Por mucho que google quiera hacer nuestra vida más fácil, uno sortea tozudamente algunas prácticas y opta por el camino menos lógico más por alejarse de la doctrina que por otra cosa. A pesar de que, al abrir mi navegador Chrome, el buscador por antonomasia tenga a bien seleccionar mis páginas más recurrentes disponiéndolas a solo un clic de distancia, uno siempre acaba llevando el cursor a la barra de direcciones y, como buen autómata, pulsa apenas 3 teclas: “R”, “A” y “G”. Estas serán suficientes para acceder al blog Ragged Glory o, lo que es lo mismo, al generoso mundo de Gonzalo Aróstegui.
Y es que mi
relación con el blog de Gonzalo empezó con una carambola. Buscaba yo sitios
donde, a modo de minas antipersona, enlazar furtivamente un concurso puesto en
marcha desde mi web Más Truenos Magazine. De aquel spam accidental servidor se
llevó una mina, un dealer al que acudir siempre en busca de mandanga de primera
y, de rebote, Gonzalo consiguió la reedición 45 aniversario del Forever Changes de Love. Efectivamente,
entre una centena, él ganó el concurso. Ya digo, una carambola.
Desde aquel
noviembre de 2012, he de decir que he leído todos y cada uno de los apasionados
y precisos escritos de Ragged Glory.
Gracias al
verbo de Gonzalo me metí de lleno en Dave Brubeck, en Dizzy Gillespie o en Bill
Evans. Y descubrí material desconocido para mí de Coltrane, Davis, Baker, Monk
o Ellington.
Por culpa de
Ragged Glory me he abastecido de tal cantidad de high-energy como para no
necesitar viagra en los días que me quedan: Hellacopters, Backyard Babies, Thee
Michelle Gun Elephant, Atom Rhumba…
En decenas de
ocasiones me he rendido a sus certeras descripciones de mis favoritos pues, uno
tras otro, han sido descritos con precisión por el forense Aróstegui: Big Star,
Velvet, Young, Beach Boys, CCR, MC5, Wilco…
Y, por último,
he tenido la suerte de ver como el generoso entusiasmo de Aróstegui incrustaba
una reseña de mi inadvertida banda entre algunos de mis referentes nacionales:
Josele y Enemigos, Morente, CRAG, Campos y sus Amigos Imaginarios…
Gracias querido
Gonzalo,
larga vida a
Ragged Glory!
Similar historia es la mía, eso si, yo aún tengo pendiente el jazz, en lugar del buscador, yo opto por la barra lateral de mi blog para buscar Ragged Glory.
ResponderEliminarAbrazos.
Jazz o no mediante, siempre es una grata visita la tuya, Addi.
ResponderEliminarAbrazos.
Magnífico texto el de Marce Becerring. Ya estoy tardando en seguirle.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
No te pierdas su magazín virtual, Javier. Y de paso dale una oída a Algunos Hombres.
ResponderEliminarAbrazos.