lunes, 7 de mayo de 2018
Yo soy Rosa Parks y vivo en los Estados Unidos
No te voy a ceder el asiento
solo por el hecho de que seas blanco.
No te voy a ceder el asiento
porque no quiero perder mi dignidad.
No te voy a ceder el asiento
para denunciar la discriminación racial.
No te voy a ceder el asiento
porque no te lo mereces.
No te voy a ceder el asiento
en nombre de mis antepasados.
No te voy a ceder el asiento
hasta que me pidas perdón.
No te voy a ceder el asiento,
oigo voces del futuro que me obligan.
No te voy a ceder el asiento:
¿hacen falta más explicaciones?
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El repaso de la "Historia del Blues" de Paul Oliver me ha retrotraído a muchos escenarios de épocas anteriores a las de Rosa Parks, cuando la segregación racial todavía ni se llegaba a plantear como algo contra lo que luchar. Una América profundamente racista y supremacista, 60 ´65 años después de finalizada una Guerra Civil que, teóricamente, tuvo en sus planteamientos iniciales la abolición de la esclavitud. En esos "en nombre de mis antepasados" y "oigo voces del futuro que me obligan" radica el curso de la historia de la raza negra en América.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Así es, Javier, buena aportación. La abolición legal tardó más de un siglo en empezar a ser real, aunque todavía no lo sea en el país de Abraham Lincoln.
ResponderEliminarAbrazos.