Quitándole el artículo del título con el que aparecía en el excelente Mother Juno, The Breaking Hands pasa a liderar este doce pulgadas de 1988 remezclado por Robin Guthrie y sin perder ninguna de sus cualidades dream pop por el camino, obvio siendo quien es el también productor de la rodaja. La cara B tiene dos canciones, la primera, una aleación de punk, rockabilly y blues marca de la casa y llamada Crab Dance, la segunda, un acercamiento al power pop matizado por el blues que responde al nombre de Nobody's City; ambas estupendas y ambas con indiscutible protagonismo galvanizador de la slide de Kid Congo Powers. Y las tres que conforman el plástico, claro, cantadas y compuestas por Jeffrey Lee Pierce, acompañado asimismo de su guitarra, sin quien el romanticismo decadentista de The Gun Club no sería comprensible.
jueves, 17 de julio de 2025
jueves, 23 de marzo de 2023
Miami
Lo que en su debut podemos llamar punk blues no se va en su segundo paso, si bien alguno de los temas deba llevar el prefijo post delante del calificativo punk. Y no es que la banda que publica Miami en 1982 sea un grupo diferente al que ha grabado Fire Of Love el año anterior, pero sí hay una orientación sonora ligeramente distinta, menos abrasiva, en Carry Home, Brother And Sister, Texas Serenade o Mother Of Earth (delicioso country rock fronterizo que echa el cierre) a la que algo debe la producción de Chris Stein. (A propósito, que éste y Debbie Harry participaran en el elepé, la segunda haciendo coros, debió suponer una gran acicate para Jeffrey Lee Pierce, pues antes de formar The Gun Club había sido presidente de uno de los clubs de fans de Blondie.) Pero igualmente cierto es que las versiones del Run Through The Jungle de la Creedence, el tradicional John Hardy y el clásico rocker de Jody Reynolds Fire Of Love (el mismo título que su primer disco, sí, y el corte que más evidentemente casa al cuarteto con los Cramps) o los balazos de Pierce A Devil In The Woods, Bad Indians y Sleeping In Blood City no dejan dudas de que la peculiar agresividad del cuarteto no se ha disipado. Unas y otras canciones conforman un estupendo trabajo que yo sitúo sin miedo por encima del estreno de The Gun Club, que, sufriendo diversos cambios en su formación e incluso una ruptura momentánea, conseguiría mantener tan elevado nivel creativo en los siguientes cinco años gracias The Las Vegas Story y Mother Juno. A disfrutar junto con este Miami que hoy hemos glosado.
lunes, 1 de agosto de 2022
Pastoral Hide And Seek
La misma formación que en 1987 había marcado el retorno con el excelente Mother Juno publicaba tres años después este Pastoral Hide And Seek que nos atañe. Jeffrey Lee Pierce, Kid Congo Powers, Romi Mori y Nick Anderson encarnan a The Gun Club en un elepé inferior a cualquiera de los cuatro que le han antecedido o a las grandes grabaciones que el rock da en 1990, véanse Ragged Glory, Ritual de lo Habitual, Goo, Black Milk, Third Eye, …And You?, Hunted By The Snake o La vida mata. Si la primera cara es más pop —pop que siempre ha estado ahí desde Miami—, a pesar del empuje de The Straits Of Love & Hate, mi favorita de dicho cincuenta por cien, en la segunda hay una mayor intensidad que se manifiesta, tras el pegadizo single The Great Divide que la abre, en Another's Country Young, Flowing y Temptation & I. El rock and roll crudo y pantanoso (punk blues le llamaban) que caracterizaba a la banda sin ambages en sus comienzos se cruza con el aliento pop para ofrecer una estimulante triada de composiciones de Pierce que, empujada por la tórrida interpretación del cuarteto, se alza como lo mejor del disco en mi opinión. La edición en CD y la posterior en vinilo de Bang! sumaban una vibrante versión del Eskimo Blue Day de Jefferson Airplane que The Gun Club llevaba a su terreno… y, en parte, al del I'm Eighteen de Alice Cooper, sin bajar ni subir la nota —sumando en todo caso— de Pastoral Hide And Seek, un buen trabajo, concluimos, de los autores de Fire Of Love.
lunes, 7 de septiembre de 2020
Fire Of Love
miércoles, 19 de junio de 2019
Mother Juno
A la sombra de su primera etapa y de tres discos como Fire Of Love, Miami y The Last Vegas Story, el segundo periodo de vida de The Gun Club dejará dos elepés consecutivos de menor agresividad sonora aunque igualmente necesarios, Mother Juno y Pastoral Hide & Seek, en especial el publicado en 1987. En compañía del gran Kid Congo Powers, Romi Mori y Nick Sanderson, Jeffrey Lee Pierce trae una colección de canciones espectacular ejecutada con sensibilidad pop y garra eléctrica, argumentos musicales que se funden o alternan pero que son evidentes. Que sea Robin Guthrie quien produce no es una anécdota, como no lo era que Chris Stein estuviera detrás de los controles en el mencionado Miami. Las palpitaciones góticas y post punk de Cocteau Twins se sienten en un material cuya textura, sin embargo, remite a Pierce y su grupo. Si es cierto que hay momentos como The Breaking Hands o Yellow Eyes que flirtean con el dream pop y el pop de raigambre soul, pero la energía power pop de la inicial Bill Baley y de Hearts, el asalto psychobilly de las tremendas Thunderhead y My Cousin Kim (imagino a Josetxo Ezponda escuchándolas mientras barruntaba el Color Hits de Los Bichos), la arrogancia de Lupita Screams y el rockabilly de adornos pop de Araby nos recuerdan y acercan a la distorsión y la potencia fundacionales de los autores de Lucky Jim. Port Of Souls pone fin solemne a Mother Juno como epítome (o como uno de los posibles epítomes) de lo que ha sido, imbricación de Yellow Eyes y Thunderhead, por ejemplo, o las tendencias dispares que ambas representan. Sea como fuere, parte de uno de los mejores y más olvidados álbumes de un año plagado de joyas.