jueves, 20 de diciembre de 2018
Helikopter-Streichquartett
"A principios de 1991 recibí un encargo del profesor Hans Landesmann del festival de Salzburgo de componer un cuarteto de cuerda. El Arditti Quartet tenía que estrenarlo mundialmente en 1994.
Y entonces tuve un sueño: oí y vi a los cuatro intérpretes de cuerda en cuatro helicópteros volando en el aire y tocando."
Son palabras de Karlheinz Stockhausen explicando en el libreto del CD el origen del Helikopter-Streichquartett, estrenado finalmente en 1995, grabado en el estudio por el cuarteto Arditti a finales de 1996 y publicado en 1999 por tres sellos franceses. La pieza del compositor alemán formará parte, además, de la ópera Mittwoch aus Licht, pero su germen y su singularidad hacen de este cuarteto para dos violines, viola y chelo y ¡cuatro helicópteros! una obra independiente que se sostiene sin ayuda externa. Con la edad a la que muchos ya están jubilados, Stockhausen se muestra tan extremo y vanguardista como treinta años atrás, sirviéndose de su imaginación sin dejar que ésta destruya o ablande su coherencia formal y su radicalidad compositiva. Obviamente, no es lo mismo asistir en directo a la puesta en escena de este Helikopter-Streichquartett —cuatro aeronaves surcando los cielos con cuatro músicos en su interior puede resultar sobrecogedor— que escucharlo registrado en un disco, mas la potencia de la partitura del artista germano queda fijada perfectamente en el álbum.
El sueño de Stockhausen convierte el formato clásico del cuarteto de cuerda —mediante la escritura atonal y la música concreta que traen aspas y rotores— en viaje físico y mental rigurosamente conectado con la búsqueda estética de su autor y la tradición rompedora nacida en el siglo XX con epicentro en Viena. El encendido y apagado de motores y hélices sirven de prólogo y epílogo para la media hora larga en la que el ruido de los pájaros de hierro anunciados por Juan de la Cierva convive en igualdad de oportunidades con los instrumentos de cuerda (y voz puntual) magníficamente tocados por sus dueños. Hasta que éstos callan y los helicópteros desconectan sus mecanismos la tensión acústica es máxima y solo esos dos minutos finales dejan respirar al oyente. El resultado es de una belleza deslumbrante, no lejos de las grandes creaciones de música electrónica de Stockahausen, aunque, dentro de su intransigencia, quizá más accesible. Un Helikopter-Streichquartett que debería poner en alerta a cualquiera que se quiera dedicar al arte de Mozart, Stravinsky, Paco de Lucía, Ornette Coleman o Lou Reed sin tener claro qué quiere aportar o si va a poder aportarlo.
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Gonzalo, esta obra me interesa mucho. Adelántame información pfv, a expensas de que podamos hablar algo más cuando nos veamos.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Como digo, Javier, es una obra de un Stockhausen maduro que no ha cedido un ápice, que no se ha aburguesado artísticamente. Una grabación, la que comento, que a cualquier fan del krautrock o el free jazz, aunque nunca se haya puesto con la música clásica, le puede fascinar.
ResponderEliminarUn abrazo.