lunes, 30 de diciembre de 2019

Celestial Ocean


El viaje de los faraones egipcios tras la muerte es el asunto que vertebra el fascinante tercer elepé de Brainticket, Celestial Ocean (1973). Liderado y fundado por el belga Joël Vandroogenbroeck, que reside en Italia cuando se graba el disco que nos ocupa, el grupo se ha convertido en un trío que completan Carole Muriel y Barney Palm, músicos ambos que ya habían participado en el anterior Psychonaut. De educación clásica, Vandroogenbroeck buscará desde joven sus conexiones con expresiones sonoras populares (sin desdeñar sus raíces cultas), bien a través del jazz en los años cincuenta o del krautrock a finales de los sesenta, experiencia ésta que devendrá fundamental a la hora de establecer los parámetros estéticos que guiarán la obra de Brainticket.


Dividido en ocho temas (cinco en la primera cara, tres en la segunda) que se suceden sin interrupción, Celestial Ocean, entre lo ontológico, lo onírico y lo lisérgico, se desplaza a la antigüedad egipcia utilizando métodos de estricta vanguardia. En efecto. Egytian Kings abre el álbum con un pasaje de música concreta que, sin cambiar de corte, se transforma en pop progresivo y electrónico. Difícil de especificar dónde acaba la primera y dónde empieza la segunda, Jardins y Rainbow proponen un folk matizadamente atonal en el que la cítara, la guitarra, la flauta y la palabra hablada crean una atmosfera embelesadora. Los teclados, sintetizadores, percusiones y generadores electrónicos se olvidan de los matices y se introducen en la atonalidad más experimental en la extensa Era Of Technology, trayendo a la cabeza del oyente cultivado adalides del kraut como Faust o Can y de la música clásica del siglo XX como Pierre Schaeffer, Luciano Berio o Pierre Boulez. Flauta y cítara se suman en To Another Universe a los instrumentos de la composición que la ha antecedido, rebajando la intensidad para transportarnos con calma hipnótica a ese universo paralelo.


Sobrevuelan los surcos de una segunda cara algo más breve que la primera, pero igual de espléndida, los ecos de Popol Vuh, Gong y los Kraftewrk previos a Autobahn. The Space Between —pieza dominada en su primer tramo por un secuenciador o similar que se hace pasar, valga la comparación, por un violín sonando como una sierra— apuesta por un ambient muy creativo que va de lo industrial a lo étnico, mientras que Cosmic Wind retoma el space folk de Jardins y Rainbow en su línea instrumental, sonora y estilística. Los reyes egipcios y su mundo funerario, el universo, el espacio, el cosmos, el más allá…, todo desemboca en Visions: ¿sueño o realidad? Desarrolla un Vandroogenbroeck cercano a la new age sus dotes de pianista avezado que cuela alguna escala que huele a swing y rompe con su caudal melódico de teclas nostálgicas el discurso psicodélico de Celestial Ocean, recuperado en el último momento mediante sintetizadores y voces que llaman a los reyes egipcios.


El diseño de la carpeta abierta (del propio Vandroogenbroeck) que protege el vinilo y los textos místicos de Muriel que llevan portada y contraportada potencian dicho discurso, el de un elepé bellísimo de una banda realmente especial dentro de un movimiento tan original y rompedor como el del krautrock. En esta ocasión con Joël Vandroogenbroeck a los teclados, sintetizadores, flauta, guitarra y voces; Barney Palm a las percusiones, voces y armonio; y Carole Muriel a la cítara, sintetizadores, instrumentos electrónicos y voces.

6 comentarios:

  1. No conozco este disco, y aunque no parece que a priori sea un disco para mi, lo cuentas tan bien que creo que lo buscaré y lo escucharé con atención.
    Un abrazo.

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  2. Muchas gracias, Addi. Bueno, igual sí te gusta.

    Abrazos y feliz año.

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  3. Ni idea de la banda, pero me atrae darle una escucha.
    Feliz año y un saludo

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  4. Prueba, Víctor, toda una experiencia.

    Abrazos y feliz año.

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  5. Antes de nada, muy feliz año para toda la peña Lasarte-Rosales. Tenía algunas referencias de la banda pero poco más. Por lo que comentas entrarían perfectamente en la órbita de mis gustos, así que empezaré a prestarles un poco más de atención.
    Abrazos,

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  6. Igualmente, feliz año para tu mujer, para tus hijos y para ti. Javier. Yo creo que este disco te hará feliz, una banda muy, muy interesante.

    Abrazos.

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