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domingo, 14 de noviembre de 2010

Get Some Go Again

Como tantos otros, Henry Rollins experimentó el clásico viaje del hardcore y el punk al hard rock o al rock a secas que han seguido experimentando grupos y solistas posteriores. (Ejemplo claro es la evolución de los dos grandes del rock escandinavo de finales del siglo pasado y principios de éste, Gluecifer y Hellacopters.) Rollins siempre ha sido un tipo abierto de miras, enemigo de las barreras excluyentes, las que supo ver tras su paso por State Of Alert y Black Flag. Sin renegar de ello, hasta donde yo sé, quiso ampliar su campo de trabajo asumiendo metal, high energy, funk, jazz y todo aquello que le pudiera interesar. Fundada en 1987, la Rollins Band sufrió varios cambios de formación, pero es con la entrada, a finales de los años noventa, de Jim Wilson, Marcus Blake y Jason Mackenroth (es decir, Mother Superior) cuando el grupo gira hacia un hard rock más cercano a Motörhead y Thin Lizzy (no es casualidad la versión de Are You Ready?) y menos próximo a Black Sabbath. Hay más roll que rock en Get Some Go Again (2000), para entendernos, pero el sonido sigue siendo duro, contundente. Agresiva pero cristalina, la voz de Henry Rollins se alza protagonista exponiendo sus puntos de vista sobre las cosas con la inteligencia —un tanto cargante para algunos por su tendencia a predicar— y pasión que le caracterizan; el Terminator del rock and roll lidera una Rollins Band imparable cuya originalidad reside en su convicción, en sus agallas y en su pericia interpretativa. Las canciones golpean como un martillo, no dan tregua. Para redondear la jugada, Scott Gorham acompaña al grupo en la apropiación de Are You Ready? a la que hemos hecho referencia, y Wayne Kramer en Hotter And Hotter y la jam final y oculta, un cuarto de hora de funk rock gustoso en el que Rollins saca su faceta de speaker para hablar con ironía, entre otras cosas, del fracaso de tantos que intentan el asalto al estrellato y de antiguas estrellas venidas a menos. Qué mejor compañía que la de dos de los guitarristas más expresivos que ha dado el rock para un álbum en el que las seis cuerdas braman.

Pocas pegas que poner a una banda que juega sus cartas, sabe dónde las juega y se deja todo en el intento. ¿Que el riff de Monster parece sacado de Paradise City? Minucias. Mayor es el expolio en Electric, por ejemplo, y casi nadie pone en duda su categoría. Reproduzcan Get Some Go Again y no querrán que termine. Verán.