Viendo en directo a The Lovely Basement en marzo de este año en una pequeña sala madrileña tuve la impresión de que podía estar en su casa o en su local de ensayo disfrutando en la intimidad de su música. La normalidad de su aspecto y la (matizada) suavidad de su sonido alejaban al grupo de Bristol del rock como espectáculo grandilocuente o agresivo, nacida su introspectiva cadencia pop —sin ambages ni disimulos— de la Velvet Underground de la segunda etapa, la que ya no cuenta con John Cale, y epígonos. Aunque sabiendo que en su primer álbum había una canción llamada Mo Tucker, todo lo dicho era predecible.
Corrobora esto su tercer elepé, publicado en España por No Aloha Records en 2024, un Lazy Travellers que, en palabras certeras de Chals Roig que suelto a bocajarro, "hará las delicias de todos aquellos amantes del laid-back con ecos a la Velvet Underground más pop, a los Yo La Tengo de la bossa nova alternativa, y a grupos como The Clientele, Luna o Cowboy Junkies". Entre la reflexión y la observación, entre el comentario no taxativo y el dolce far niente, entre el garage rock (What I Like, Wait A Minute), el pop rock delicado (Gas Station With A Bar, Mysterious Ways), el country folk (Two Kinds Of Stupid) o la ralentización, ensanchamiento y conversión a un castellano deliciosamente torpe del Gasometer de su segundo plástico (Gasómetro), The Lovely Basement pone en pie una obra hecha de reminiscencias y concomitancias, sí, pero de mirada propia, ejecución contenida (no busquen aquí arrebatos técnicos o exceso de notas) y diez composiciones brillantes que nos dejan en un estado de feliz suspensión. Un trabajo, Lazy Travellers, que llama la atención por, precisa y aparentemente, no querer llamarla.
Pues sí que tiene un aire a la Velvet de la segunda época; hay también un vago aroma a country, pero sin que llegue a afectar mucho a la esencia del grupo. Es curioso que sean británicos, pero en todo caso es también una nueva demostración de que, a estas alturas, ya todo el mundo ha aprendido de todo el mundo y ahora ya solo importa hacer, simplemente, buenas canciones. El factor “patriótico” ya no importa.
ResponderEliminarBueno, pues nada: me pondré a buscar los discos anteriores de estos muchachos. Dar con algo de verdadero interés a día de hoy es complicado, así que gracias por el descubrimiento.
Saludos mil.
Sí, se les ve las influencias pero la asumen con elegancia. En el terreno del rock parece imposible inventar nada a estas alturas, aunque eso no impida descubrir gente con talento. Gracias a ti por el interés, Rick.
ResponderEliminarUn abrazo.