
Young Man's Blues (1988) es el único trabajo que la banda publicó para Geffen, un doble elepé de quince canciones en tres caras a treinta y tres revoluciones por minuto y una versión diferente de Beyond Babylon, una de esas canciones, en la cuarta y última cara, ésta a cuarenta y cinco. La escucha del disco evidencia que son ZZ Top y los Stones quienes marcan el camino del quinteto, aunque sean los cadáveres de Eddie Cochran, Marc Bolan y Sid Vicious quienes se lleven los agradecimientos en los créditos. Sin duda que también el punk, el glam y el rockabilly les habían influido; incluso el soul de Otis Redding, de quien hacen su These Arms Of Mine; pero no de forma tan manifiesta, o a mí no me lo parece, como los dos grupos nombrados. Mucho más cercanos a los Black Crowes —que también en su debut se apropiarían de un tema de Redding— que al sleaze o al hair metal, Young Man´s Blues no tiene la consistencia del primer disco de los hermanos Robinson, pero sí la suficiente entidad como para hacer del álbum un trabajo de agradable y entretenida escucha, muy superior, en todo caso, y para que ustedes me entiendan, a cualquiera de L.A. Guns o Faster Pussycat.
De lo que podía haber sido su segundo disco para Geffen da cuenta Midnight Confessions (Lost recordings from 1989 to 1992), año en el que los Rock City Angels fueron expulsados de la casa que se había hecho de oro con el grupo de Axl Rose. Mera información que traslado, pues no hemos escuchado en Ragged Glory susodichas confesiones. Acabemos con una de las que hace el cantante Bobby Durango en la grabación que hemos tratado ("Nothing to tell you, nothing to say / Except sorry for all the pain"), de exacerbado y discutible romanticismo (más pragmático, Tomasi di Lampedusa lo llamó "el inevitable fondo de dolor" del amor y la vida), pero que da una pista de por donde va la lírica de Young Man´s Blues.