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martes, 7 de octubre de 2014

Purity Of Essence


Da gusto comprobar que por algunos grupos no pasa el tiempo. Si la mayoría se convierte en fotocopia distorsionada y vulgar con el transcurrir de los años, unos cuantos mantienen la dignidad, la energía y la categoría pese a que canas, calvicie y/o hinchazones varias puedan invitar a la deserción. Los Hoodoo Gurus reunificados hace más de una década son una de esas entidades privilegiadas, capaces de producir rock and roll vivificante y creíble cuando ya se está cerca o se han superado los cincuenta. Purity Of Essence (2010) confirmaba seis años después lo que el primer álbum de dicho retorno (Mach Schau) había anunciado: Dave Faulkner seguía componiendo canciones excelentes y su banda las interpretaba de maravilla. Y lo hacía de manera abundante mediante dieciséis de ellas publicadas en doble elepé o CD sencillo. La pulcritud en el acabado y el gusto por la melodía es el punto en común de todas las composiciones, que —en continúo movimiento estilístico— viajan del high energy a la new wave; de la balada al punk; del soul festivo de querencia gospel al medio tiempo de guitarras recias; del hard pop a la penumbra crooner enriquecida por sección de cuerdas; del funk y el ska al riff levantado a los Faces; y del garage convertido en rock estilizado y lleno de groove a la despedida épica y emocionante con un Dave Faulkner gritando que no quiere morir. El gran mérito de Purity Of Essence es que ninguno de sus cortes está por debajo del notable —incluidos los tres que Brad Shepherd escribe junto con Faulkner y el que compone él solo— y que la variedad de sonidos y formas de los que se alimenta es conducida por los Hoodoo Gurus hacia una unidad en la que las características y los matices —la marca de la casa— de los autores de Mars Needs Guitars! se acaban imponiendo. Yuxtapongan la escucha de clásicos como el que acabamos de citar a la del trabajo aquí tratado y verán que el cuarteto australiano no solo se ha hecho mayor, también más sabio.