Salido de una sesión que tiene lugar en Hollywood el 19 de febrero de 1947, este single de Dial Records no puede ser más glorioso pues contiene dos temas, Cool Blues y Bird's Nest, registrados por un cuarteto de Charlie Parker en el que el piano corre a cargo de Errol Garner. Las teclas cruciales de Garner, puente entre el swing y el bebop, y el revolucionario saxo alto de Bird suenan de lujo juntos acompañados del contrabajo de Red Callender y la batería de Harold West. Aquella fecha nos dejará alguna grabación adicional, como las deliciosamente románticas Dark Shadows y This Is Always —cantadas por Earl Coleman—, pero quizá sea en las dos composiciones del genio de Kansas City que trae el sencillo tratado donde mejor se observen las virtudes de una unión coyuntural que hoy es historia del jazz.
jueves, 13 de octubre de 2022
lunes, 11 de enero de 2021
Billies Bounce, Now's The Time
Soy un crítico de jazz lo bastante sensible como para comprender mis limitaciones, y me doy cuenta de que lo que estoy pensando está por debajo del plano donde el pobre Johnny trata de avanzar con sus frases truncadas, sus suspiros, sus súbitas rabias y sus llantos.
(El perseguidor, Julio Cortazar)
Pocos singles tan míticos como éste a 78 rpm salido de aquella sesión del 26 de noviembre de 1945 en la que Charlie Parker, Dizzy Gillespie y Miles Davis —santísima trinidad de una revolución estética que culminará el tercero a finales de los años sesenta y principios de los setenta— grababan diferentes tomas de seis temas. La escucha de los dos que lleva esta galleta mágica de Savoy Records (Billies Bounce y Now's The Time, ambos de Parker) sirve para cartografiar lo que fue y lo que supuso el bebop, primera piedra de lo que será el jazz a partir de su ruptura con la tradición: un grupo de cinco músicos cuya espoleta es Bird, en contraste con las big bands, huyendo de la amabilidad del swing y priorizando el ritmo y las improvisaciones de los solistas. El saxo alto de Parker, la trompeta de Davis, el piano de un Gillespie (o Hen Gates en los créditos) que se ocupa del mismo porque no debía haber otro pianista presente, el contrabajo de Curley Russell y la batería de Max Roach exponen el futuro absorbiendo el pasado africano y las vanguardias europeas presentes sin ser rehén de ninguno. Obviamente, John Coltrane, Ornette Coleman o Albert Tyler llevaron mucho más lejos los conceptos de estos Charlie Parker's Reboppers (Ree Boppers en la etiqueta del sencillo), pero hay que valorar la valentía de su propuesta —los dos planos son indispensables— por sus propias cualidades y como el acicate que a tantos estimuló y que todo lo transformó.
NOTA: Este texto fue publicado originalmente en Tomajazz el 19 de octubre de 2020.