y el arte) que propugnaba el gobierno soviético a la que realizaba el compositor ruso, cuyo estilo vanguardista nunca fue bien visto por las autoridades de su país. La ambición de Oliver Nelson y Jimmy Smtih tumbó distancias estilísticas y temporales —trece años después de la muerte de Prokófiev— para alzarse victoriosa en uno de los mejores discos que grabó Smith para Verve, con un organista tan lúcido como el de sus trabajos más logrados para Blue Note.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Rockin' The Boat

A principios de 1963, antes de abandonar, tras siete años, Blue Note por Verve, el "increíble" Jimmy Smith graba cuatro discos en poco más de una semana (sí, han leído ustedes bien). Dos en su característico formato trío (I'm Movin' On y Bucket!), y dos más con el añadido de saxo y pandereta.

El 7 de febrero, un día antes de registrar Prayer Meetin', Smith graba Rockin' The Boat (el penúltimo de los álbumes) con Lou Donaldson al saxo alto, Quentin Warren a la guitarra, Donald Bailey a la batería y John Patton a la pandereta. Sin ser el mejor de sus discos, Rockin' The Boat muestra al revolucionario y prolífico organista comedido y relajado pero en forma, moviéndose entre el blues, el swing e incluso el calypso con elegancia.

Cerraba así Smith su fundamental primera etapa con Blue Note, en la que el órgano cobraba una importancia desconocida en el mundo del jazz y se abrían caminos que muchos músicos (de jazz y de otros estilos) aprovecharían.