domingo, 1 de mayo de 2016
Everybody's Rockin'
Variopinta y polémica, la obra que Neil Young produjo en los años ochenta me parece claramente inferior a la de las décadas anterior y posterior (no descubro secreto alguno, claro), pero ello no quiere decir que el canadiense dejara de hacer buena música. Entre el country de Hawks & Doves y la esperanza de Freedom —que el impresionante Ragged Glory dejará en mero aperitivo—, habrá electrónica, R&B, crudeza made in Crazy Horse, más country y, en el caso que nos ocupa, rockabilly; material diverso y arriesgado responsable de discos por lo general interesantes en los que Young va absolutamente a su bola. Porque descolgarse en 1983 con un homenaje a los pioneros del rock and roll como Everybody's Rockin' pudiera parecer a alguien independencia artística, pero hacerlo tras haber publicado Trans (en el que remite a Kraftwerk, New Order o Joy Division) es ejemplo de criterio radicalmente propio.
Inventándose y rodeándose de los Shocking Pinks, Neil Young viaja al pasado ya desde la portada para regalarnos un breve y bonito elepé en el que seis canciones de su cosecha conviven dignas y notables en compañía de cuatro clásicos del blues y el rhythm and blues como Betty Lou's Got A New Pair Of Shoes, Rainnin' In My Heart, Bright Lights, Big City y Mistery Train. Rockabilly, doo-wop y los dos géneros que acabo de citar viven felices y atractivos en manos del autor de On The Beach (voz, guitarra, piano y armónica), Ben Keith (guitarra solista y saxo), Tim Drummond (contrabajo), Karl T. Himmel (batería), Larry Byrom (piano y coros), Anthony Crawford y Rick Palombi (coros ambos), recreándose con muy buen gusto en el sabor retro de su propuesta y haciéndonos bailar si es el caso y nos apetece.
Maltratado por la crítica y el público en su momento y olvidado hoy por la mayoría, Everybody's Rockin' —visto treinta y tres años después— no deja de ser un divertimento sin excesiva importancia en la pantagruélica carrera de Neil Young, si bien es de justicia defenderlo frente a quien le niega virtud alguna o recordarlo a quien ni siquiera sabe de su existencia. Como mínimo un buen rato tendrán asegurado escuchando diez temas que, además, dicen mucho en favor de la personalidad del maestro de Ontario.
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100% de acuerdo Un divertimento q le salio correcto. No es detestable ni obra maestra aunq me quedo con Shacking Stevens para esos momentos de revival
ResponderEliminarNeil a lo suyo, como siempre, afortunadamente. El disco escuchado hoy me parece un divertimento del autor, legítimo en todos los sentidos, pero no aguanta el paso del tiempo, esas producciones de los 80 limpias y con tal nivel de agudos. Saludos
ResponderEliminarLos discos de Geffen no son tan buenos como nos tenía acostumbrado Neil, tras Trans con el que se creó un conflicto con el sello llegá este que es uno de los que menos he esuchado de Neil, lo voy a recuperar tras leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mira los mismos Stray Cats, Bernardo. Pero, bueno, un disco agradable.
ResponderEliminarY fundamental que nunca haya cedido, Antonio. Yo creo que sigue siendo un buen elepé; lo de las producciones de los ochenta fue un problema generalizado, independiente a veces de la calidad de la música.
Un periodo menos brillante, Addi, está claro. ¡A roquear!
Abrazos.
Este disco es dificil de encontrar en los estantes... Recuerdo que cuando lo escuché no llegué al final, quizás presa de los prejuicios que tu mismo mencionas. Tengo que decir que con Trans o Lucky Thirteen no puedo, por mucho que lo intente. Aunque con Everybody's Rockin' tengo que intentarlo de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo.
De "Trans" ya hablaré algún día, Aurelio. "Everybody's" es un buen disco, me cuesta ponerle demasiadas pegas.
ResponderEliminarAbrazos.
Los grandes ídolos de Neil en su adolescencia fueron precisamente las grandes estrellas del primer rock, Chuck Berry, Elvis, Jerry Lee Lewis, Gene Vincent, Fats Domino. Yo creo que este disco es su personal homenaje a todas aquellas grandes luminarias, y la verdad es que le salió bastante bien, aunque solo sea por el cambio de rumbo que supuso en su carrera musical.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Un bonito homenaje, Javier, a aquellas maravillosas estrellas, padres del rock y dueños de un feeling irrepetible.
ResponderEliminarAbrazos.
A mí me parece un buen disco, lejano a sus grandes obras pero no lo podría tachar de malo. Abrazos.
ResponderEliminarDesde luego en su día este disco para mi fue un horror. Lo mismo pasó con un que sale un dibujo de un avión. De todos modos el tiempo pone las cosas y a nosotros mismos en su sitio. El criterio se amplía y la tolerancia también.
ResponderEliminarHace dos años Neil grabó un disco con una orquesta de jazz y a mi no me pareció mal. Estoy seguro que si este disco lo hubiera hecho en los 80 me hubiera parecido una basura.
Estamos de acuerdo, querido Johnny.
ResponderEliminarA muchos les debió pasar eso en los ochenta, Luis. Yo creo que siempre fue "Everybody's" un buen disco, y aprecio la capacidad de Neil Young para hacer lo que le apetece en cada momento. Sobre "Landing On Water" (el del avión), sí que me parece más flojo, pero hace mucho que no lo escucho.
Abrazos.
A mi me gusta este disco, ¿acaso Tío Neil no ha hecho siempre lo que ha querido y lo ha hecho bien? Yo nunca he dicho que este álbum sea una obra maestra, porque él tampoco lo concibió así, pero que se lo pasó bien y nos lo hace pasar bien a todos... de eso no hay duda.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy de acuerdo, querido Savoy.
ResponderEliminarAbrazos y gracias.