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jueves, 1 de mayo de 2025

I Like You A Lot Getting Older

Con cuarenta años de carrera a sus espaldas (y nuevo cantante, Tim Rogers, desde 2021), los Hard-Ons mantienen incólumes su energía y su habilidad para cocinar discos de rock and roll siguiendo una receta única. Publicado en 2024, es pinchar I Like You A Lot Getting Older y sentir ese huracán de punk rock cargado de melodía pop mediante I Like You A Lot. Huracán que no cesa en la gloriosa Buzz Buzz Buzz, quizá la mejor canción del plástico y adictiva hasta la médula. These Days Are Long se encarga de introducir el trash metal en la ecuación, salvajada que no puede faltar en un álbum de los australianos. Con un piano invitado que se deja notar, Happy Accidents es un tema de algo que podríamos llamar punk progresivo, aparente oxímoron que solo los autores de Very Excinting! son capaces de resolver. Because You're Mine no oculta su fondo, o su corazón, pop a pesar del tratamiento eléctrico y Finder's Fee completa la primera cara con el corte más extenso de la misma gracias a cinco minutos largos de aplastante hard rock/heavy metal.

Getting Older inicia la segunda mitad del elepé con una especie de versión guitarrera de Prefab Sprout con interludio vocal a casar con los Beach Boys o, incluso y si alguien se acuerda de los de Cumbria, con It Bites. The New That Fits sigue la línea de Happy Accidents mientras que Operation Lightning, la de Buzz Buzz Buzz en otro tema espectacular. El veloz punk rock de Ride To The Station añade más gozosa melodía antes de que Doesn't Look Like Me At All proponga un nuevo (y breve) asalto metálico. En contraposición, los seis minutos de Pushover se encargan de clausurar la función  a través de su pieza más vasta, punk, metal, pop y krautrock de la mano tensándose en un crescendo apabullante que nos recuerda que no hay bandas como los Hard-Ons ni discos —título incluido— como I Like You A Lot Getting Older (a no ser que sean de los creadores de Too Far Gone). Una maravilla más a sumar a su trayectoria.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Alfalfa Males Once Summer Is Done Conform or Die

Sigue viva esta institución aussie, como demuestra la reciente publicación de I'm Sorry Sir, That Riff's Been Taken, arrasando escenarios y reventando oídos ahí por donde pasa y es escuchada. Y no se queda atrás en el estudio. Alfalfa Males Once Summer Is Done Conform Or Die (el más retorcido de los títulos de una discografía que los tiene peculiares) halla a los Hard-Ons en 2010 más metálicos y violentos que nunca, no por encima de aquella soberbia trilogía que abría su segunda etapa (This Terrible Place, Very Exciting! y More People Are A Waste Of Time) pero manteniendo intacta su intransferible personalidad. Diecinueve canciones que van del punk melódico pariente del power pop al trash metal comandado por los brutales riffs de Blackie (los puristas de cualquier subgénero rocker saldrán espantados), como bien establece la yuxtaposición de los cuatro minutos y medio de I'm A Frozen Boy, característica composición de los australianos que mezcla punk, kraut y surf de esa manera que solo ellos conocen, con la brevedad death metal de Damp y Near The Casino; o la de Tie Ya Mother Down (nada que ver con Queen) con Give Me Arse A Haircut (del metal extremo y veloz al punk pizpireto) y, a su vez, con Atomic Handshake (rock and roll hecho de acero). Ejemplos que sirven para glosar lo que es pasión desenfrenada y visión única de la música del diablo, ajena a presupuestos externos, presiones comerciales, modas o adscripciones a tal o cual movimiento. Distorsión, agresividad y melodía al servicio de una causa artística propia, eso es lo que nos ofrece el aquí trío (a partir de 2016 cuarteto con el retorno de Keish de Silva) en Alfalfa Males Once Summer Is Done Conform Or Die. Es decir, como siempre.

miércoles, 23 de abril de 2014

This Terrible Place


¿Por qué acuden a mi cabeza —entre otros mil— nombres tan teóricamente antitéticos como Devo, Circle Jerks, Slayer o Beach Boys? ¿Quién reunirá las cualidades de todos ellos y las desparramará en su obra para regocijo de sus admiradores? ¿De dónde vendrá ese aullido iconoclasta tan, tan peculiar bañado en caramelo? Premio, aunque no tenga mérito si han mirado la imagen que preside el texto: hablamos de los Hard-Ons y de su disco de retorno tras siete años —separación mediante— sin publicar uno: This Terrible Place (2000). No tan exuberante como las dos siguientes e imprescindibles entregas de la banda (Very Exciting! y Most People Are A Waste Of Time), el disco posee, sin embargo, la misma e insobornable personalidad, viajando del punk al trip hop (esa declaración final titulada I Hate Clubbers) entre guitarrazos metálicos y endulzadas armonías vocales que nacen en Black Sabbath y los Beatles pero que tienen sonido inconfundible. El del trío australiano es aquí sólido como una roca que solo Keish, Blackie y Ray saben cincelar, haciendo suyo incluso el lugar común y desbaratando las ideas preconcebidas de quien acude a un álbum de rock como si fuera al supermercado. Las canciones de los Hard-Ons mutan, sorprenden, huyen de clasificarse a sí mismas, si bien haya denominación de origen en cada una de ellas pues todas parten de las premisas establecidas por el mundo marciano y empalmado del grupo. Escuchen detenidamente Fallen Star, Strangers, First Cut is The Weakest, Time Won't Let Me, Trouble Trouble, Charger, I'm Bringing You Death, Sadly Ever After o Birthday y descubrirán cómo el riff monolítico no es incompatible con la melodía pop o la experimentación; cómo un estribillo se convierte en mantra in crescendo; o cómo de una tonadilla infantil se pasa al esputo más salvaje sin solución de continuidad. Descubrirán, en definitiva, una manera de hacer las cosas ajena, aun sin ser específica o buscadamente críptica, a comercialidad alguna —pues solo busca satisfacer los instintos propios de creación y expresión—, sin que el riesgo constante sacrifique el goce inmediato de la mejor música popular. Los ilustres personajes que prestan su cabeza a la contraportada de This Terrible Place están con nosotros, palabra.

viernes, 7 de mayo de 2010

Very Exciting! y Most People Are A Waste Of Time

Es posible oír con relación a los Hard-Ons los nombres de Motörhead, King Crimson, Neu!, Ramones, Napalm Death, Buzzcocks, AC/DC, Beach Boys o Can. Y más se podrían añadir al mismo tiempo que se reduce a cero la lista, pues más que eclecticismo lo que hay es heterodoxia en un grupo tan irreverente, iconoclasta e independiente, que ha logrado recordar a todos sin sonar a ninguno, convirtiéndose en uno de los grandes del rock de su tiempo.

Separados a mediados de los noventa, los Hard-Ons volvían al estudio de grabación para iniciar con This Terrible Place (2000, siete años después de Too Far Gone) —tras hacer balance en 1999 con un excelente The Best Of— una nueva etapa del grupo. Tres años más tarde, ya sin Keish a la batería y con esa fiera llamada Blackie asumiendo las partes vocales además de la guitarra, el trío australiano publica la que para mí es su obra maestra, Very Exciting!, en el que metal y punk son ingredientes de una receta con tantas especias que la hacen de muy difícil clasificación. Ya no hay gemas punk pop como Where Did She Come From o Missing You Missing Me, pero la libertad kraut que se respira en maravillas como Baka o Breakfast Caramel, las brutales guitarras con las que Sunny abre el álbum (y que continúan durante todo su recorrido) mezcladas con esa tonadilla pop que contrapone la melodía vocal, el ataque frontal de Punk Police o el trash metal de Cat's Got Your Tongue —por destacar alguna de las catorce descargas de Very Exciting!, pues hablamos de un álbum que funciona a la perfección como tal— llevan a los Hard-Ons a terrenos ignotos de tremenda intensidad.

No se queda atrás el siguiente disco de los australianos, Most People Are A Waste Of Time (2006), de misántropo título (surrealistas los de las canciones) y extraordinario contenido. Similar en su apertura a Very Exciting! (What Would Stiv Bators Do y I'm Hurt I'm In Pain recuerdan a Sunny), There Goes One Of The Creeps That Hassled My Girlfriend recupera a Keish y el punk pop marca de la casa a finales de los ochenta y en los noventa. También lo hacen Stop Crying y The Ballad Of Katrin Cartlidge (aunque aquí no cante Keish), pero, al igual que Knowing My Luck…, I'll Get Thrush Or Something, Bubble Bath, Poorest Kid On The Block o But Officer I Was Just Doing My Job, son canciones en las que pop, kraut, hard, punk, emo y progresivo se mezclan de tal manera que lleva a los Hard-Ons a resultados tan originales, si no más, que los de Very Exciting!

Si en su primera etapa los Hard-Ons se convirtieron en el mejor grupo de punk rock australiano, en lo que va de siglo XXI se han convertido en uno de los mejores grupos de rock del mundo. Siempre a su aire, la libertad creativa es la premisa básica que guía Very Exciting! y Most People Are A Waste Of Time, dos piezas soberbias e insobornables cuya escucha produce —tras el incontenible subidón de adrenalina— la sensación de plenitud que dejan las mejores obras de arte. Compruébenlo si aún no lo han hecho y verán cómo no exagero.