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lunes, 17 de febrero de 2025

Mordicai Jones

La maravillosa y evocadora Walkin' In The Arizona Sun descorcha en clave folk Mordicai Jones (1972), el segundo de los tres elepés registrados en 1971 en la granja de Maryland del gran Link Wray. Acreditado a la persona que da nombre al disco (seudónimo de Bobby Howard, encargado de voz, piano, mandolina y armónica), nadie en su sano juicio duda de que éste sea un álbum del autor de Rumble aunque ceda el protagonismo en las portada y las labores vocales, pues su aroma rural es similar al de Link Wray y Beans And Fatback. Scorpio Woman mantiene el tono folk aunque con cierto groove funk y psicodélico que debe bastante al bajo de Norman Sue, por un lado, y a los punteos finales de Wray, por otro. El extenso blues The Coca Cola Sign Blinds My Eyes mueve al trabajo a nuevos terrenos, con un Wray espectacular a la steel guitar (o dobro). All I Want To Say retoma el sonido foll rock en una canción de carácter muy melódico. Folk y blues se funden —secos y telúricos— en All Because A Woman, marcada por uno coros a lo Simpathy For The Devil. Honky tonk, bluegrass, góspel y rock suman en On The Run, tema de extenso y gozoso pasaje instrumental donde guitarra, teclas y armónica nos deleitan especialmente. Son Of A Simple Man es una balada liderada por el piano mientras que Precious Jewell, una incursión en el country/bluegrass mediante la única versión del plástico (Roy Acuff) y su corte más breve. Days Before Custer añade psicodelia gracias a la guitarra ácida y distorsionada de Link Wray y contrasta con la dulzura folk rock de Gandy Dancer, el final de un disco muy notable aun siendo algo inferior a los ya nombrados que completan la trilogía campestre del maestro de las seis cuerdas. Por mucho que en su cubierta leamos Mordicai Jones.

jueves, 29 de diciembre de 2022

Beans And Fatback

Beans And Fatback (1973) es el tercer y último de los elepés nacidos de las grabaciones en la granja de Link Wray de 1971. El Wray rural del primer y homónimo álbum mantiene aquí las coordenadas campestres y atávicas, si bien la electricidad blues y rocker tiene mayor peso específico. Al igual que en Mordicai Jones, segundo de la serie aunque acreditado mediante seudónimo al pianista y cantante Bobby Howard, Doug Wray (hermano de Link) se hace con la guitarra rítmica en lugar de la percusión, que queda completamente en manos de Steve Verroca, productor del trabajo y compositor principal junto con Link Wray.

La querencia lo-fi del sonido potencia el abrazo a una América previa a la era del rock and roll, incluso cuando éste aparece potentísimo, feliz y extenso en I'm So Glad, I'm So Proud para contrastar con el inicio breve y bluegrass del tema que da el grasiento título al conjunto. El folk irrumpe instrumental y psicodélico en Shawnee Tribe y unido al rock en Hobo Man, mientras que Georgia Pines y Alabama Electric Circus nos permiten gozar de la guitarra solista y punzante de Wray en clave de un blues que en la segunda de las piezas es instrumental y casi progresivo. Water Boy apuesta también por el blues progresivo en sus más de seis minutos de beat lento e hipnótico. From Tulsa To North Carolina marida folk y blues en una composición parecida a la tradicional Georgia Pines, que vuelve a la carga más larga y bajo el nombre de In The Pines, lo que hace que disfrutemos el doble de los punteos de Link Wray. Entre los dos temas (From… e In…), que no se nos olvide, un atmosférico Right Or Wrong (You Lose) en el que las seis cuerdas amplificadas de Wray son una pura y poderosa delicia.

Otra partitura tradicional del cancionero norteamericano, el góspel Take My Hand (Precious Lord), cierra Beans And Fatback y la trilogía engendrada en el artesanal y primitivo estudio de tres pistas construido por Link Wray en Maryland. La naturaleza, la artesanía, las raíces: todas de la mano con la intención de regalarnos una música tan hermosa como la contenida en los once temas comentados del autor de Rumble.


 

jueves, 16 de enero de 2020

Link Wray


En una chabola para pollos de su granja de Maryland es donde Link Wray monta el estudio de tres pistas de grabación de donde saldrán los tres míticos elepés que, a principio de los setenta, recuperarán y redefinirán su carrera. Cierto. Link Wray, Mordicai Jones y Beans And Fatback muestran a un artista alejado del rocker cuya guitarra alimentará de electricidad, acordes y altanería a Jimi Hendrix, Pete Towhshend, Neil Young y tantos otros, aunque cuando apuesta por la distorsión su clase y maestría salen a relucir a las primeras de cambio.

Link Wray (1971) es el primero de dichos discos, mirada orgullosa de Wray (mirada a la que no pueden ser ajenos su nombre y apellido como escueto título) a sus raíces country, blues, folk y góspel sin olvidarse del rock. Cinco canciones del baterista y coproductor Steve Verroca, cinco del autor de Rumble y una versión del Tail Dragger de Willie Dixon dan forma a un trabajo que, como dice Andy Beta, parece espoleado por "álbums como Moondance, Music From Big Pink y Beggars Banquet", el giro de Van Morrison, The Band y los Stones hacia el folclore americano. "Wray debió haber sentido una oportunidad" de volver a hacer música; música rural, campestre, prístina, con olor a tierra y a abono.

La voz, las guitarras y el bajo de Wray, el piano y la mandolina de Bobby Howard, el órgano y el piano de Billy Hodges, las baterías y percusiones de Doug Wray y Verroca y los coros de estos tres últimos y Gene Johnson —sobre la base de unas magníficas composiciones— viajan al pasado para recoger los frutos de Norteamérica y regurgitarlos con la máxima de las autenticidades. Por su calidad resulta dificil elevar unos temas sobre otros (bien sean de Steve Verroca o Link Wray), pero sí que por su fama podamos destacar el introspectivo Fallin' Rain y su contrapeso Fire And Brimstone, ambas de Wray, versionada esta última por gentes tan diversas como los Neville Brothers o los Nomads; y por su mezcla de espiritual y garage rock, que le hace ser el corte diferente del álbum, el God Out West de Verroca.

La icónica portada que preside estas líneas (por las venas de Wray corría sangre india) y la mencionada lectura del Tail Dragger de Dixon que Howlin' Wolf cantara en su soberbio The Real Folf Blues reivindican la cualidad mestiza de la población estadounidense y, por extensión, de su música. Mestizaje del que dan buena cuenta Link Wray y los cinco intérpretes que completan su grupo, convirtiendo en virtud las limitaciones del estudio y las condiciones en las que Link Wray es registrado. Una joya algo olvidada que hará renacer a uno de los maestros del rock and roll… aun manteniendo las distancias y escorándose hacia los géneros que le dieron vida.

miércoles, 13 de abril de 2011

Mr. Guitar

Aquel que desee conocer uno de los más importantes eslabones —pues son varios— que forman la cadena de electricidad que une a Chuck Berry con Jimi Hendrix, no debería dejar de escuchar este antológico doble compacto puesto en circulación por Norton Records en 1995, y que, bajo el título de Mr. Guitar (The Original Swan Recordings), recoge una amplísima selección —a lo largo de sesenta y tres cortes que incluyen singles, descartes y rarezas varias— de las grabaciones realizadas por Link Wray y sus Raymen para dicho sello durante los años que van de 1963 a 1967*, además de un libreto de veintiocho páginas y una púa de regalo.

Admirado por el mencionado Hendrix, Jeff Beck, Jimmy Page o Pete Townshend, Link Wray es absolutamente esencial para comprender a aquéllos y otros grandes guitarristas de finales de los sesenta y principio de los setenta, principalmente, pero también de toda la historia del rock posterior a él. Escuchen, si no, los dos minutos largos de Jack The Ripper que abren Mr. Guitar y díganme si tengo o no razón. Sigan, entonces, con la adaptación de Bo Diddley del homónimo artista y Ace Of Spades. ¿A alguien le quedan dudas todavía? Música mayormente instrumental, el rey del reverb y el padre del fuzz desarrolla su estilo desde finales de los cincuenta, pero es durante su estancia en Swan cuando alcanza su zenit y se convierte en espejo en el que se mirará cualquiera que, manejando las seis cuerdas, desee dedicarse al rock. Aunque muchas de las composiciones sean de Wray, las hay ajenas, cómo no: Hidden Charms, de Willie Dixon; Heartbreak Hotel, de Elvis Presley; Girl From The North Country, de Bob Dylan; Peggy Sue, de Buddy Holly o la archifamosa Batman Theme, de la popular serie de televisión, se encuentran entre ellas. Bien se trate de temas propios o de otros, y olvidándonos de su influencia, Link Wray, respaldado por sus Raymen, dejó grabada para Swan una música que, para mí, es una de las biblias del rock and roll, una de las máximas expresiones que jamás haya conocido. Unos sonidos para nada pretenciosos, pero, desde luego, de una ambición artística que en sus logros ha quedado reflejada. Aléjense de placebos, figurines y hachas varios que nada tienen que decir por mucha técnica o éxito que posean, la emoción que trasmite Link Wray al pulsar una guitarra eléctrica no tiene rival. Los que la han sentido saben a qué me refiero.

*Según asegura Norton en su página web los años que recopila el doble álbum son los comprendidos entre 1962 y 1966, pero —al menos así lo tengo yo por válido— son los años 1963-67 los que pasa Wray en Swan Records. El libreto del disco no ofrece la fechas exactas de cada una de las grabaciones, así que es posible que algunos cortes fueran grabados, que no publicados, en 1962 y que Mr. Guitar no contenga ningún tema de 1967 (o que sí los contenga, pero sea 1966 su año de grabación).