lunes, 10 de diciembre de 2018

Somos droga


Metido en gran número de proyectos desde finales del siglo pasado (bien como lider, bien como colaborador necesario), Iñigo Garces, Cabezafuego para los amigos (y enemigos), ha viajado del hard rock de Mermaid al rock arty de Atom Rhumba —pasando por Basque Country Pharaons, Royal Canal o Bizardunak— hasta llegar a una carrera en solitario que en su segunda entrega explotaba en la cara de todo el mundo. Muchas veces utilizamos mal el adjetivo inclasificable, pero con Somos droga (2017) es justo su uso: un elepé que por continente y contenido —un vinilo y un tebeo editados conjuntamente que guardan canciones de lo más singular— merece ser definido como raro y diferente.


"Cabezafuego ya vuelve
Dando tumbos dando eses
Viene con sus tonterías
Ya dirán qué les parece",

cantan en forma de jota Los Hermanos Cubero como prólogo de Chino Blues, rock retorcido que puede remitir a Tom Waits y a Juan Perro, y en el que Cabezafuego empieza a contarnos "sus tonterías" en compañía de los citados hermanos (voces, cuerda y madera), Dan Wilson (voces), Broken Brothers Brass Band (vientos) y los dos hombres que le acompañan a lo largo la grabación: Oskar Benas (guitarras, voces, flautas) y Daniel Ulecia (producción, mezcla, bajos, teclados y guitarras). Caramelos 6 de julio responde a una especie de pop electrónico (se admiten definiciones o descripciones complementarias o diferentes), añadiéndose a la voz de Garces las de Cristina Martínez y Rober! De una canción que empieza declarando que:

"Ya sé lo que quiero ser
Precisamente no es
El tipo de persona que mata por placer",

se puede esperar cualquier cosa, entre otras que, trayéndonos a la cabeza el humor socarrón de Franz Zappa, se entone un fragmento del Psycho Killer de Talking Heads en medio de la misma. Visiones, con las voces y teclados de Jose Domingo, se me antoja un tema lounge interpretado por una banda que cruza a Derribos Arias con Kraftwerk. Minueto del arribista empieza siendo música clásica robada ("Ya lo sé, esta canción no es mía") antes de pasarse al funk y al techno para burlarse de ése que va "a hacer una canción que no diga nada" con el objetivo de triunfar y "petar los festivales". Las voces, por cierto, de Kelley Stoltz, Cristina Martínez y Jon Ulecia. Dividido en dos partes, Busco título empieza cual balada que truncan a mitad de camino las Drummer Neskak (fanfarria de fondo) acusando a su autor de aburrido, quien, asumiendo el reto, convierte el tema en "una canción de los ochenta / Nada ocurrente, pero efectista y se pega" que termina con Aitor Ibarretxe rapeando sobre un fondo funk. Dos composiciones por una, balada, fanfarria, canción de los ochenta, rap, funk: sí, eso es Somos Droga.


Damos la vuelta al plástico y lo primero que escuchamos es La balada del irritante, donde Martínez y Jon Ulecia cantan junto con Cabezafuego sobre alguien (él) a quien "en la escuela le pegaba todo dios / Porque era más tonto que el copón". Varios samples abren Telarañas, tras los que Garces hace un auto de fe ("La culpa colapsa todas mis arterias") con los pianos de Anton Barbeu y Alicia Cuesta y la garganta de Isa agregándose a la banda del navarro. El pop bailongo sostiene El suplente de los minutos basura, cachondo relato de un "yonqui a tiempo completo" que deja las drogas sin que vea nada positivo en ello. Jose Domingo es aquí el invitado, poniendo voces y teclados. Si lo que les he contado hasta ahora les parece extraño, no aparten sus ojos del texto, por favor. Guitarras y drones de Rich Millman y Andy Duvall, Motorik Boogaloo fusiona —su título lo avanza— ritmos latinos y alemanes, el latin jazz con el krautrock, pero, no conformándose con hacer convivir a Neu! con Jerry González, Cabezafuego introduce una conversación entre dos vecinos (el catalán Roger Estrada y la latinoamericana Yasmín Ramirez) porque al primero le molesta el ruido en el piso de la segunda. Tal cual es el colofón del álbum.


Un cómic de varios ilustradores y treinta y seis páginas complementa fabulosamente el carácter iconoclasta y el humor negro de la música que hemos descrito y hace de Somos Droga —sumándose a los ilustres y mencionados asistentes a la fiesta sonora— objeto de deseo absoluto para melómanos y coleccionistas. Normal que en una entrevista concedida a MondoSonoro su creador dijera: "La verdad que el tarro se ha quedado casi casi seco… No creo que haya sido tanto sudar sonidos muy diferentes y darme una ducha… Más bien ha sido vomitarlos y tirarme al suelo a restregarme en mierda". Pues eso.

4 comentarios:

  1. Inquieto y de los que no deja a nadie indiferente, hace mucho que no lo pincho, éste disco de hecho, no lo conozco pero lo busco.
    Abrazos.

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  2. El disco físico creo que está agotado, Addi, pero lo puedes escuchar en su bandcamp.

    Un abrazo.

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  3. Joder, menuda peña nos traes Gonzalo!..., para darles de comer aparte. No me suenan nada, tan solo lo de los hermanos Cubero, Atom Rhumba, Kelley Stoltz y Cristina Martínez (si ella es la mujer de Jon Spencer). Pena de estar agotado el vinilo porque la edición, con el comic que comentas, es evidentemente para coleccionarlo. Les daré una escuchita en bandcamp.
    Abrazos,
    JdG

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  4. Cristina Martínez es miembro del grupo iruindarra El Columpio Asesino, Javier. En este caso la edición física se me antoja indispensable, no mero soporte de la música.

    Un abrazo.

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