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lunes, 6 de julio de 2015
Obsession
Si en directo seguía funcionando como una máquina aplastante (Strangers In The Night es la prueba incontestable), UFO iba a dar un bajón creativo al finales de los setenta al publicar Obsession (1978). El último disco en estudio antes de que Michael Schenker abandone el barco es un buen álbum, pero queda lejos de los cuatro anteriores —Phenomenon, Force It, No Heavy Petting y Lights Out—; es decir, los que convierten al quinteto en uno de los nombres indispensables del hard rock de los setenta y dan a conocer al guitarrista alemán como esa fuerza de la naturaleza que transforma en poesía la electricidad más agresiva.
Obsession carece de las gloriosas canciones de antaño, pero tiene varios temas realmente destacables, la banda no se ha olvidado de tocar sus instrumentos y Schenker luce sus seis cuerdas como se espera. Only You Can Rock Me y Pack It Up (And Go) — discutible crítica al pasado que se reclama presente— abren el elepé roqueando y noqueando, especialmente el segundo de los cortes, para mí el mejor de todo el trabajo, y en el que llama la atención la percusión made in Bonham de Andy Parker. Arbory Hill es un intrascendente interludio instrumental que precede a Ain't No Baby, correcto medio tiempo que muestra sus limitaciones al compararse con la mentada Pack It Up (And Go). Baladón de cuerdas ampulosas y letra ridícula, Lookin' Out For No. 1 es un engendro digno de Whitesnake por el cual habría que colgar a Pete Way, Phil Mogg (compositores) y Ron Nevison (productor), o al menos condenarles a cadena perpetua. Hot 'N' Ready hace que aparquemos medidas así de drásticas, en especial por el espectacular solo de Schenker, sin duda el Hendrix teutón. Cherry y You Don't Fool Me mantienen vivo el fuego del rock and roll hasta que Lookin' Out For No. 1 (Reprise) recupera el motivo de tan nefando corte, el cual, breve e instrumental, se hace más llevadero. One More For The Rodeo, otro buen tema en el que vuelven a triunfar los dedos del mago de Sarstedt, precede a la segunda canción lenta y melosa del trabajo, Born To Lose, que, sin caer tan bajo como la primera, dista mucho de merecer el aprobado.
De la gira de presentación de Obsession por Estados Unidos —tras la que Michael Schenker dejará el grupo para volver quince años después— saldrá el extraordinario doble elepé en vivo arriba mencionado, en el que solo se incluirá un tema del álbum que aquí hemos tratado. Sintomático o no, está claro que el nuevo material poco tenía que hacer ante el antiguo, si bien tampoco era desdeñable. El lector que no lo conozca será quien decida si mis palabras le animan a escucharlo; el que lo haya hecho, puede decir si está de acuerdo con mi análisis o discrepa de él. Soy todo oídos.
lunes, 3 de junio de 2013
Phenomenon
sábado, 26 de noviembre de 2011
UFO 2 Flying
La entrada de Michael Schenker a la banda en 1973, tras las casi anecdóticas estancias de Larry Wallis (que se incorporará a los Pink Fairies para grabar el suculento Kings Of Oblivion) y Bernie Marsden, y la publicación al año siguiente de Phenomenon serán definitivas para constatar el cambio de rumbo de UFO. El grupo inglés hacía más digerible su fórmula (que no peor, ojo) y dejaba atrás el One Hour Space Rock que subtitulaba su segundo álbum, UFO 2 Flying (1971). Han quedado éste y el primero, UFO 1 —con todo lo que representaban—, un tanto sepultados por la posterior y más conocida etapa de la banda, pero a mí los desarrollos progresivos que practicaba, de duración paroxismal en los dos cortes que ocupan las tres cuartas partes de Flying, me siguen pareciendo perfectamente disfrutables.
Silver Bird abre el plástico especificando unas coordenadas en las que la guitarra de Mick Bolton será, sin duda, protagonista. Una guitarra que, a pesar de no poseer la técnica de Schenker, "daba imágenes y sensaciones" como pocas, en palabras de Sergio Ceballos, miembro de RIP KC, para Rock Estatal. Si en el primer corte todavía anda moderado, en Star Storm se desmelena durante sus casi diecinueve minutos, dibujando todo tipo de paisajes fascinantes que le acercan al mundo de la improvisación jazz, al menos en el concepto. Prince Kajuku, muy al contrario, es una canción de hard rock al uso que no llega a los cuatro minutos, como tampoco lo hace el instrumental The Coming Of Prince Kajuku, que antecede al GRAN ENARDECIMIENTO FINAL. Flying son veintiséis minutos y treinta segundos que glosan ad infínitum todo lo que anteriormente se ha escuchado, multiplicando su alcance y radicalizando una propuesta que por momentos se emparenta con el krautrock. Entre los arpegios y versos de balada que enmarcan el tema, Mick Bolton se desvela como un músico emocional y cercano sin dejar la experimentación, entregado a su arte, y que se eleva por encima del resto de sus compañeros de viaje. Aunque ni Pete Way, Andy Parker y Phil Mogg, bajo, batería y voz respectivamente, como todo el mundo sabe, sean mancos, y sería tremendamente injusto que sus nombres no aparecieran en este texto.
No es mi intención comparar un ovni con otro, termino. Sólo me guía la reivindicación de aquél en el que volaba Mick Bolton, pues también me gusta mucho la formación de UFO que, con Michael Schenker como luminaria, dejará para la eternidad el mítico e insuperable doble en vivo Strangers In The Night. Ya que nadie me obliga a elegir, me quedo con ambas.
miércoles, 28 de octubre de 2009
Strangers In The Night

Tras cinco elepés en estudio con Schenker, el grupo fue ganando popularidad y cimentando su prestigio en las actuaciones en directo, que es donde UFO realmente importaba. Así ha quedado constancia de ello en el mítico doble álbum en vivo de rigor, Strangers In The Night, grabado en 1978 en Estados Unidos y publicado al año siguiente.
Pasión y técnica van de la mano, sin que una se imponga a la otra, en un grupo que se encuentra en su mejor momento y no deja de proclamarlo a los cuatro vientos. Aunque los cinco miembros rayan a gran altura, es imposible no destacar la soberbia labor de Michael Schenker, desatado del todo en temas como Love To Love, Lights Out o Rock Bottom, este último pensado especialmente para su lucimiento en directo.
Con Strangers In The Night y el abandono de Schenker coincidiendo con la salida del disco al mercado (su relación con Phil Mogg al parecer era muy mala), terminaba una época para UFO, muy dañado ya el stadium rock al que se puede adscribir por los furibundos ataques de la generación punk. La música aquí registrada se mantiene, sin embargo, incólume. Y eso es, en definitiva, lo que nosotros queremos resaltar.
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