jueves, 11 de noviembre de 2010

Estratexa

Finiquitada su trayectoria en 2008, los quince años de carrera de Manta Ray le descubren como a uno de los grupos más creativos y excitantes del rock español de su tiempo. En 2002, sin embargo, cuando entran en los Estudios Gárate de Guipúzcoa de la mano de Kaki Arkarazo para registrar lo que será Estratexa (2003), los asturianos han tocado techo con su obra maestra, Esperanza, y con el inmediatamente posterior Heptágono, álbum compartido con Schwarz en una fantástica e inolvidable experiencia.

No está Estratexa a la altura, era demasiado pedir, pero es un trabajo que mantiene un buen nivel. Sin renunciar a su particular articulación del kraut y el noise —base sobre la que construyen su rock oscuro y sofisticado, que no afectado—, Manta Ray endurece las guitarras y acelera el ritmo en temas cortos como Qué niño soy (con espléndido uso del wah-wah), Asalto, Monotonía y Ébola, reivindicándose frente a punkis y garageros de dos neuronas que rechazan a los asturianos por pretenciosos, por un lado, y recordando a sinfónicos y progresivos que ellos son un grupo de rock and roll (como pueda serlo Radiohead), por otro. El resto del álbum lo dedican a profundizar en el discurso cimentado en anteriores discos: cercanos a Kraftwerk en Take A Look o la instrumental Rosa Parks (dedicada a la famosa mujer negra que ocupó por primera vez un lugar destinado a los blancos en un autobús del estado de Alabama); con una cadencia y un sonido que remiten a Sonic Youth en Another Man; o en un terreno intermedio que les define a la perfección mediante la pieza también instrumental que intitula el trabajo, soberbiamente empalmada, por cierto, con Qué niño soy gracias a un cortísimo silencio que parece negar su condición de solución de continuidad, pues se utiliza la interrupción —ahí reside la magia del asunto— para servir de cadena de transmisión.

Más allá de la calidad concreta del trabajo, es indudable que no hay venalidad o concesiones en Manta Ray. No es ajeno a ello el que el título del disco y sus títulos de crédito estén en asturiano o que en Añada se pueda escuchar un sampler del grupo Muyeres de "el sonido de la leche cuando se revuelve para hacer manteca", tal y como afirma el grupo en los mencionados créditos. Manta Ray fue a su aire en los musical y en lo (llámese) político, nacional o cultural. Se podrá estar de acuerdo o no, pero —y todo está relacionado— gracias a ello tenemos discos tan especiales como Estratexa. Gracias a la coherencia y la libertad con la que Manta Ray construyó su carrera.

3 comentarios:

  1. Otra banda de la que no sabía de su existencia, pero por los nombres que aparecen en la reseña (Kraftwerk, Sonic Youth, Radiohead) suena a una banda interesante. A buscar sus canciones en youtube
    Y por cierto el Jazz Flamenco me pareció estupendo, hermoso. Aún sigo digiriéndolo pero desde ya te puedo decir que me gusto bastante.
    Saludos Mr.

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  2. Estamos de acuerdo, Tsi-Na-Pah.

    Espero que os guste Manta Ray, Freaky y Mojon. Qué alegría que te gustara el disco de Iturralde, Hombre Mojon. Que alguien descubra a un artista gracias a una reseña que has hecho sí que es estupendo.

    Gracias y saludos.

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