lunes, 9 de febrero de 2015
Pet Sounds
Hijo y padre espiritual, respectivamente, de Rubber Soul y Sgt. Pepper's, la inmarcesible gloria sinfónica de los sonidos (de mascotas) de Pet Sounds (1966) y su tremenda originalidad se deben —por mucho que los Beatles sirvieran de acicate— a la sensibilidad exacerbada y el maniático perfeccionismo de un Brian Wilson que tuvo que luchar contra la oposición, el escepticismo y la incomprensión de los propios Beach Boys ante la complejidad artística del proyecto y su (aparente) falta de viabilidad comercial. En efecto, una sola escucha del disco deja claro que Pet Sounds rebasa los presupuestos de la música pop, pues incluso aunque estemos de acuerdo en adscribir la obra a este género, son muchos los puntos los que la hacen divergir en busca de un espacio —entre lo sacro y lo profano— en el que únicamente ella encuentre acomodo.
Los números de los créditos ya ponen al oyente sobre aviso: hablamos de varias decenas de músicos tocando más de veinte instrumentos diferentes. Mandolinas, violines, violas, guitarras, órganos, percusiones, baterías, pianos, trompetas, flautas, ukeleles, trompas y otros contribuyen a que cada tema tenga sus propios matices dentro de una atmósfera común creada por las inopinadas y sinuosas estructuras de las composiciones. Si los Beach Boys más inmediatos y yeyés habían dado algún aviso de transformación en álbumes como The Beach Boys Today!, aquí el salto es sin red desde lo más alto de un rascacielos, tales son el riesgo y la falta de concesiones a los que nos referimos. Todo es nuevo en Pet Sounds, el rastro del pasado se ha evaporado, las playas, el surf y las chicas han quedado atrás, letras incluidas, que ahora quieren transmitir —con la ayuda de Tony Asher— sentimientos del alma de Brian Wilson, tal y como asegura el genio californiano.
Las canciones siguen siendo cortas, no es en la duración tradicional de un elepé de la época donde hay que buscar los cambios, pero su desarrollo, su conformación y su musicalidad las ubica en otro planeta. Los requiebros armónicos, los cambios de ritmo o la diversidad de pasajes melódicos en un solo corte —manteniéndose celestiales las voces de los miembros del grupo— remiten por igual a la vanguardia, a la tradición europea, al jazz o al rock, desplazándose de la música vocal prebarroca a la concreta, del arte popular al culto, del conservatorio a la calle, digamos. Valiéndose de una enorme gama de variaciones —preciosérrimos arreglos que jamás se agotan—, Wilson logra, como explicábamos, mantener la coherencia estilística haciendo que los trece temas surjan de un tronco, de una idea central, axioma que se debe a su talento, que él establece y al que no cabe sino decir amén: el sustrato que alimenta el elepé.
Sinfonía beat, rock and roll polifónico, pop del más allá o como ustedes quieran llamarlo, lo creado por los Beach Boys —en puridad por Brian Wilson— en Pet Sounds desborda las convenciones, irrita a las mentes cerradas y se alza como pieza única que —contradiciendo preceptos castrantes y prejuicios comerciales— brilla con la luz que ella misma genera. Podríamos llamarla una obra maestra absoluta, que lo es, pero no haría justicia al trabajo denodado de meses de Brian Wilson escribiendo y produciendo un álbum que acompleja y reconforta por igual a quien a él se acerca, al pensar: "Yo nunca seré capaz de hacer algo así", para acto seguido clamar: "¡Gracias a Dios que existe!".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Que grande es este disco Gonzalo, una pasada tío, aunque yo siempre tiendo a destacar mas la belleza de los temas y sus sonidos que la importancia estilística e influencia que ejercio, que es cierta y esta perfectamente descrita en tu artículo, pero las canciones son tan buenas que que mas da.
ResponderEliminarGenial entrada Gonzalo.
Abrazo.
No es un disco facil No es un disco de rock al uso. Es uno de esos momentos que no se pueden clasificar como bien dices . hay discos que no se pueden encuadrar este es uno y son muy pocos. Obra de las Obras y su influencia radica en el hecho de que tras eél el rock pop se hace arte
ResponderEliminarYo llegué a Pet Sounds -y a los Beach Boys- a través de la bso de Forrest Gump, que incluía Sloop John B, asi que le debo a Zemeckis y cia. la entrada en un universo sonoro y de sensaciones sin par. ¿Y si Brian se hubiese dado por vencido en su lucha por dar forma a sus "sonidos mascota"? ¿Y si hubiese triunfado el conformismo?...
ResponderEliminarAbrazos, y felicidades por la entrada.
Todo va unido, querido Addi, pero, claro, la belleza de las canciones es inigualable. Gracias por lo de la entrada.
ResponderEliminarAsí es, Bernardo. Más que hacerse arte, quizá fue el disco con el que muchos se tomaron en serio el rock and roll como expresión artística, pues ya desde sus inicios hay formidables y muy creativos elepés en la música del diablo.
Pues gracias a Don Robert, Agente. Si B. Wilson no hubiera persistido y hubiese triunfado el conformismo sería muy triste, menos mal que no pasó. Me doy por felicitado, gracias.
Abrazos.
Gloria Bendita para los oídos el disco, y para los ojos tu escrito :)
ResponderEliminarCuriosamente, este disco tuvo más aceptación en tierras británicas que americanas. La verdad es que contrasta mucho con los trabajos anteriores.
ResponderEliminarQué gran post, amigo. Un abrazo!
Me consta lo que te gusta este disco y este grupo. Para mí es el mejor de esta banda claramente. Decir que lo has hecho un poco más grande e inmarcesible para futuras generaciones. Abrazo.
ResponderEliminarGracias por existir Gonzalo. Me carga de energia leerte, me enfocas lo que es imposible definir. A mi estas descripciones tuyas me parecen Pet Sounds.
ResponderEliminarGracias por existir Gonzalo. Me carga de energia leerte, me enfocas lo que es imposible definir. A mi estas descripciones tuyas me parecen Pet Sounds.
ResponderEliminarMuchas gracias, Víctor Hugo.
ResponderEliminarCierto, Evánder. Un salto al vacío, como digo. Muchas gracias, majo.
Sin duda su obra maestra, pero tengo que decir que siento un enorme aprecio por casi toda la carrera de los Beach Boys, llena de joyas impagables. Ojalá mis palabras no se marchiten, amigo Johnny.
Still Alive, Joserra, still alive. Mil gracias por tu amabilidad y la valoración tan positiva que haces de mi trabajo.
Abrazos, queridas mascotas.
Delicioso Gonzalo, ya sabes que también soy fanático de este álbum y de todos sus temas, como un todo. Es, como comentábamos aquel día con Javier de Gregorio, un disco tan bueno, que a veces te da miedo ponerlo para no estropearlo.
ResponderEliminarAbrazos.
Yo así lo veo, como un todo. Cuántas cosas han surgido de aquella conversación, ya solo nos falta la visión de Javier.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mi visión, mi visión..., cuando escucho este disco cierro los ojos y me dejo llevar a parajes donde el aire es música y la respiración tiene un oxígeno diferente al habitual. Es algo tan alto que solo un San Juan de la Cruz pudo poner palabras..."volé tan alto tan alto/ que a la caza di alcance...". Este disco demuestra nuestra infinitud y nuestra ansia de trascendencia. Es la más pura expresión de la música, cuando tu propio espíritu se adueña de todo lo que te rodea y vives otra vida, la soñada, la que siempre quisiste vivir.
ResponderEliminarAbrazos supersónicos,
JdG
"Cuando más alto subía / deslumbróseme la vista": no podías haber traído mejor autor para hablar de "Pet Sounds", Javier. La vida soñada en notas musicales, así es.
ResponderEliminarAbrazos.
PUTA OBRA MAESTRA. El horror vacui de Brian Wilson es de las cosas más fructíferas de la Historia del Arte.
ResponderEliminar¡Besos, Gonzalo!
Desde luego que supo llenar el vacío de la más hermosa de las maneras.
ResponderEliminarBesos, Lu.
Dejando por obviados los indebatibles y sonoros aplausos al texto, Gonzalo, solo añado que particularmente una de las cosas que más me fascina de este trabajo (y eso que como ya comenté en algún otro lugar yo soy incluso algo más de la dupla "Surf's up"- "Sunflower") es lo que comentas de su cualidad "inmarcesible"... Pero es que, no me detengo aquí, según pasan los años y uno va atendiendo/entendiendo la historia del medio al que pertenece más voy asimilando que, y eso pienso, la criatura no ha dejado de crecer del todo aunque parezca raro... y dudo que lo haga. Como más tiempo pasa más se enfoca la descomunal montaña que este personal deja aquí para los restos... Ni lo veo adelantado a su tiempo ni un ejercicio de nostalgia, en verdad...Vive y persiste en su burbuja con putámica impunidad forever el puñetero y sin más!. Y abrazo playero.
ResponderEliminar"Surf's Up" y "Sunflower" son soberbios, entiendo que te gusten tanto. Cierta tu reflexión, difícil sacar enseñanzas o influencias de algo tan único como "Pet Sounds", aislado en su burbuja, como dices.
ResponderEliminarUn abrazo, Guzz.