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miércoles, 3 de octubre de 2018

Financially Dissatisfied Philosophically Trying


El nivel compositivo y energético de su debut, In The Air Tonite, ponía difíciles las cosas al segundo plástico de Union Carbide Productions, pero Financially Dissatisfied Philosophically Trying (1989) iba a probar —cual martillo escandinavo en misión regeneradora— que el quinteto sueco había tomado el relevo de los Stooges con todas las consecuencias. Rock and roll extremadamente agresivo —en la senda de su predecesor— aprendido de escuchas compulsivas de Fun House, Raw Power y epígonos, y vomitado con la facilidad de quien se entrega a la causa en cuerpo y alma, aunque en las extensas Down On The Farm y Career Opportunities asome por primera vez —dramática y muy hermosa— la sensibilidad pop que el quinteto desarrollará algo más en siguientes entregas y de la que surgirá —brillando en su pureza— The Soundtrack Of Our Lives. Guitarras, bajo, batería y la voz de cazalla de Ebbot Lundberg rugen guiados por la distorsión made in Detroit, uniéndose puntualmente sitar, piano, violín y tumbadoras al discurso high energy de UCP. El elepé es excelente de arriba abajo, ya sea por la calidad de las composiciones o la intensidad de unas interpretaciones completamente dignas del grupo de Iggy Pop, sin que ello signifique copia pueril o inútil. Modelo admirado pero no anulatorio, el de los Stooges para UCP es estímulo creativo y no pereza mental, como unas cuantas escuchas de Financially Dissatisfied Philosophically Trying establecen sin duda alguna. From Influence To Ignorance y Swing permitirán que la banda siga creciendo hasta convertirse en una de las mejores de su tiempo, si bien parte de la potencia de sus dos primeros álbumes se perderá en el camino. Sea como fuere, cualquiera de los cuatro que publicó Union Carbide Productions se me antoja imprescindible y perfecto para huir de esas ñoñerías que tantas veces hacen pasar por música rock.



lunes, 7 de noviembre de 2016

Swing


Convertido definitivamente en sexteto, Union Carbide Productions iba a finalizar su carrera grabando en Chicago y con Steve Albini Swing (1992). Completado parcialmente y remezclado en Suecia, el álbum, en su versión definitiva, puede haber perdido parte de la crudeza inyectada por Albini en el estudio, pero su escucha impide cualquier cosa que no sea calificarlo como el soberbio trabajo de un grupo que ya porta en su ADN el genoma del que nacerá The Soundtrack Of Our Lives.


Rock and roll incendiario de clara raíz stooge, Waiting For Turns y High Speed Energy inician una secuencia de canciones maravillosa en la que no hay un solo momento de relleno. Guitarras, bajo, batería, piano y la voz de Ebbot Lundberg —también un saxo y una trompeta desquiciados— hurgan y celebran la alta energía de Detroit con una intensidad emocional que a uno le deja noqueado. Sin perder ambas —energía e intensidad—, Mr. Untitled se adentra en fascinantes vías melódicas que desarrollará TSOOL y que asimismo asomaban en From Influence To Ignorance, tercer, anterior y esencial trabajo de la banda sueca. La frase adecuada que todos buscamos es en Right Phrase puro Pop & Williamson entrando a matar, una canción gloriosa que enlaza con Chuck Berry pasando por MC5 —en autopista retroactiva al infierno— sin pedir perdón ni envidiar a ninguno de los dos o a los autores de Kill City. Y, lo más importante, sin dejar de sonar a Union Carbide Productions. Solution y Chameleon Ride, con las teclas de Anders Karlsson destacando en la primera, retoman la particular épica pop del grupo saturada de guitarras. Turn Off The Blues, la tensa y extraordinaria How Do You Feel Today —o Rob Tyner y compañía llamando del pasado—, Game Boy y Beefhead persisten en el high energy de máximo nivel, rigor y expresionismo, supurando asimismo funk rock hendrixiano y funkadélico. Los cerca de diez minutos de TV Spiders suponen la deriva psicodélica del material precedente, trance lógico de quien no se anda con chiquitas y utiliza el arte como un modo de exploración y conocimiento.


Dos cortes ocultos (en la edición norteamericana de Fist Puppet cuya portada preside este texto) completan el CD: Anytime y Swing. Si la primera es una breve muestra de las maneras de UCP, la segunda es una extensa canción que, sin renunciar a la cadencia y el estilo de la banda, explicita la cadena musical que une a los Doors, Blue Öyster Cult y Radio Birdman y en la que el piano de Karlsson, el saxo de Christian Martinius, la trompeta de Michael Lloyd y la armónica de Bernt Andersson nos arrastran al swing que las guitarras de Patrick Caganis y Ian Person, el bajo de Jan Skoglund, la batería de Henrik Rylander y las cuerdas vocales de Ebbot Lundberg deconstruyen. O el espléndido final de un disco y de una trayectoria que, con el paso de los lustros, me parece la más lúcida y perfecta del rock de su tiempo.

lunes, 17 de marzo de 2014

From Influence To Ignorance


En septiembre de 1991 se ponían a la venta simultáneamente tres elepés que significaban (o iban a significar), respectivamente, la defunción de una manera de hacer los cosas (los dos volúmenes de Use Your Illusion, cuatro discos que bien podían haber quedado reducidos a la mitad, o a las tres cuartas partes a lo sumo); la conversión en comercial de lo hasta entonces alternativo (Nevermind); y la confirmación por dos de un grupo que hacía de la fusión bandera coherente (Blood Sugar Sex Magik). Los trabajos de Guns N' Roses, Nirvana y Red Hot Chili Peppers —espalda contra espalda— representan muy bien la forma en que la música rock se comportaba en aquella encrucijada, a la que se sumaba la paulatina introducción del disco compacto como soporte de publicación en sustitución del tradicional vinilo. Y, sin embargo (¡ay, la intrahistoria!, que diría Unamuno), no hablan sino de la película oficial, pues en su trastienda se cocían álbumes más refinados y redondos, que siguen resultando desconocidos para la mayoría de los aficionados.


From Influence To Ignorance, el tercer disco de Union Carbide Productions, ejemplifica palmariamente lo expuesto en el párrafo anterior: grupo sueco de trayectoria intachable que ralentiza cadencias y tempos —desprendiéndose en parte de la herencia de Detroit que galvanizaba sus dos primeros y formidables elepés— y nos entrega una colección de canciones excelente, prácticamente perfecta, que pasadas dos décadas solo reivindica una minoría. El quinteto de Ebbot Lundberg empieza a alumbrar es sus elaboradas y estilizadas composiciones las luces pop y psicodélicas que iluminarán por completo las estancias que en unos años —tras la ruptura de UCP— habitará The Soundtrack Of Our Lives, felicísima formación que sucederá en sabiduría artística y valores creativos a la banda autora de In The Air Tonite. La bendita influencia de los Stooges y MC5 no ha desaparecido —las soberbias guitarras de Patrik Caganis e Ian Person tiran sin rubor de wah-wah y distorsión cuando el tema lo pide—, pero el radio de acción se amplía al entrar ecos de los Beatles, los Who o Led Zeppelin (entre otros) en escena; meras referencias, de todos modos, para un proyecto que ya suena a sí mismo sin tener que mirar acomplejado a nadie, en los antípodas de la ignorancia que preconiza el título de su tercera manifestación. Piano, armónica, balalaica, viola, sitar, farfisa y saxos ayudan al mismo tiempo a ensanchar y a fijar la propuesta de UCP en From Influence To Ignorance, no para dar con un grupo diferente, sino con uno más ambicioso y heterogéneo: el que fabricó el que quizá sea el mejor disco de rock and roll de aquel 1991, digan lo que digan los anales del mainstream. La más alta y conspicua de las expresiones estéticas nada tiene que ver —son otros sus valores— con copias vendidas o fama obtenida.

viernes, 16 de julio de 2010

In The Air Tonite

Creo que fue Jeff Dahl quien dijo que el debut de Union Carbide Productions bien podría pasar por el cuarto álbum de estudio que nunca llegaron a publicar los Stooges. Y no iba nada desencaminado, pues de la banda de los hermanos Asheton y de MC5, en general, y de la fusión de high energy y free jazz de Fun House y de Kick Out The Jams, en concreto —sin olvidarnos del punk y del metal—, es de donde bebe principalmente In The Air Tonite (1987), sensacional trabajo con el que se daba a conocer (poco, bien es cierto) el grupo sueco.

Liderada por un enajenado Ebbot Lundberg —híbrido hardcore de Iggy Pop y el capitán Beefheart, muy alejado de la faceta pop que desarrollará con la imprescindible formación The Soundtrack Of Our Lives—, una cuadrilla de jóvenes escandinavos asalta con extrema contundencia nuestros sentidos mediante incandescentes guitarras en wah-wah, bajo, batería y algún viento y teclado que otro. Si las cinco primeras canciones (andanadas como Ring My Bell o Cartoon Animal), con una estructura más o menos clásica, transitan más estrictamente por el high energy, las cinco restantes introducen elementos de free jazz y música concreta, mientras que los riffs se hacen más metálicos hasta culminar en los más de once minutos de la hipnótica Down On The Beach. La versión en disco compacto añade Puppet On A String, un buen rock and roll en la línea Pop/Williamson, pero que aquí queda fuera de lugar.

Otro grupo cuyo nombre también empieza con u sería elevado aquel 1987 a los altares del rock gracias al inocuo superventas The Joshua Tree, pero nada tenía que hacer la vacua afectación de Bono y sus compinches con la energía avasalladora y el talento de Union Carbide Productions. Hay ocasiones en las que cinco, seis o siete millones de fans sí que pueden estar equivocados, tal y como sabía una generación de músicos escandinavos que —siguiendo los dictados de UCP y los Nomads— tomaría los escenarios de toda Europa durante los años noventa del siglo pasado y los primeros de éste.