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lunes, 1 de abril de 2024

En la guía, en el listín

Con varios singles y un espléndido epé a sus espaldas (Branquias bajo el agua), Derribos Arias publicaba en 1983 el que sería único elepé de una breve pero necesaria carrera: En la guía, en el listín. Un disco que incide en las coordenadas post punk que el grupo de Poch y Alejo Alberdi venía desarrollando desde sus inicios, post punk que tiene dejes no wave y noise rock pasados por el tamiz provocativo, histriónico e incluso enajenado de su cantante. Escuchen, por ejemplo, la versión del Lonesome Cowboy Bill (Pobre Cowboy Bill al volcarse al castellano) de la Velvet, el minimalismo electrónico de Lo que hay, la patada punk de Intima decoración, el rock crudo de Crematorio ("En Auschwitz te hacen jabón" es un verso inimaginable hoy en día) o la performance que cierra el álbum mediante cinco minutos y medio de atmósferas en las que la música concreta y el pop disonante de cámara aúnan esfuerzos bajo el nombre de la banda (Derribos Arias se llama la canción, sí), y tendrán las claves de un trabajo alucinógeno al que es complicado encontrar parangón en el rock español. Pero es que sus autores transitaron caminos personalísimos que es casi inútil clasificar y hasta glosar, por mucho que hoy aquí lo hayamos intentado. En la guía, en el listín, eso sí, no puede faltar en su colección.


 

lunes, 24 de noviembre de 2014

Branquias bajo el agua


Sigue sonando único y rompedor el epé con el que Derribos Arias se daba a conocer en 1982, Branquias bajo el agua, casi en paralelo a la que será su casa discográfica durante su breve existencia: Grabaciones Accidentales, S.A., más conocida por su acrónimo GASA. Marcado, como tantos otros en la movida madrileña, por el after punk británico y la Velvet Underground, el grupo de Poch y Alejo Alberdi se presenta tan siniestro como espectacular mediante uno de los mejores temas que ha dado el rock español: Vírgenes sangrantes en el matadero. De cadencia majestuosa, ecos claros de Joy Division y letra críptica y provocativa ("Vírgenes sangrantes / en el matadero / es un buen plan / para el fin de semana"), la canción se mueve entre lo ominoso y lo humorístico excelentemente musicada e interpretada. El corte que da título al disco deconstruye guasonamente la estructura pop tradicional, en base a la utilización de efectos electrónicos muy de su época, teclados y guitarras ruidosos y subterráneos y una letra demencial. El humor absurdo y minimalista se cuela en ese himno descacharrante en el que Poch delata su procedencia, Dios salve al Lendakari, dos minutos de surrealista jolgorio ("Dios salve al Lendakari / Que no es un rastafari / Él es un txistulari") con los que el epé termina. Muy bien producido por Paco Trinidad y la propia banda, Branquias bajo el agua es, además de la primera pieza de la carrera de Derribos Arias, un ejemplo de creatividad e independencia que no renuncia a moldearse con los sonidos de su tiempo pero cuya visión es plenamente particular; ahí está la clave para que a día de hoy siga poseyendo una originalidad y una riqueza con las que los años no han podido. Al igual que cantaba Poch hace treinta y dos, y aunque el artista vasco ya no esté con nosotros: "Branquias bajo el agua / es el baile de actualidad". No lo olviden.