lunes, 29 de mayo de 2023

Ballad Of Easy Rider

Ya solo queda Roger McGuinn al frente en el octavo disco de los Byrds, un Ballad Of Easy Rider de 1969 que no está a la altura de los seis primeros e imprescindibles trabajos de la banda a pesar de abrir con la bellísima canción que le da nombre y a pesar de que hablamos de un elepé muy notable. No es justo, de todos modos, comparar una grabación con Fifth Dimension, Younger Than Yesterday o Sweetheart Of The Rodeo, pues ante obras de semejante calado solo caben el silencio o la admiración; el cotejo —por lo general— siempre será dañino.

Cedidos por Bob Dylan a McGuinn, los versos que abren el tema que pone título al plástico,

"El río fluye
fluye hacia el mar
donde sea que vaya ese río
ahí es donde quiero estar ",

son la introducción perfecta al majestuoso pop orquestal que en dos minutos esparce sus notas poéticas en versión diferente a la que oímos en la mítica película de Dennis Hopper. El bajista John York trae Fido, funk rock en el que llama la atención el solo de batería de Gene Parsons, ¿un solo de batería en un disco de los Byrds? Oil In My Lamp es un himno cristiano tradicional que adaptan McGuinn y Clarence White. El country y el bluegrass hacen acto de aparición en el tema de Pamela Pollard Tulsa County, en el que hay que prestar especial atención al violín de Byron Berline. Los aires celtas del tradicional Jack Tarr The Sailor, arreglados por McGuinn para la ocasión, y el góspel de los Art Reynolds Singers Jesus Is Just Alright amplían la paleta de un conjunto cuya variedad es indiscutible. Un álbum de los Byrds sin una versión de Dylan, aunque lo haya, es como una cerveza sin alcohol, alcohol que aquí pone la lectura, entre el pop, el country y la psicodelia, del It's All Over Now, Baby Blue que cerraba Bringing It All Back Home. There Must Be Someone (I Can Turn To) es una hermosa adaptación de los Gosdin Brothers, en cuya grabación original habían participado White y Parsons. Precisamente éste es el autor de la estupenda Gunga Din, que tiene en su trayecto pop puntos en común con la Ballad Of Easy Rider de McGuinn. Country y folk reivindicativos son los que escuchamos en el Deportee (Plane Wreck At Los Gatos) de Woody Guthrie antes de que un breve homenaje a los tres astronautas que ese mismo año habían pisado la luna (excepto para los negacionistas) concluya el elepé. No puede extrañar aquí un corte como Armstrong, Aldrin And Collins, pues ya habían demostrado su interés por el espacio los creadores de este totalmente recomendable Ballad Of Easy Rider. Sin ser The Notorious Byrd Brothers, por supuesto y acabamos, todavía nos habla de un grupo único e inolvidable.


 

jueves, 25 de mayo de 2023

Buddy Holly

Podría haber sido el segundo trabajo de los Crickets pero se optó porque fuera el primer disco de Buddy Holly, cosa lógica pues singles como Peggy Sue o Words Of Love ya habían sido publicados por Coral a nombre de Holly en 1957, y el gafotas de oro era la estrella. Sea como fuere, y sin sus espejuelos en la portada, Buddy Holly se publicaba en 1958 para quedar como otra obra maestra que se disfruta igual que The "Chirping" Crickets. Los doce cortes nos enamoran por su deliciosa inmediatez, si bien no está de más destacar la mencionada y mítica Peggy Sue y su cadencia que domina la batería de Jerry Allison, coautor del tema; el country & western convertido (o rendido) al pop de Listen To Me; el R&B de Fats Domino hecho country & western en Valley Of Tears, operación inversa a la de Listen To Me que enriquece el órgano del productor Norman Petty; la nostalgia de Everyday, que para muchos ha quedado unida para siempre a la maravillosa película de Rob Reiner Cuenta conmigo; o la espectacular Rave On, en la que Petty toca unas pocas y magníficas notas de piano que aumentan el valor de la canción, aunque no tengan la rotundidad de las que interpreta exultante C.W. Kendall Jr. en Little Baby, el final de una función histórica y transcendental cuyos veinticinco minutos escasos valen más que horas y horas de otros artistas que no hace falta citar. La imaginación de cualquiera de ustedes es mucho más poderosa.

lunes, 22 de mayo de 2023

Agents Of Fortune

Hay un giro evidente hacia terrenos menos agresivos y más comerciales en el cuarto disco de Blue Öyster Cult. Las estructuras poco convencionales de las canciones y el sonido acerado de los tres primeros elepés son dejados parcialmente de lado en Agents Of Fortune (1976), si bien el grupo neoyorquino sigue siendo una gran banda de rock and roll que desarrolla excelentemente composiciones de muchos quilates. 

Breve, inmediato y mordaz en el terreno lírico, This Ain't The Summer Of Love enseña unas garras rockers que no corresponden a lo que se va a yuxtaponer. True Confessions se encuentra mucho más cerca de Ian Hunter o Bruce Springsteen que de Black Sabbath o Led Zeppelin, para sorpresa de los fans que compraban el disco en el momento de su publicación. No abandonaba esa querencia pop (Don't Fear) The Ripper, bellísimo canto existencial y romántico que, además de ser el mayor éxito de los autores de Secret Treaties, tiene ese aire misterioso de los mejores temas del quinteto. E.T.I. (Extra Terrestrial Intelligence) luce músculo hard pero The Revenge Of Vera Gemini retoma el camino pop en una canción escrita por Albert Bouchard (que además de tocar la batería ejerce de vocalista) y Patti Smith en la que los teclados de Allen Lanier son protagonistas. Son sus teclados, precisamente, los que abren Sinful Love, que también canta y coescribe Bouchard y en la que sobresale Buck Dharma a las seis cuerdas. Tattoo Vampire es un pelotazo de rock duro que contrasta con la épica y atmosférica Morning Final, un corte de una exuberancia musical que podríamos calificar de góspel rock. Tenderloin provoca sensaciones similares a las de (Don't Fear) The Ripper antes de que Debbie Denise (de nuevo el tándem Bouchard/Smith en la escritura) complete el plástico con una deliciosa suma de pop, folk y arena rock. Los tiempos cambiaban y Blue Öyster Cult con ellos.

jueves, 18 de mayo de 2023

Runnin' With The Devil

"Vivo mi vida como si no hubiera un mañana
 Y todo lo que tengo, tuve que robarlo":

aparte de encabezar el maravilloso debut de Van Halen de 1978, la canción que abrían estos versos tan punks iba a ser uno de los sencillos del elepé. Glorioso medio tiempo que arde en su estribillo, Runnin' With The Devil empieza a dibujar a uno de los grupos más especiales de su tiempo, pues su rock duro tiene una inmediatez de la que carecen otras bandas de hard o heavy metal. La segunda cara del sencillo era, a su vez, el segundo corte de Van Halen, una miniatura instrumental dedicada al lucimiento de Eddie Van Halen, quien afirma en Eruption su incontestable poderío técnico sin excederse con el tapping. Single de contrastes, pues, que nos habla de un cuarteto que entre finales de los setenta y principios de los ochenta dejó una serie impecable de grabaciones pero que ya en sus albores tenía muy clara su fórmula.

lunes, 15 de mayo de 2023

I Got Mine

Dos singles saldrán del muy notable Another Perfect Day, el disco de 1983 que Motörhead publicaba con Brian Robertson a la guitarra. Del segundo, el espectacular Shine, ya hemos hablado por aquí, el primero se trataba de un I Got Mine no tan sobresaliente pero con el suficiente empuje y calidad para formar parte de un álbum del trío liderado por Lemmy e, incluso, para abrir la edición norteamericana del elepé, quizá por su sonido más acorde a la coyuntura comercial musical y metálica. La cara B del sencillo era ocupada por Turn You Round Again, una buena y típica canción de los autores de Ace Of Spades en la que quien fuera miembro de Thin Lizzy se luce a las seis cuerdas sin desentonar con el sonido del grupo, como se dijo, o se presuponía, en su momento. Aquella formación, por muy borde u hortera que fuera Robbo, dejó cosas grabadas realmente buenas.

jueves, 11 de mayo de 2023

Siempre tropical

Del octavo disco de Airbag, grupo al que he llegado tarde pero llevo dos años remediándolo, se puede decir para empezar que no decepciona. Sin embargo, Siempre tropical (2022) crece con las escuchas y, más allá de dar con el trío de siempre, está lleno de matices que en los tres últimos cortes se hacen tajantes. Todo mal, un escupitajo hardcore de medio minuto que es puro Zeke, Siempre tropical, grunge de filiación punk e injerto pop a medio camino, y Perros y gatos, pop acústico y orquestal arreglado por Guille Wild Honey, alumbran nuevos caminos sin desentonar con el conjunto del plástico.

Pero vayamos al principio. Finales alternativos es un homenaje a los primeros Planetas que corrobora la participación de J. Weezer, los Cars, Redd Kross o Cheap Trick asoman en Secretos chinos, si bien Airbag posee un estilo propio y diferenciado que vuela por encima de sus influencias. Dentro de ese estilo están sus entrañables letras, entre lo naíf y lo incisivo, y La marmota Phil es un buen ejemplo de ello, pop que desciende hasta Los Brincos puestos al día para cantar que

"Veo las parejas que llevan tanto tiempo
y yo que no lo entiendo, me entra un sentimiento
busco una respuesta a cómo se hace eso
yo no me he enamorado desde el siglo pasado
hace tanto tiempo que ya no siento nada…".

Un pena lo de Mario es power pop que en algún momento flirtea con el hard rock, igual que lo ha hecho Secretos chinos o lo hará Surf Riot. Antes de llegar a esta última, nos encontramos con el pop resplandeciente de Viva John Hughes, que habla de las mentiras que se dicen para hacer feliz a tu pareja o para no perderla:

"No he pisado un gimnasio en la vida
jamás me gustó esa canción
me aburre tu cine de autor,
de acuerdo, ¡que viva John Hughes!;

el terreno de la power ballad también hollado con éxito por los malagueños en Parece, pero no (que aprenda Scorpions) y la vuelta al power pop de Andrea. Las cuatro canciones ya mencionadas (Surf Riot, Todo mal, Siempre tropical y Perros y gatos) completan la media hora escasa de un Siempre tropical que cuesta dejar de escuchar cuando te pones con él. Un señor trabajo.



lunes, 8 de mayo de 2023

The Art Tatum-Ben Webster Quartet

El 11 de septiembre de 1956 ha de ser recordado, en clave jazzística, por ser la fecha en que el genial Art Tatum graba su último elepé. Última, por tanto, de las sesiones que registra bajo la supervisión de Norman Granz, ésta con Ben Webster cuenta con la misma base rítmica (Red Callender y Bill Douglass) que la realizada en compañía de Buddy DeFranco en febrero del mismo año, también será publicada en 1958 y es igualmente imprescindible, pues aun estando el pianista de Toledo en una situación irreversible que le conducirá a la muerte en menos de dos meses su arte no ha cedido un ápice.

Las palabras que utilicé para describir a Tatum en la colaboración con DeFranco en su momento sirven exactamente igual aquí, ya que su estilo labrado a partir del stride y el swing y "ajeno al bebop", sus "continuos y veloces arpegios", se diría que infinitos, y su dominante e invasiva "voracidad melódica" no varían nada en The Art Tatum-Ben Webster Quartet: son los que definen una personalidad a prueba de bombas. Más sobria y cercana al espíritu de las baladas protagonistas del álbum (de su primera cara sobre todo) es la técnica de Ben Webster, cuyo delicioso saxo tenor contrasta con las teclas de Tatum. Nunca ejerce éste como discreta base rítmica que se suma al contrabajo y a la batería cuando le toca improvisar a aquél, sus notas aspiran a monopolizar la función, pero aunque las que toque Webster sean menos no dejan de brillar.

No importa cuál de los siete cortes escojamos, en todos se repiten patrones similares: Art Tatum nos apabulla con su habilidad sin dejar a un lado la emoción; Ben Webster nos embelesa con su sensualidad. "Ningún hombre hizo serias concesiones al otro", comenta Brian Morton cargado de razón, y, sin embargo, el disco funciona magníficamente, la música es espléndida en cualquiera de sus rincones, de All The Things You Are a Where Or When, y que la comande Tatum inevitable e indudablemente no rebaja el enorme talento de Webster, quien llevaba años demostrándolo y seguirá haciéndolo bastantes más. No será el caso de Art Tatum, ya lo hemos dicho; el alcohol acabará con su vida el 5 de noviembre de 1956, cuarenta y siete años suficientes para alzarse como uno de los mayores virtuosos que el jazz haya conocido.



jueves, 4 de mayo de 2023

Amateur Universes

Si bien entre Backbone Ritmo y Amateur Universes se publican un disco de remezclas del primero (Concrete Mixer) y un directo grabado junto con el tristemente desaparecido Josetxo Anitua, el álbum de 2006 que hoy comentamos es el que sigue en estudio a Backbone Ritmo. La música de Atom Rhumba se mantiene exactamente igual de excitante y personal, una banda arrebatadora a la que se suman los teclados de Cabezafuego y el saxo de Joe Gonzalez aunque continúen liderándola la voz, la guitarra y las composiciones de Rober!

La deconstrucción de funk y country que abre bajo el título de Mr Everywhere nos sumerge de golpe y sin ambages en el mundo sonoro de los autores de Hormonal Riot, rico en matices instrumentales y poderío rítmico. High energy funk, el de Home Made Prozac se lleva por delante todo lo que se le ponga y nos invita a bailar como locos. Broken Town es una pieza breve de folk rock emparentado con la escuela aussie Cave/Salmon. Vuelven el frenesí y la invitación al baile en Body Clock, que fuera muestra del trabajo en forma de videoclip. El mambo y el funk se alían en un Stand Up! que contiene ideas de Tom Waits o Maceo Parker pasadas por el filtro rhumbero. El pop psicodélico de Amateur Universe resulta enormemente sugerente antes de Overproof se agarre al funk otra vez, recordando los lazos que hay entre el grupo vasco y la Jon Spencer Blues Explosion. Hidden Revelations se decanta por el dub y Riding The Cliche es un medio tiempo fascinante que injerta elementos de jazz modal eléctrico y funk lisérgico en su estructura rock. La mixtura bizarra de folclore europeo y rock and roll de Tom Waits, influencia que Rober! explicita en su manera de cantar, alumbra Looking For Ma'Lover, penúltimo corte de una función que cierra mediante los casi ocho minutos de The Vanishing Days, o cómo aunar country y música circense sin despeinarse.

La edición en vinilo añadía una canción (Paranoia Gospel Choir), pero la que yo tengo y he comentado es en CD. Bien sea en un formato o el otro, en lo diecisiete años que han seguido a este espléndido Amateur Universes Atom Rhumba solo ha publicado dos discos (Gargantuan Melee y Cosmic Lexicon) que no han hecho sino confirmar que los de Bilbao (y alrededores) son una de las mejores y más audaces bandas de los últimos treinta años. Aunque sean otros nombres los que ocupen las listas.


 

lunes, 1 de mayo de 2023

Twelve Flights Üp / Sixteen Flights Üp

No hay un solo disco despreciable de los grabados por los Cynics. Twelve Flights Üp, el segundo de ellos, sin ser tan bueno como el siguiente y magistral Rock 'N' Roll, se disfruta del tirón. Originales made in Gregg Kostelich y Michael Kastelic y versiones funcionan por igual en su intento de homenajear al garage rock de los sesenta desde una perspectiva propia. Originales y versiones que encontramos en la edición primigenia en vinilo (1988) y en la ampliada en CD (Sixteen Flights Üp, 1994). Si en la segunda hay cinco canciones diferentes que en la primera y no las cuatro que ambos títulos parecen indicar es porque en aquélla se recogen todas las que se grabaron durante las sesiones del álbum pero se deja fuera la última de Twelve…, un estupendo Blues In D que en realidad venía de la época en que se registra Blue Train Station, primer trabajo de los autores de Get Our Way. Sea de esto lo que fuere, encontramos entre dichos vuelos ferocidad high energy criada en brazos de los Stooges y los Sonics (Creepin' o Erica), garage and roll marca de la casa a la sazón y en el futuro (Yeah! o I Know), influjo del folk rock del los primeros Byrds (Took Her Hand) y garage pop en lecturas de arcanos sixties como el A Basket Of Flowers de los Nightcrawlers o el Abba de los Paragons. Y si fundimos el garage rocker con las versiones —añado— tenemos dos momentos espléndidos gracias al Gloria's Dream de los Bealfast Gypsies (sí, el Gloria de Them revisitado) y el I'm In Pittsburgh And It's Raining de los Outcasts. Twelve o Sixteen Flights Üp de un grupo, los Cynics, que seguía creciendo, pero con una categoría indiscutible desde sus inicios.