Nueva formación, nuevo país de grabación y nueva música. Eso es lo que encontramos en Psychonaut (1971), el segundo disco de Brainticket, alejado de la violencia electrónica de su debut (Cottonwoodhill), aunque sin abandonar el prurito vanguardista, y poseedor de un discurso estético variado que tendrá su continuación en el tercer elepé de la banda, el también excelente Celestial Ocean. Solo queda el belga Joël Vandroogenbroeck como nexo con el grupo que ha registrado Cottonwoodhill, sin embargo su peso específico es muy grande al encargarse de la composición, los arreglos, el piano, el órgano, el sitar, la flauta (que también toca el bajista Martin Sacher) y alguna cosa más un tanto extraña.
De los Duriun Studios de Milán va a salir un álbum lleno de matices que abren inseparables From Another Planet y Radagacuca, folk psicodélico e hipnótico en el que sitar, flauta y percusión predominan a excepción de un tramo final en el que las guitarras acústica y eléctrica de Rolf Hug, la batería de Barney Palm y el órgano de Vandroogenbroeck endurecen el tema o lo hacen más roquero. Piano y percusión mandan en One Morning, canción muy especial cercana a la new age. Watchin' You se debate entre el space rock y el hard progresivo para cerrar la primera cara, brillando Hug a la seis cuerdas eléctricas y confirmando que estamos ante un trabajo de amplio calado y muy diversos sonidos, como se empeñan respectivamente en afirmar el sitar, primero, y el órgano, segundo, que se adueñan en solitario del último minuto del tema.
La segunda cara sigue la vía del rock (psicodélico) con Like A Place In The Sun, que cuenta con un breve solo de batería de Palm en su discurrir por si faltaban elementos en el disco. Las palabras habladas de Vandroogenbroeck y Carol Muriel enlazan con el "ooohh… ooohh…" (tal cual en los créditos) de la segunda al comienzo de Feel The Wind Blue, vuelta al folk psicodélico asimismo cantado por Jane Free. Único instrumental del lote, Coc'o Mary es una pieza arrolladora y perfecta para despedir Pshyconaut mediante sus prominentes y retumbantes percusiones y su significativo órgano. El adiós de un conjunto sobresaliente que sigue llamando la atención por sus múltiples aristas y su personalidad poliédrica.