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jueves, 4 de mayo de 2023

Amateur Universes

Si bien entre Backbone Ritmo y Amateur Universes se publican un disco de remezclas del primero (Concrete Mixer) y un directo grabado junto con el tristemente desaparecido Josetxo Anitua, el álbum de 2006 que hoy comentamos es el que sigue en estudio a Backbone Ritmo. La música de Atom Rhumba se mantiene exactamente igual de excitante y personal, una banda arrebatadora a la que se suman los teclados de Cabezafuego y el saxo de Joe Gonzalez aunque continúen liderándola la voz, la guitarra y las composiciones de Rober!

La deconstrucción de funk y country que abre bajo el título de Mr Everywhere nos sumerge de golpe y sin ambages en el mundo sonoro de los autores de Hormonal Riot, rico en matices instrumentales y poderío rítmico. High energy funk, el de Home Made Prozac se lleva por delante todo lo que se le ponga y nos invita a bailar como locos. Broken Town es una pieza breve de folk rock emparentado con la escuela aussie Cave/Salmon. Vuelven el frenesí y la invitación al baile en Body Clock, que fuera muestra del trabajo en forma de videoclip. El mambo y el funk se alían en un Stand Up! que contiene ideas de Tom Waits o Maceo Parker pasadas por el filtro rhumbero. El pop psicodélico de Amateur Universe resulta enormemente sugerente antes de Overproof se agarre al funk otra vez, recordando los lazos que hay entre el grupo vasco y la Jon Spencer Blues Explosion. Hidden Revelations se decanta por el dub y Riding The Cliche es un medio tiempo fascinante que injerta elementos de jazz modal eléctrico y funk lisérgico en su estructura rock. La mixtura bizarra de folclore europeo y rock and roll de Tom Waits, influencia que Rober! explicita en su manera de cantar, alumbra Looking For Ma'Lover, penúltimo corte de una función que cierra mediante los casi ocho minutos de The Vanishing Days, o cómo aunar country y música circense sin despeinarse.

La edición en vinilo añadía una canción (Paranoia Gospel Choir), pero la que yo tengo y he comentado es en CD. Bien sea en un formato o el otro, en lo diecisiete años que han seguido a este espléndido Amateur Universes Atom Rhumba solo ha publicado dos discos (Gargantuan Melee y Cosmic Lexicon) que no han hecho sino confirmar que los de Bilbao (y alrededores) son una de las mejores y más audaces bandas de los últimos treinta años. Aunque sean otros nombres los que ocupen las listas.


 

lunes, 12 de octubre de 2020

Backbone Ritmo

Manteniendo e incluso aumentando el nivel del excelente Chasin' The Onagro, Atom Rhumba volvía en 2003 con Backbone Ritmo para seguir autoseñalándose como una de las bandas más personales e impactantes del panorama patrio. Constant Deja Vü y Gone abren el álbum con un funk estilizado que se convierte —esquizoide— al punk y el noise en Eskimo Bones sin dejar que los ecos de James Brown y epígonos se apaguen. High energy rock and roll, techno y soul jazz se pueden rastrear sin problemas en Take Your Time. El country pantanoso con olor a los Beasts Of Bourbon tiene su espacio en Satin Breakdown. New Kind Of Virus muestra a los Rhumba más agresivos sin que los riffs y los ritmos pierdan su esencia funk. Country rock es lo que nos ofrece One Bit Memory, servido con la pedal steel de Hendrik Röever y letra del bicho mayor, Josetxo Ezponda, influencia siempre presente en los de Bilbao. Endurecen de nuevo el asunto Rober! y compañía con un Abstract Blues que desciende de Captain Beefheart, aunque no llegue al extremismo del autor de Trout Mask Replica, y un Just Stop punk y febril que antecede al último corte de la función. Así es. Los seis minutos de Cowboy Fly echan el cierre partiendo de presupuestos cercanos a los de Tom Waits para desarrollarse en la línea de Manta Ray, grupo con el que Atom Rhuma mantiene no pocas relaciones estéticas. Solo falta mencionar el espectacular sonido de la producción del grupo y Kaki Arkarazo, si la anterior había correspondido al ilustre Mick Collins, para tener el cuadro completo de un gran trabajo hecho de bajo, batería, voces, guitarras, teclados, percusión, saxo, vibráfono, palmas y sierra melódica: Backbone Ritmo.


jueves, 19 de marzo de 2015

Gargantuan Melee


Mismo año, misma grandeza, mismo pasto de minorías. Como en nuestra anterior entrada, volvemos a 2010 para enfrentarnos al último disco hasta la fecha de uno de los mejores grupos españoles de las dos últimas décadas, Atom Rhumba, tan creativo e independiente como el que nos visitaba con su Grand Unifying Theory: Kim Salmon & The Surrealists. Gargantuan Melee no solo es un trabajo sobresaliente, sino que corrobora por sexta ocasión una trayectoria en la que tesón y calidad equivalen siempre a acierto discográfico. Habitual en la banda, el elepé trae novedades en una formación que tiene su eje desde el principio en las composiciones, la voz y la guitarra de Rober! Queda aquí aquélla reducida a quinteto, pues el puesto de Jabi al bajo es cubierto por el ilustre navarrista Iñigo Cabezafuego, que en Amateur Universes se encargaba solamente de los teclados. Ignacio Beltrán (batería) y Joe Gonzalez (saxo y flauta) repiten, completando el grupo Joseba Irazoki, espectacular entrada a las seis cuerdas (también banjo, percusión y coros) que hace ganar en dinamismo y potencia el sonido del disco.


El funk noise y naíf de The Secret Tongue Dance Society corta la cinta de salida antes de que el grupo eche a correr con Cynic Skin, pelotazo de funk rock en cuyo vídeo promocional el quinteto vasco, como los Beatles, se subía a la azotea para tocar el tema. La peculiar cadencia de Stella, el inconfundible falsete de Rober! y los punteos agudos y atonales de las guitarras nos recuerdan que Atom Rhumba, por fortuna, sigue siendo Atom Rhumba. La deliciosa River And Death —con el banjo de Irazoki como guía— nos lleva al mundo de Buñuel, pues en su película de 1955 El río y la muerte está basada la letra de Cabezafuego. Pétrea y machacona, I'm Coming contrasta con el imparable ritmo de Instigako mutikoa—soberbio Beltrán a los tambores—, pero en ambas son protagonistas las guitarras lacerantes de Rober! e Irazoki. Los coros de Las Culebras iluminan Dema Go-Go Jane, a la que sigue Let's Run, construida sobre un riff aguerrido y varios cambios de ritmo. Heart On Parole es una balada de aires sesenteros adaptados a la idiosincrasia de Atom Rhumba. Beltran Blues remite en su brevedad y velocidad al hardcore, si bien, al ralentizarlo a la mitad y cambiar su orientación, el tema pasa a ser tan inclasificable como la mayoría de lo que estamos intentando glosar. Come On Declare es otra de las gozosas aberraciones que pone en pie la banda, con las guitarras y el saxo de Gonzalez echando chispas por momentos y el Micromoog culminando sus tres minutos largos. En recuerdo de Josetxo Anitua, Blurred Man despide el álbum en algún lugar (experimental) entre el krautrock, el progresivo y el free jazz que haga justicia a la figura borrosa de quien fuera cantante de Cancer Moon. Herederos insobornables de los autores de Hunted By The Snake, nadie mejor que Rober! y sus compañeros para rendir tributo a Anitua, teniendo en cuanto que algo de él hay en los surcos de un disco tan lúcido e intransferible como Gargantuan Melee.

lunes, 17 de febrero de 2014

Hormonal Riot


Hormonal Riot (1998) es el título del primer disco de Atom Rhumba, sí, pero, sobre todo, es el inicio de una carrera única por su calidad, independencia y temperamento. Son estas tres cualidades —desarrolladas mediante el trabajo, que lo da todo— las que han hecho del grupo vasco uno de los más conspicuos y originales creadores que el rock español ha conocido en los últimos quince o veinte años. Funk, garage, soul, surf, lounge, krautrock, bandas sonoras y otros son los instrumentos que utiliza Rober! —líder de la banda y único miembro inamovible desde el principio hasta nuestros días— para plasmar una idea musical que ya en su primer elepé no deja dudas sobre el camino elegido: el del riesgo; un camino y un riesgo en los que caben por igual Curtis Mayfield, Marvin Gaye, la Jon Spencer Blues Explosion, Ennio Morricone, Can, Cancer Moon (¡cómo no, si uno de los cortes se llama Con Tura Satana y Damo Suzuki, y en el escuchamos la voz y el sintetizador de Josetxo Anitua!) o el Art Ensemble Of Chicago (de quien Atom Rhumba versionó el extraordinario Thème de Yoyo junto al nombrado Anitua). Rober! pasa del falsete a la agresividad, al igual que las guitarras, el bajo y la batería, sin concesión alguna al oyente que busque en el arte la misma autoayuda que cree encontrar en esos volúmenes de papel manchados de tinta inútil y engañosa. Aquí hay pasión y víscera, no explicación o soluciones, puestas en escena con técnica suficiente y maquilladas —además y cuando es necesario— con saxos, órganos, pianos y el mencionado sintetizador. Es decir, la primera página —que diría Joe Henderson, y ya que hemos hablado de libros— de una historia que seguirá contándose y asentándose gracias a una serie de discos excelentes y unos conciertos casi siempre memorables. Que comenzara prensada por Munster Records no es casual o coyuntural, sino plenamente lógico.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Chasin' The Onagro


Inquebrantable e insobornable. No se me ocurren adjetivos más exactos para describir a Rober!, cantante, guitarra y viga maestra de Atom Rhumba, toda una institución del rock vasco cuya discografía en quince años de existencia, a pesar de las constantes entradas y salidas de la formación, le convierte en uno de los grupos más coherentes y excitantes de los que todavía se dedican a estas alturas a propagar la música del diablo.

Chasin' The Onagro (2001), producido por el ilustre Mick Collins, es su tercer trabajo (y segundo largo; el anterior, Dirt Shots, era un minielepé), un rotundo álbum que mejora lo ya expuesto en los dos primeros pasos, el muy interesante Hormonal Riot y el que acabamos de mencionar. Fundando sus cimientos sobre funk, high energy, kraut, punk, noise, techno, blues y free jazz, el de Atom Rhumba es un camino ancho pero de carril: nadie viaja con Rober! y sus acompañantes; van a su aire, y eso se nota. Huyen de soluciones fáciles o estándares los once temas del trabajo, sorprende su escucha por las diferentes melodías, las variaciones y los matices que dentro de cada uno encontramos, siempre excelentemente interpretados por el grupo y los vientos, cuerdas y percusiones que motean el trayecto. Nombres como Funkadelic, Tom Waits, Can o Beasts Of Bourbon pueden acudir a la memoria del oyente curtido y atento, tan ricos son los manantiales que dan de beber a Atom Rhumba. Por si fuera poco, no queda Chasin' The Onagro como excepción o rareza, pues Backbone Ritmo, Amateur Universes y Gargantuan Melee, sus sucesivas entregas hasta la fecha, no han rebajado un solo milímetro el nivel de exigencia, haciendo de su obra completa un manjar al alcance de muy pocos artistas en el panorama rock contemporáneo. De escucha obligada, por supuesto.