jueves, 23 de febrero de 2017
Going Back Home
Cuando en 2014 se publicaba Going Back Home, nadie habría pensado que tres años después Wilko Johnson iba a seguir entre nosotros habiendo resistido al cáncer de páncreas que le acosaba. El rechazo de la quimioterapia, que quien fuera guitarrista de Dr. Feelgood se había negado a recibir, parecía llamar a la inmisericorde parca sin que nada o nadie pudiera hacer algo por evitarlo. Es por ello que el disco que grababa entonces con Roger Daltrey sabe inevitablemente a testamento y despedida de uno de los mejores músicos que el rock and roll haya conocido. Pero no a testamento rancio y edulcorado —no—, sino a epítome magistral y rotundo del trabajo de toda una vida dedicada a las seis cuerdas electrificadas para difundir, defender y servirse del arte que Chuck Berry, Bo Diddley, los Animals o los Stones le habían enseñado.
Acompañado del cantante de otra de sus influencias ineludibles, los Who, Norman Watt-Roy (bajo), Dylan Howe (batería), Mick Taylor (piano y órgano) y Steve Weston (armónica), Johnson se marca un repaso antológico a su carrera en solitario y a la del grupo donde se dio a conocer mediante diez revisiones explosivas de canciones por él registradas, a las que sumar una versión que en el siguiente párrafo mencionaremos. La fuerza de las interpretaciones no tendría mayor importancia sin la clase y la elegancia con que notas, acordes y ritmos son ejecutados, lección de un arte muchas veces envilecido por quienes o no saben tocar su instrumento o, si lo saben, lo hacen sin el menor feeling o sentido. La guitarra de Wilko Johnson suena tan inconfundible, expresiva e irresistible como siempre; Daltrey ejerce la autoridad que emana de sus cuerdas vocales y su pasado; Watt-Roy y Howe aportan la precisión y la sobriedad que se espera de una base rítmica clásica; Taylor y Weston, por fin, llenan de color el conjunto, desprendiendo el aroma del mejor rhythm and blues.
Bajo el sello de Chess como reclamo inmejorable, Going Back Home es un álbum formidable desde su primer segundo hasta el último, así que las dos canciones que menciono para cerrar el texto no son nombradas por destacar su calidad, sino para matizar sus diferencias. Por orden de aparición, Can You Please Crawl Out Your Window es una lectura estupenda del clásico de Dylan muy acorde al sonido del plástico. Turned 21 —extraída del Barbed Wire Blues de Johnson— es la única (y magnífica) balada que encontramos, y es la excepción que confirma la regla de un disco que apuesta por la energía del rock and roll sin paliativos. El fabricado por dos monstruos consagrados que aunque parezca mentira (y no hablo solo de Johnson) todavía están vivos como testimonio de un pasado infinitamente superior.
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Acudo a él con relativa frecuencia. Me encanta. Qué bien lo cuentas. Abrazos.
ResponderEliminarFue para mí uno de los mejores discos publicados ese año 2014. Lleno de potencia, convicción, frescura, honestidad. Además, como dices, el publicarlo bajo el sello Chess le dio un plus especial, como si saliera de unas catacumbas que, afortunadamente en el caso de Wilko, no se produjeron. Creo que, tanto para Daltrey como para Johnson, este es un trabajo que les honra, un "además" muy valioso en la prolongada carrera musical de ambos artistas.
ResponderEliminarAbrazos t feliz concierto con los Fannies.
JdG
También vuelvo yo a él a menudo, Johnny. Gracias, amigo.
ResponderEliminarSin duda, de los mejor de aquel año. A sumar al retorno de los Sonics como llamadas del pasado muy presentes. Y lo de Wilko, un milagro, Javier.
Abrazos.
Lo escuché mucho aquél año y sigue sonando a menudo. Además del travieso Wilko que se empecina en rockear, alabado sea, Roger canta como hacía años. Un discazo.
ResponderEliminarAbrazos.
Veo que estamos todos de acuerdo, Addi.
ResponderEliminarAbrazos.