martes, 28 de mayo de 2013
Negative Waves
¿Punk? ¿Hard rock? ¿High energy? ¿Heavy metal? ¿Noise? Sí… y no: Bored! y Negative Waves (1989). Registrado durante los seis primeros meses del año, el primer elepé del grupo australiano —tras un epé de debut— es el producto de varias y dispersas sesiones, lo cual no es impedimento para que se trate de uno de los artefactos más coherente y bellamente salvajes que haya conocido el rock and roll en sus casi sesenta años de historia. Saturado por las guitarras hasta límites insospechados —especialmente esa brutalidad que abre el álbum y responde al nombre de C.S.M. (No Way…)—, Negative Waves traduce en música la pasión visceral de cuatro chavales —Dave Thomas, John Nolan, Justin Munday, Grant Gardner— lo suficientemente jóvenes, inocentes y atrevidos para creer que con dos guitarras (¡qué dos guitarras!), una batería, un bajo y los acordes básicos de toda la vida había lugar todavía para la diferencia y la creatividad. Y esa fe tiene su recompensa. Llenando de electricidad las pistas de la consola del estudio de grabación para dar vida a las canciones, Bored! asalta al oyente mediante interpretaciones furibundas de ocho espectaculares temas propios que conviven sin sobresalto alguno con versiones de dos clásicos aussies absolutos: Whola Lotta Rosie y Remedy, este último con Tim Hemensley haciendo de Angry Anderson. La orgía de decibelios resultante es digna (y no exagero) de los mismísimos New York y Ragged Glory, contemporáneos ambos de Negative Waves, si bien Lou Reed y Neil Young eran ya a esas alturas viejos zorros del arte ideado por Chuck Berry, y Bored! una banda novata cuyos miembros compensaban con convicción su falta de experiencia y medios. No se preocupen, pues, si un día llegan a casa y no encuentran sus discos de AC/DC, Sonic Youth, Stooges, Metallica, Black Sabbath, MC5 y Sex Pistols: los tienen todos en Negative Waves. No solo de Distemper vivía aquel 1989 el rock australiano.
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Ni siquiera me suena el nombre, Gonzalo pero me han entrado unas ganas de escucharlo...eso sí, como un día llegue a casa y no encuentre el "Powerage", "Funhouse" o "Daydream Nation" me da algo jejeje
ResponderEliminarUn abrazo.
Ni flores de colores jefe...pero ya hemos aprendido algo más hoy.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
Es un decir, es un decir, no vaya a ser que los amigos de lo ajeno se estén preparando para entrar en tu casa, ja ja ja. Estoy seguro de que si escuchas "Negative Waves", Agente, te satisfará.
ResponderEliminarNo es un grupo demasiado conocido, no, pero es mil veces mejor que muchos cien mil veces más famosos, Javier.
Abrazos a los dos.
Busco esto a la voz de ¡ya!, despues de esta crónica no me puedo resistir a darle un repaso a este disco, de estos tíos que ni puta idea por otro lado.
ResponderEliminarGracias master.
Abrazo.
De nada, Addison. Para días feroces… Bored!
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que me van a gustar. Como tantas veces: oí hablar de ellos, pero no los he seguido.
ResponderEliminarAbrazos, Zalo.
Espero que te gusten estos antípodas, Javier.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este disco te lo encuentras como referencia importante al leer sobre según que cosas (muy de mi agrado para más inri) pero yo no conocía ni la portada... He aquí el empujón necesario y a su búsqueda que voy. Gracias por la recomendación Gonzalo, que el tema apunta a pecado (uno más) demasiado tiempo postergado, y abrazo guzzero.
ResponderEliminarSí, en todos los informes, reportajes o artículos sobre el rock de alto voltaje australiano de los noventa y dos mil aparecen Bored! y "Negative Waves". Imprescindible en tu discoteca, querido Guzz. A propósito, ¿voy a tener el gusto de conocerte en Frías?
ResponderEliminarUn abrazo.
Vamos a por este artefacto, las referencias no pueden ser mejores.
ResponderEliminarAbrazos.
Esperando que lo disfrutes, Savoy.
ResponderEliminarUn abrazo.