Si en la anterior entrada hablábamos de un single colosal compuesto por dos canciones extraídas del mismo elepé de los Beach Boys —Pet Sounds—, hoy planteamos un caso idéntico, pues el sencillo sobre el que vamos a tratar contiene dos cortes del esencial debut de los New York Dolls de 1973. Trash es una delicia en la que el high energy y el glam rock conviven con el surf y el pop de los sesenta (el de los grupos femeninos), mientras que Personality Crisis anticipa por igual el punk que rememora el rock and roll fundacional de Little Richard (por supuesto que los maravillosos pianos que tocan Sylvain Sylvain y Todd Rundgren me llevan al genio de Macon). Aquí no hay caras A y B posibles, son los Dolls en su máximo esplendor en una galleta sencillamente perfecta a la que el tiempo no ha conseguido erosionar.
jueves, 20 de junio de 2024
jueves, 10 de noviembre de 2022
Red Patent Leather
Publicado solo en Francia cuando ya eran historia, este directo de los New York Dolls de 1984 recoge una actuación de las muñecas en el Little Hippodrome Club neoyorquino el 2 de mayo de 1975, es decir, al final de sus días antes de la reunión en el siglo XXI. De sonido mejorable, y sin entrar en la estética comunista que se gasta el quinteto vía Malcom McLaren, Red Patent Leather es el documento de la desintegración de una banda sin la que el punk rock no habría existido o, de hacerlo, habría sido diferente. Canciones nuevas que acabarán mayoritariamente en los discos de los Heartbreakers, Johnny Thunders, David Johansen y Sylvain Sylvain, algunas versiones (Eddie Cochran, Otis Blackwell, "Frogman" Henry y Larry Williams: no tenían mal gusto los cabrones) y la lectura del Pills de Bo Diddley más Personality Crisis y Looking For A Kiss yuxtapuestas en representación de un pasado muy reciente y muy glorioso conforman un elepé que no es obligatorio como New York Dolls o Too Much Too Soon pero que los que somos muy fans del grupo disfrutamos. Si Red Patent Leather, On Fire, Something Else, Daddy Rolling Stone, Girls, Ain't Got No Home/Dizzy Miss Lizzy, Down, Down Downtown, Pirate Love y Teenage News hubieran sido grabadas en el estudio igual hoy hablaríamos de un tercer álbum de similar calidad a la del segundo, compuesto precisamente de seis composiciones propias y cuatro ajenas. Como no lo sabemos nos conformamos con Red Patent Leather, los New York Dolls, o una de las mejores bandas de rock and roll jamás habidas, sobre las tablas de un escenario de su ciudad. El relevo de los Ramones, los Damned o los Pistols (los Dictators ya habían parido) estaba a la vuelta de la esquina.
lunes, 2 de junio de 2014
One Day It Will Please Us To To Remember Even This
No es un mal disco, chicos, no tengáis miedo. Algo así parecen decirnos David Johansen y Sylvain Sylvain mediante ese título con el que, tres décadas después, resucitaban a los New York Dolls o, mejor dicho, a lo que de ellos quedaba: One Day It Will Please Us To Remember Even This (2006). Y no, no es un mal trabajo, están en lo cierto. Con Steve Conte, Sami Yaffa, Brian Delaney y Brian Koonin como nuevas y solventes muñecas, aunque incapaces de hacer olvidar a las antiguas (especialmente a Johnny Thunders, pero ¿quién puede sustituir a Thunders?), invitados de lujo como Iggy Pop, Michael Stipe y Bo Diddley (éste en un tema, Seventeen, aparecido en la edición limitada del álbum), y Jack Douglas produciendo, las canciones se escuchan con gusto y el grupo no suena rancio o patético. Bien. ¿Y las pegas? Pues que las nuevas composiciones se deshacen si las comparamos con las que inmortalizaron al quinteto —aquí sexteto— en la historia del rock; que son demasiado comerciales, aptas para todos los públicos aun sin ser indignas; que las sucesivas escuchas hacen que la inicial euforia se diluya hasta dar con el veredicto definitivo: el resultado es correcto y amable, pero ni cuaja ni emociona como debería. No se trata de una reunión tan insatisfactoria como la de los Stooges, que bien podrían cargarse su reputación (imagino que la muerte de Scott Asheton se lo impedirá) añadiendo algún disco a The Weirdness o Ready To Die, si bien hay cierta tendencia en One Day It Will Please Us To Remember This a esa dejadez estilística de la que hacen gala los Stones desde que el infausto Ronald Reagan —¡seré tendencioso!— se hiciera cargo de la presidencia del imperio. No llega a tanto, claro, pues hay algunos (y sólidos) riffs de su vieja escuela protopunk y momentos de rock and roll con chispa que contrastan con otros pretendidamente adultos que suponen el lado negativo de la propuesta, haciendo que ésta alcance el aprobado pero quede lejos del notable. Un buen disco, en fin (no quitaré la razón a Johansen y Sylvain), al que seguirán dos más que yo ya no he tenido ganas de afrontar. Prefiero pinchar New York Dolls, Too Much Too Soon y, muy de vez en cuando, este tercer elepé que nos ha ocupado antes de aventurarme con lo que —intuyo— no me satisfará plenamente.
domingo, 3 de octubre de 2010
New York Dolls y Too Much Too Soon

Producido por Todd Rundgren, New York Dolls (1973) arranca con Personality Crisis, con la que el quinteto deja claras sus intenciones de devolver el brillo al rock and roll simple y genuino, endureciendo las guitarras pero manteniendo intactas las coordenadas —a las que no es ajeno el prominente piano que se escucha en la canción— trazadas por Little Richard o Jerry Lee Lewis. Sin embargo, el que el propósito sea el descrito no significa que no haya originalidad en el resultado, más bien al contrario. El álbum trasmite un sonido diferente, peculiar, y nos deja un clásico tras otro: Looking For A Kiss, Vietnamese Baby, Bad Girl, Subway Train, la versión del Pills de Bo Diddley, que el grupo hace suyo con pasmosa facilidad, Jet Boy… Una manera de hacer las cosas que no cambiará en Too Much Too Soon (1974), aunque la producción de Shadow Morton sea más sofisticada. En contraste con su debut, hasta cuatro son aquí las versiones, y sólo seis los originales, pero de tal calidad que acallan las posibles sospechas de falta de creatividad: Human Being, Puss 'N' Boots, Chatterbox, It's Too Late, Who Are The Mystery Girls? y Babylon. El trabajo en el estudio del que fuera productor de las Shangri-Las se deja notar, no se puede negar, pero la personalidad de los New York Dolls —que roquean de lo lindo con ese sabor y ese feeling tan gozosos— permanece incólume, anticipando taxativamente a Ramones y Sex Pistols.
