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jueves, 2 de mayo de 2024

Unit Structures

Empezando por su portada warholiana y terminando por la última nota de la última de sus cuatro piezas, Unit Structures es una creación extraordinaria de Cecil Taylor, el primero de los dos discos que graba para Blue Note en 1966. Si como free jazz se puede etiquetar su música, la adscripción a este subgénero renovador y extremo no es suficiente para explicarla y comprenderla, pues hay en ella una atención explícita al atonalismo vienés que, aun estando en otros artistas free, aquí deviene esencial, no como extensión del third stream, sino como dueña de alguna de las composiciones además de informante de todas ellas.

La primera cara del elepé es ejemplo de ello. La salvaje Steps y sus tremendos solos de saxo alto y piano descienden con claridad del bebop, si bien, a su vez, juegan con una atonalidad que les aleja de la influencia primigenia del blues. Encuadrar este tema en el free jazz a secas no cuesta demasiado; sin embargo, lo de Enter, Evening (Soft Line Structure) es otra cosa. Aunque la improvisación esté presente, la herencia de Shönberg se cuela hasta los tuétanos y hace que sea más exacto hablar de dodecafonismo abordado desde perspectivas jazzísticas que de infiltraciones de la vanguardia europea de la primera mitad del siglo XX en los sonidos radicalizados a partir de las invenciones de Charlie Parker, Max Roach, Thelonious Monk o Dizzy Gillespie.

Tres piezas en una, los casi dieciocho minutos de Unit Structure/As Of A Now/Section encierran todo lo dicho en el párrafo anterior. El agresivo comienzo que clarinete bajo y contrabajo protagonizan nos lleva a diferentes segmentos de una suite cuyos movimientos huyen del encasillamiento popular o culto y de la exactitud clasificatoria. Saxos altos, oboe, trompeta, batería, un segundo contrabajo (otra de las características del álbum) y piano se suman a los instrumentos mencionados, deviniendo la música demoledora y frenética conforme avanza y, ya sin ambages, en sus dos terceras y finales partes. ¿Más cerca de Slayer que de Louis Armstrong? Posiblemente. ¿Más cerca de Anton Webern que de Albert Ayler o John Coltrane? Tampoco exageremos.

Tales (8 Whisps) concluye el trabajo con una composición que dominan las teclas de Cecil Taylor, teclas que remiten a Músorgski, a Bartók o a Messiaen en su expresionismo abstracto y, admiten, a su vez, ecos boogie-woogie, lo que da un sonido espectacular y peculiar al mismo tiempo a la despedida de Unit Structures. Una obra maestra que debemos al piano de su líder, los contrabajos de Henry Grimes y Alan Silva, la  batería de Andrew Cyrille, la trompeta de Eddie Gale, el saxo alto de Jimmy Lyons y el saxo alto, el oboe y el clarinete bajo de Ken McIntyre. Todo un lujo al que estamos eternamente agradecidos.

jueves, 30 de marzo de 2023

The World Of Cecil Taylor

Hablando sobre el totémico Unit Structures, Scott Yanow define la música de Cecil Taylor como "atonalismo de alta energía", descripción que casa perfectamente con el Air que abre frenético The World Of Cecil Taylor.* La batería de Dennis Charles nos introduce ruidosa en el tema antes de ser sustituida por las teclas de Taylor, quien hace una breve exposición previa a que el cuarteto tome por asalto la grabación y suene a todo trapo. Nos encontramos entonces con la primera improvisación, la de un Archie Shepp primerizo que ya es un saxofonista a tener en cuenta. Es Taylor quien se encarga de la segunda, más larga y mejor, teclas veloces e inspiradas cuyo aleteo es impelido por Charles y el contrabajo de Buell Neidlinger. Al vocablo atonalismo hay que sumarle otro de cinco sílabas, perfeccionismo, pues fueron necesarias ¡veintinueve tomas! para que Taylor se decidiera por la vigesimoctava. Menos agresiva es la música de This Nearly Was Mine, sin Shepp a bordo y con el trío liderado por un pianista agudo que investiga a fondo su instrumento dotado de una habilidad que en nada envidia a la de Art Tatum o Thelonious Monk. Port Of Call, la pieza más breve de las cinco, también en formato trío, establece una conexión entre el bebop que fue y el free jazz que será y muestra a un Taylor imperativo.

La segunda cara del álbum la encabeza E.B., que traza otro puente plausible entre el hard bop y el free mediante un Cecil Taylor apabullante, rebosante de ideas que parten de la tradición blues y viajan hacia la vanguardia europea en dibujos acústicos de belleza indiscutible. Una apertura que es capaz de fundir un delicado piano clásico de ecos decimonónicos, planteamientos atonales derivados de la Segunda Escuela de Viena, jazz y blues; el retorno de Archie Shepp y su saxo tenor; un Charles significándose como no lo ha hecho antes; el autor de Conquistador! en la misma línea de autoridad y ambrosía… Los quince minutos que clausuran The World Of Cecil Taylor celebrando una Lazy Afternoon no hacen sino aumentar nuestra admiración por un artista que todavía tenía muchísimo por ofrecer, pero que aquellos 12 y 13 de octubre de 1960 ya había logrado la maestría gracias a un elepé no tan extremo como los que fabricará en el futuro aunque dotado de una musicalidad exquisita. Algo así como su Milestones particular, digamos como conclusión.

*También conocido como Air por una reedición de 1971.