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lunes, 24 de julio de 2023

The Songs All Sound The Same

Recopilación de singles y caras bes publicada en 1992 (igual que su primer disco, The Smoke Of Hell) y aumentada en tres cortes en 2001, The Songs All Sound The Same muestra claramente la apuesta estilística por la que, desde un primer momento, se decantaron los Supersuckers. High energy, hard y punk rock alimentan una fórmula hecha de decibelios y rock and roll directo a la yugular que alcanzará su máxima expresión, su plasmación definitiva mediante The Evil Powers Of Rock 'N' Roll, si bien dar con un trabajo malo de los de Tucson es como encontrar virtud alguna en Alberto Núñez Feijóo. Aunque la versión del Burnin' Up de Madonna pueda despistar al que ande verde en la materia o tenga poco sentido del humor, las otras cuatro que acompañan al material de Eddie Spaghetti y compañía despejarán cualquier duda sobre la categorización taxonómica arriba expuesta. En efecto, Sex & Outrage (Motörhead), What Love Is (Dead Boys), Second Cousin (Flamin Groovies) y un Razzmanazz (Nazareth) escrito así y alargado hasta el infinito minimalista explicitan las potentes influencias de un grupo que en The Songs All Sound The Same acababa de empezar pero que ya tenía decidido su destino de distorsión, inmediatez y salvajismo.

lunes, 10 de junio de 2019

Suck It


Convertidos en trío desde hace cuatro años y superado el cáncer por su bajista, cantante y líder, los Supersuckers siguen facturando rock and roll de notable nivel, si bien parece difícil que un nuevo La mano cornuda o The Evil Powers Of Rock 'N' Roll vaya a salir de sus manos. El tiempo nos dará o nos robará la razón, mientras tanto hoy vamos a hablar de Suck It (2018), su último plástico cuando esto escribo. Lo abre, con la potencia habitual de la banda, All Of The Time, canción que una vez acabada se repite completita, sin que uno atisbe la razón y sin que desagrade escucharla una vez más, la verdad sea dicha. Citando a buena parte de lo más ilustre que el rock ha dado en los últimos treinta y tantos años (Rocket From The Crypt, New Bomb Turks, Dwarves, BellRays, Dirtbombs, Mudhoney, Hellacopters, Cosmic Psychos, Lazy Cowgirls, Nashville Pussy, Zen Guerrilla o los propios Supersuckers), The History Of Rock And Roll ofrece una defensa firme de la vertiente underground de la música del diablo como única capaz de mantener las esencias de un arte condenado a ser pasto de minorías. Parida a la sombra de AC/DC, esta larga y vibrante composición no oculta en su título, en su melodía, en su letra y en su interpretación cierto desencanto por esa escasa repercusión, pero, asimismo, lleva en su interior la destrucción ineluctable a la que se dirige un género que, digámoslo abiertamente, no da más de sí, descontando el jugo que —como media naranja girando en el exprimidor con la esperanza de que todavía caiga una gota en el vaso que contiene el zumo— le sacamos los interesados en mantenerlo vivo. Dead Inside y The Worst Thing Ever, contradiciendo su enunciado, enseñan el lado pop del grupo de Eddie Spaghetti, hermosos temas entre los que se ha colado Breaking My Balls, high energy que se remonta a los Stooges, MC5, Union Carbide Productions y Bored! What's Up (With This Motherfucking Thing) es otro trallazo donde rockabilly, punk y heavy metal se dan de tortas en menos de dos minutos. La deliciosa Cold Wet Wind se decanta por el country (coros de Jesse Dayton) antes de que los hermanos Asheton y epígonos vuelva a mandar en (I'm Gonna Choke Myself And Masturbate) 'Til I Die. No nos movemos de Detroit en Private Parking Lot, si bien es el de Bob Seger el que nos trae sus clásicos riff y cadencia. Una bestial, desfasada versión del Beer Drinkers & Hell Raisers de ZZ Top, con Dayton haciendo un dueto con Spaghetti y tocando la guitarra, pone fin a un disco que se disfruta mucho de "la más grande banda de rock and roll del planeta", como los Supersuckers gustan de denominarse. Olvídense si quieren de mis reflexiones sobre el presente y futuro de los sonidos que practican y denle duro a este Suck It. (Y que me perdonen "Metal" Marty Chandler y Chris "Chango" Von Streicher" si he tenido que esperar a este último paréntesis para halagar, respectivamente, su guitarra y su batería. Sin ellos, dichos sonidos no existirían.)


Rocket From The Crypt, New Bomb Turks, the Hangmen, the Dwarves, L7, Nashville Pussy, the Hellacopters, Mudhoney, Zen Guerrilla, BellRays, Lazy Cowgirls, Cosmic Psychos, the Dirtbombs, Danko Jones o the Didjits entre ot...

Leer más en https://www.rockandrollarmy.com/magazine/2018/09/11/la-cancion-del-dia-history-of-rock-n-roll-de-the-supersuckers-estreno/ © https://www.rockandrollarmy.com/magazine
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lunes, 25 de enero de 2016

Get It Together


El tiempo —me parece— le está sentando bien a Get It Together, el retorno de los Supersuckers en 2008, cinco años después de la aparición de Motherfuckers Be Trippin'. Tanto éste como el anterior y soberbio The Evil Powers Of Rock 'N' Roll se sustentaban en unas canciones y una potencia que yo no veía en un buen álbum, eso sí, al que faltaba agresividad y sobraban clichés. Sin embargo, las sucesivas escuchas han ido transformado lo que creía rutinario o formulario en señales del estilo del grupo de Eddie Spaghetti, capaces de rendir mi visión y orientarla a una apreciación más positiva del álbum. Así que a día de hoy, aunque sin llegar al nivel rutilante de sus mencionados predecesores, considero Get It Together una trabajo notable de una de las mejores bandas de rock and roll que quedan en el planeta.


Propulsada la nave por ese cohete del ritmo que es la batería de Scott Churilla —miembro de Supersuckers durante los años en los que abandona The Reverend Horton Heat—, el grupo desarrolla los riffs y estructuras que le caracterizan, eterno equilibrio entre el hard y el punk en el que gana la batalla el primero, asumiendo que aquí no hay espacio para exhibiciones vacuas sino para la contundencia, la fiesta y los tres acordes de toda la vida; o sea, para el el rock and roll. No les extrañe si les llegan ecos —aquí o allá— de los Kinks, Thin Lizzy, Montrose, UFO o los Dictators (vía Turbonegro), pues siempre los ha habido en la música del cuarteto de Tucson, tan incapaz de ocultar sus influencias como de utilizarlas con ánimo de plagio. El dilema entre homenaje y estilo propio se disuelve en la interpretación de los temas, dotada de extrema sinceridad y atada a la calidad por bandera en cualquiera de sus notas… a pesar de que éstas las conozcamos de memoria y de antemano.


Para acabar, anoto como curiosidad que Mike Musburger —batería en los tres primeros discos de los Posies— sustituye al maestro Churilla en tres de los cortes de Get It Together (Paid, Breaking Honey's Heart, I Like It All, Man) de manera convincente, aunque lejana a la gloriosa capacidad percutora del segundo. Nada que lastre, sea como fuere, un conjunto digno de sus creadores y que, como digo, ha ganado en prestancia con los años. Un conjunto que, si hacemos caso al culinario líder de la banda —azotado hace unos meses por un cáncer que no ha podido con él—, "aumentará tu conocimiento y te sacará de tu deprimente, monótona existencia". Así lo afirma en las notas que acompañan al álbum: escojan si ríen o lloran, pero no dejen de bailar.

jueves, 8 de mayo de 2014

The Evil Powers Of Rock 'N' Roll


Los noventa, ay, los noventa. Tiempos del indie, persona (o personaje) derrotada por el capitalismo, pero que dentro del mismo se creía manejando un sistema de valores diferente. Los sellos alternativos competían con los mayoritarios —las multinacionales de toda la vida— publicitando a una cantidad de grupos nauseabundos, que, aunque tuviesen la vista puesta en Nirvana, Yo La Tengo, Pavement o Sonic Youth, no hacían sino convertir en vacío lo que en sus modelos era vida; clones feos que llevaban en su interior —seguramente sin ni siquiera sospecharlo— el fantasma que Marx creería ya muerto a esas alturas de la historia, pero que recobraba el poder absoluto tras el fin de la Europa del Este y la conversión de China en modelo neoliberal paradójicamente fomentado por el Estado. El buen y clásico rock and roll era ya también parte del pasado, de ese fin de las ideologías que llevaba construyéndose tres lustros atrás en Chicago. Los guitarrazos, la chulería y la sexualidad ya no valían: había que ser raro, andrógino y ornamental; había que ser independiente y políticamente correcto.

Por supuesto que el párrafo anterior —ya se habrán dado cuenta— narra la parte oficial de los hechos, o si no la oficial, sí la más generalizada. Al igual que no todos tragamos con la despolitización y las mentiras fomentadas y amparadas por Ronald Reagan y compañía, en los años noventa, sí, amigos, hay miles de bandas que defienden a capa y espada el legado de Chuck Berry y Elvis Presley. En Australia, en Escandinavia, en Japón… pero ¿en el país dónde nació el rock and roll? Pues sí, tranquilos, también allí —¡cómo no!— había gentes dispuestas a hacer sombra a Asteroid B-612, Hellacopters o Thee Michelle Gun Elephant, no se dijera que los de fuera lo hacían mejor que ellos. Los Supersuckers eran/son de Tucson, Arizona, han publicado nuevo álbum este año y hace quince, en 1999, editaban la que para mí es su obra maestra, The Evil Powers Of Rock 'N' Roll, reivindicativo título de la música del diablo cuyo contenido le hace justicia y compite en la misma liga de Not Meant For This World, Gear Blues o Grande Rock. Tan cerca del hard como del punk rock —Dead Boys, Ramones, Motörhead, Thin Lizzy, UFO, etc.—, el cuarteto liderado por Eddie Spaghetti logra en su quinto trabajo un absoluto equilibrio mediante su mejor colección de canciones, un sonido bestial made in Kurt Bloch y unos intérpretes que parecen comerse el mundo. No hay respiro ni bajón mientras suenas las doce composiciones originales y la versión del I Can't Hold Myself In Line de Merle Haggard; la banda es consecuente desde principio a fin, liberando una energía ajena al artificio y la pose mencionados arriba, hija de la contundencia, la autenticidad y la coherencia en su arrebato de creatividad fulminante. Estamos, como vulgarmente se dice, ante un discazo, de los que da gusto escuchar del tirón, de ésos que te dejan el cuerpo como tras una magnífica comida de las de toda la vida, con su café, su copa y su cigarro para quien fume. Una obra que no pierde naturalidad a pesar de la obligada vertebración de la misma —animales racionales— en acordes y letras cabales para la degustación del respetable.

Obviamente, la estulticia y la falta de principios también abundan en el roquero medio, y no solo el indie ha sido cooptado por el sistema, pero al menos en el plano estético, la dignidad y el acabado de la propuestas levantadas cuarenta años más tarde por los defensores del legado nacido a mediados de los cincuenta suele ser mayor; o, como mínimo, garantizan diversión y una precisión instrumental ausente en el territorio —metafóricamente— enemigo. Ambas —diversión y precisión— son máximas en The Evil Powers Of Rock 'N' Roll, un sublime balazo que sigue siendo azote de amaneramientos estúpidos y vacuidad de diseño.

martes, 29 de noviembre de 2011

Motherfuckers Be Trippin'


Del punk al hard, como tantos otros, pero pasando por el country, Motherfuckers Be Trippin' (2003) es para los Supersuckers la perfecta continuación del descomunal The Evil Powers Of Rock 'N' Roll. Guitarras rotundas, base rítmica maciza, canciones perfectas de ésas que enganchan sin remedio y la clase y la chulería de Eddie Spaghetti (con las que se nace, no se aprenden en academia alguna). Así que, como imaginarán, el disco pasa en un suspiro, provocándote continuamente para que levantes el puño o, palabras mayores, lo dejes todo y montes una banda (no precisamente de rock sinfónico). Ni mejor ni peor que La Mano Cornuda, diferente, pero igual de intenso. En realidad, el cambio no es tal: antes punk, ahora hard, fue, es y será rock and roll lo que tan bien hacen los Supersuckers. ¿Cómo? ¿Que quieren que desgrane el disco tema por tema? No hace falta, si escuchan Rock-n-Roll Records (Ain't Selling This Year) y les gusta, el resto lo hará, si no… es que no tienen sangre en la venas, ¡carajo!