lunes, 27 de enero de 2020
Kettle Whistle
Defiende Henry Rollins en las notas de Kettle Whistle (1997), recopilatorio de ciertas peculiaridades, que Jane's Addiction fue una de las grandes bandas de su tiempo. Yo estoy de acuerdo. Su homónimo debut en vivo y sus dos obras maestras consecutivas en estudio —Nothing's Shocking y Ritual de lo habitual— mostraban a un grupo originalísimo que trituraba sus influencias en un discurso genuino que acababa soslayándolas para crear una música alejada de cánones o mimetismos. Kettle Whistle nos lo volvía a recordar coincidiendo con la primera reunión del cuarteto (excepto Eric Avery, sustituido por Flea) desde su separación en 1991. Y lo hacía con una compilación que recogía, junto con alguna canción nueva o ignota, descartes y tomas alternativas y en vivo de varios de sus clásicos.
Aunque la portada dictamine que son cuatro las canciones nuevas, nuevas, lo que se dice nuevas (es decir, grabadas ex profeso para el disco y compuestas por la que es la formación a la sazón), son realmente dos. Kettle Whistle es la primera de ellas, extensa pieza que da título al trabajo y, pese a no estar mal, nada tiene que hacer frente a Ted, Just Admit It…, Summertime Rolls o Then She Did…, comparación odiosa pero justa y necesaria por duración y atmósfera de los temas. La aplastante demo de Ocean Size nos lleva a 1988 (¡menuda bestia de la naturaleza que es Dave Navarro a las seis cuerdas!), mientras que My Cat's Name Is Maceo es un sabroso pedazo de funk rock que el grupo registraba un año antes con Maceo Parker al saxo y había quedado olvidado. Volvemos a 1988 con la versión de Had A Dad que Jane's Addiction hubiera querido incluir en Nothing's Shocking y que Warner Bros. rechazó. La segunda novedad nos traslada de nuevo a 1997 mediante So What!, corte de valor relativo que cobra mayor interés cuando la trompeta de Flea y la guitarra de Navarro se dan la mano. En directo en 1991 en el festival de Lollapalooza, Jane Says sigue siendo la maravillosa canción de siempre… con alguna sorpresa. Grabada en 1986 para la película Dudes, la versión de Mountain Song que aquí hallamos tiene el poderío de la definitiva y resulta bastante similar (excepto unos teclados puntuales). Slow Divers era parte del concierto que dio forma al primer elepé de la banda en 1987, atmosférica y hermosa composición a la que Flea, una década después, añade su bajo.
Con el Ritual de lo habitual recién publicado, los siguientes cuatro cortes recogen al grupo en el Hollywood Palladium en 1990. La devastadora lectura sobre las tablas de Three Days —doce minutos de colisión frontal contra nuestros sentidos— es suficiente para situar a Jane's Addiction, por riesgo y contundencia, en un lugar inaccesible a sus contemporáneos. Magníficas asimismo, las de Ain' No Right, Up The Beach y Stop! —hardcore, funk, heavy metal y rock progresivo de la mano— nos sirven para recordar el inimitable resultado de la conjunción de las voz marciana de Perry Farrell, el látigo eléctrico de Dave Navarro, la gravedad introspectiva de las cuatro cuerdas de Eric Avery y la percusión compleja y aplastante de Stephen Perkins, ¡joder, qué buenos eran los cabrones! Una versión diferente (guitarra acústica y percusión dominantes) del exitoso single Been Caught Stealing, una en vivo de la violenta y metálica Whores y una miniatura folk para Soul Kiss titulada City (ejecutada solamente por Farrell y Navarro porque Avery y Perkins no encontraron el estudio) nos sitúan —respectivamente— en 1989, 86 y 88 y completan Kettle Whistle, notable miscelánea cuya mayor virtud es precisamente alejarse de los recopilatorios al uso o estándares, y de la que nos valemos para reivindicar, junto con quien fuera cantante de Black Flag, la grandeza de Jane's Addiction entre 1986 y 1991.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Mira que soy fan de Jane's Adiction, pero a este disco nunca le hice demasiado caso, habrá que recuperarlo.
ResponderEliminarComo siempre excelente reseña Gonzalo.
Abrazos.
Si eres fan lo vas a disfrutar mucho, Addi. Muchas gracias.
ResponderEliminarAbrazos.
Totalmente de acuerdo con el amigo Rollins y el autor de esta entrada, Jane´s Addiction fue una banda buenísima. El solo recuerdo de su "Ritual de lo habitual" y el conciertazo que dieron en el primer MadCool de mis horrores lo corroboran. Desconocía esta obra.
ResponderEliminarAbrazos,
No vi tal concierto, Javier, pero "Ritual" me lo caté de pe a pa nada más salir al mercado hace treinta años en lugar de estudiar los exámenes de las asignaturas de la carrera que había dejado para septiembre. Desde entonces es uno de mis discos de cabecera. El recopilatorio que comento es muy bueno y variado, te gustará.
ResponderEliminarAbrazos.