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jueves, 5 de junio de 2025

Blues In My Heart

Al parecer grabado a finales de 1961 y publicado a principios de 1963 (si bien es más común situarlo en 1962), Blues In My Heart es uno de los últimos elepés del gran B. B. King bajo el paraguas de Crown Records. Inferior a otros trabajos para el sello como King Of The Blues o My Kind Of Blues, los diez cortes del plástico dan con un King solvente aunque demasiado uniforme. Compuesta con bastante probabilidad por Plas Johnson (saxo tenor), Maxwell Davis (teclados), Ralph Hamilton (contrabajo), Jesse Sailes (batería) y Lloyd Glenn (piano), King y su banda ejecutan una serie de blues similares (incluso más en la interpretación que en la composición) en la que brillan por encima de todo la voz y la guitarra del líder de la formación, modus operandi habitual en la música de nuestro hombre pero cuya mención aquí resulta especialmente pertinente. ¿Que no destaco o comento ningún título? Cuando escuchen el álbum verán que no es por capricho o vagancia y que no he utilizado el vocablo "similares" al azar. Son, pues, las notas solistas y los arranques vocales de B. B. King los que dan la personalidad definitiva al disco, un Blues In My Heart menor que, sin embargo, los amantes del blues disfrutamos sin dificultad. Ya lo decían los Rolling Stones, es solo rock and roll (digo… blues) pero nos gusta.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Mr. Blues

Con arreglos de Teacho Wiltshire, Belford Hendricks y Maxwell Davis, Mr. Blues (1963) es un elepé que hay que dividir en dos secciones muy diferenciadas, incluso se diría que antagónicas. Las seis canciones que tienen detrás a Wiltshire y Hendricks producen un blues orquestado que muestra a un B.B. King para toda la familia y alejado de sus mejores logros. Sin embargo, los temas que tienen a Davis como soporte, los otros seis —donde la esencia del autor de My Kind Of Blues se separa de Platters y similares para puntear con la magia que solo él tiene—, traen blues humeantes de vientos y teclas que se escuchan con verdadero agrado. Al estar mezcladas ambas partes, o ambas vertientes estilísticas, el conjunto se resiente y se hace extraño*, no acabando de satisfacer sino el cincuenta por ciento que va sumándose a trompicones. Suficiente, de todos modos, para que hayamos hablado aquí de Mr Blues.

*Hay un epé del mismo año y portada similar con cuatro canciones de la mitad davisiana (al parecer solo publicado en Francia) cuya coherencia es inapelable.

miércoles, 25 de agosto de 2021

King Of The Blues

Previo al magistral My Kind Of Blues, King Of The Blues (publicado por Crown Records en 1960) es casi el reverso de aquél, aunque las portadas tan parecidas nos hagan creer que el contenido que vamos a encontrar sea idéntico. Si en el primero de los elepés iba B.B. King a poner en pie un blues sobrio en el que predominaban las versiones, en el segundo el mítico músico norteamericano había incluido diez canciones de su cosecha y se había rodeado de unos vientos que añadían grasa y calorías al esqueleto que guitarra, piano y base rítmica constituían. Los instrumentos de metal dan un toque festivo a la función y adquieren mucha importancia en el sonido definitivo del álbum, sugerente jump blues que no oculta, por supuesto, la voz y la guitarra del autor de Singin' The Blues, siempre dispuesto a exhibir su peculiar estilo de puntear las seis cuerdas. De su primera a su última canción, King Of The Blues es una gozada que en solo media hora se vale y se sobra para mostrar sus virtudes, quizá no tantas como de las que B.B. King presume en I'm King —breve corte que clausura el trabajo llevando el autobombo a un paroxismo desternillante—, pero absolutamente suficientes para recomendarlo al lector que todavía no se haya topado con él y tenga interés en la obra de nuestro hombre.

lunes, 3 de agosto de 2020

Singin' The Blues


Recopilación de singles de los años cincuenta, Singin' The Blues (1957) es el primer elepé de B.B. King. Blues eléctrico, jump blues, rhythm and blues y ecos de góspel dan forma al personal, rutilante y refrescante estilo del autor de Blues In My Heart, que ya en su puesta de largo muestra el desparpajo técnico, la pasión interpretativa y, por qué no decirlo, la simpatía que le acompañarán de por vida. Cualquiera que haya escuchado el disco sabrá lo bien que suenan, propias o reescrituras de ajenas, las doce canciones que le dan forma, sonido clásico o añejo bien metidos como estamos en el siglo XXI, pero que a mediados de la centuria pasada era de lo más moderno que había. Blues urbano y festivo, de celebración y no de tristeza (pese al carácter primitivo, rural y apesadumbrado del género), el de King exhibe músculo, juventud y sonrisa (la misma de la portada del álbum) en —citemos algunos temas— Everyday Day I Have The Blues, Bad Luck, 3 O`Clock Blues, Woke Up This Morning, Sweet Little Angel o Crying Won't Help You, música popular en su máxima expresión; vitalidad y arte nacidos del pueblo y proyectados para la humanidad entera. B.B. King y Singin' The Blues, qué maravilla.

miércoles, 12 de febrero de 2020

My Kind Of Blues


Lo tomemos como respuesta, homenaje o mero juego de palabras sobre el totémico Kind Of Blue de Miles Davis, bien podría ser My Kind Of Blues (1961) —título idéntico al de uno de los dos elepés que Sam Cooke publicará ese año— calificado de blues modal de sobria construcción (guitarra, piano, bajo y batería) y excelsa ejecución. Salido de una sola sesión, lo que le da esa coherencia que paladeamos, el álbum sirve para gozar a fondo del primer y mejor B.B. King, exquisito blues eléctrico liderado por los punteos personalísimos del autor de Singin' The Blues y considerada por él mismo como la mejor de sus grabaciones. Los cinco minutos de transcurrir pausado de You Done Lost Your Good Thing Now no solo nos informan de lo que va ser My Kind Of Blues, sino que, con esa larga introducción en la que únicamente escuchamos la guitarra y la voz de King, sirven de espléndida apertura —suerte de So What sin carga melancólica— y son quizá cumbre del trabajo además de su corte más extenso. Las seis cuerdas de B.B. King, las teclas de Lloyd Glenn, el bajo de Ralph Hamilton y la batería de Jessie Sailes se acogen a dicha e inicial declaración de principios para deleitarnos con su arte, mayormente versiones que hacen propias y que King, no se nos olvide, canta magníficamente. Lentos o trotones, los diez temas son gloria pura, música sin mácula que transciende su género y se inserta en lo mejor de los sonidos populares paridos en cualquier lugar del mundo. Será una figura sobada hasta la náusea y los solos de su Lucille se escucharán incluso en el coche del más hortera de sus vecinos, pero cuando discos como éste que hoy hemos comentado o King Of The Blues saltan a la palestra la grandeza de B.B. King no hay quien la discuta.