lunes, 24 de junio de 2019

Frank's Wild Years


De las joyas del año 1987 a las que aludíamos en nuestra anterior entrada, Frank's Wild Years es sin duda una de ellas. Tercera parte de la trilogía para Island con la que Tom Waits da un giro extremo a su carrera, y que le convertirá en uno de los nombres clave y más personales de los ochenta junto con los de Sonic Youth, Prince o los Cramps, el disco lleva el subtítulo de Un Operachi Romantico In Two Acts y contiene canciones escritas para una obra de teatro homónima estrenada en junio de 1986, tal y como se establece en su contraportada.

Tomando su título de un tema de la primera parte de dicha trilogía (el extraordinario Swordfishtrombones), Frank's Wild Years mantiene el equilibrio formal de aquél y Rain Dogs entre música tonal y atonal, que no entre melodía y ruido, viaja igualmente por muchos de los géneros de caligrafía popular (del rock al tango pasando por el jazz sin salir del cabaret) y entrega diecisiete composiciones estupendas que, acercando el elepé a la hora de duración, solo podrían salir de la cabeza del creador norteamericano. Recordar sus influencias para denigrar su estatus o incluso nombrar una vez más a Captain Beefheart y Howlin' Wolf como referencias objetivas resulta cansino y ridículo. Si en los setenta ya había quedado certificada ante notario su categoría con trabajos como Closing Time o Small Change, en la década siguiente viene a sumar riesgo e investigación sin que la melancolía deje de impregnar sus canciones. Las de Frank's Wild Years son todas insustituibles, pero es imposible no destacar, por un lado, Way Down In The Hole y Telephone Call From Istambul (con la guitarra y el banjo, respectivamente, del genial Marc Ribot), y, por otro, las dos maravillas que el Jean-Claude Lauzon se llevó para su inolvidable Léolo. Temptation y Cold Cold Ground parecen escritas con antelación columbrando las imágenes a la sazón inexistentes del largometraje canadiense, dependiendo la cadencia de la primera de las seis cuerdas de Ribot y entregándose la soberbia balada al acordeón de David Hidalgo.

No me olvido, claro, de la espectacular apertura de Hang On St. Christopher (¡esos vientos de Ralph Carney y Greg Cohen!), de la doble versión de Innocent When You Dream o de la reivindicación, primero, y deconstrucción, segundo, del crooner que llevan a cabo —yuxtaponiéndose— Straight To The Top (Vegas) y I'll Take New York. Dar preferencia a unos cortes por encima de otros no hace que eche a un lado el resto del álbum: es en su conjunto obsesivo y surrealista donde reside su fortaleza, en la bondad y coherencia de todas sus partes, sin que la experimentación se imponga a la estructura o cuerpo individual de cada canción ni que éstas renuncien a los elementos disruptivos o disonantes que les otorgan su originalidad y encanto. Tercera obra maestra consecutiva, en fin, de un Tom Waits que todavía guardaba mucha creatividad encima (escuchen, verbigracia, Mule Variations) pero que en la década de 1980 dejó constancia de su mayor parte.

6 comentarios:

  1. Éste no lo tengo oído. Le pondremos remedio.
    Gracias.

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  2. Si has escuchado los dos anteriores y te gustan, Sergio, "Frank's" seguro que también.

    Un abrazo.

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  3. El próximo jueves nos hacemos una sesión TW. El otro fiel de balanza lo elijes tú.
    Abrazos,

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  4. Esto es muy muy grande. Con los años he aprendido que Swordfishtrombones es el mejor de los tres. Por la ruptura. Por la diferencia. Por la profundidad. Por el significado para su carrera y para la musica en general. Pero tambien que Rain Dogs es el de las canciones que brillan mas que el sol (que lo es) y Frank's el que cierra la historia de ese Frank que ya salía en 1983. Si no te estremece Yesterday is Here o se te pone la piel de gallina con esas sonidos que parecen sacados del guetto de Varsovia de More than Rain es que estas muerto ... una obra mucho mas maestra que muchisimas otras gratuitamente cacareadas por ahi ... salud gonzalo

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  5. También pienso yo que "Swordfishtrombones" marca la diferencia, pero los dos siguientes son también magistrales. Me encanta que destaques precisamente canciones que yo no he destacado, J, ahí está la riqueza de "Frank's". Si no recuerdo mal, en tu anterior y extinto blog firmabas con un seudónimo cuyo apellido era Waits, ¿no?

    Abrazos.

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