Publicada en una revista británica y por entregas en 1899 (posteriormente como libro en 1902), El corazón de las tinieblas es "acaso", en palabras de Jorge Luis Borges, "el más intenso de los relatos que la imaginación humana ha labrado". Fuente de inspiración de otra obra maestra (en este caso cinematográfica), Francis Ford Coppola supo pasar a la pantalla y la guerra del Vietnam el horror que Joseph Conrad había plasmado en papel y situado en el Congo belga. Su protagonista, Charlie Marlow, narra a las personas que le acompañan su lúgubre experiencia africana en busca del recóndito Kurtz, un cuadro en el que la violencia y la desolación son los únicos suntantivos posibles. Ya hacia el final del texto, Marlow introduce esta reflexión sobre la vida y la muerte marcada por la experiencia vivida, pero que puede servir para cualquier tiempo, lugar y miedo particular:
"El destino. ¡Mi destino! ¡Es curiosa la vida…, ese misterioso arreglo de lógica implacable con propósitos fútiles! Lo más que de ella se puede esperar es cierto conocimiento de uno mismo…, que llega demasiado tarde…, una cosecha de inextinguibles remordimientos. He luchado a brazo partido con la muerte. Es la contienda menos estimulante que pueden imaginar. Tiene lugar en un gris impalpable, sin nada bajo los pies, sin nada alrededor, sin espectadores, sin clamor, sin gloria, sin un gran deseo de victoria, sin un gran temor a la derrota, en una atmósfera enfermiza de tibio escepticismo, sin demasiada fe en los propios derechos, y aun menos en los del adversario. Si tal es la forma de la última sabiduría, la vida es un enigma mayor de lo que alguno de nosotros piensa".
Que gran obra Gonzalo, recuerdo que me la recomendó un profesor en 3ª que se llamaba Juanfran. Siempre se lo agradeceré.
ResponderEliminarAbrazos.
Qué buen profesor, Addi. Yo la leí hace veinticinco años, tras comprarla en una feria del libro de Pamplona. El impacto fue extremo, era mi primer libro de Conrad, y luego vinieron muchos más ("Nostromo", "Lord Jim", "Victoria", "Bajo la mirada de Occidente", "El pirata"…), pero la sensación que me produjo "El corazón de las tinieblas" (a pesar de adorar sus otras novelas) no la he vuelto a tener, quizá por la edad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy últimamente en una fase de releer obras que me gustaron mucho en su momento, quizás como si me despidiera de ellas, tan rápido se acerca el final. Este "El corazón de las tinieblas" está entre esos títulos.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Yo todavía no he entrado en esa fase, Javier, pero empiezo a sentir cierta llamada de obras como "Drácula", "Cosecha roja", "La montaña mágica", "Los pasos perdidos" o ésta de la que hablamos, básicas en mi formación como escritor. El final, joder, qué duro y qué cierto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gran libro. Tengo memoria de pez para lo que leo. No retengo prácticamente nada. Hay una novela de Contad de la que no recuerdo el título. Se trata de un capitán de barco que navega por la zona de las Célebes o Sumará. Se está volviendo ciego, pero lo oculta, necesita el dinero para socorrer a su hija, si se demuestra el hecho lo despedirán.
ResponderEliminarLa novela también es muy angustiosa. Alguien sabe el título.
La novela que dices es "The End Of The Tether", que en la edición que tengo yo (la de la Biblioteca Borges) de "El corazón de las tinieblas" venía junto con ésta. En mi caso el título castellano es "La soga al cuello", aunque también se ha publicado como "Situación límite" o "El final de la cuerda". No la recuerdo yo tan extraordinaria como "El corazón de las tinieblas", pero quizá fuese la impresión tan fuerte que me había causado y el a veces injusto cotejo.
ResponderEliminarSaludos, Luis.