lunes, 29 de agosto de 2022

Odyssey

Casi hora y media de música contiene Odyssey, el magnífico doble elepé de Terje Rypdal de 1975. El guitarrista noruego (que en esta grabación también toca sintetizador y saxo soprano) se explaya en compañía de Torbørn Sunde (trombón), Brynjulf Blix (órgano), Sveinung Hovensjø (bajo) y Svein Christiansen (batería) para dar con ocho piezas de inmensa belleza de las que quiero destacar las cuatro más extensas.  

Midnite construye sus exquisitos paisajes sonoros e improvisaciones sobre un vamp u ostinato de Hovensjø que inmediatamente trae a la cabeza del aficionado los de Michael Henderson al principio de los setenta en la banda de Miles Davis. El mano a mano de Rypdal y Blix en el Adagio es uno de esos momentos en los que el mundo parece detenerse, guitarra y órgano ofrendando sus notas a la humanidad y sirviéndose del clásico movimiento lento en un espacio que llama por igual a la vanguardia culta, a la música antigua europea y al jazz. En Fare Well se apela asimismo a las tres tradiciones que nutren al autor de What Comes After en otro adagio que entroncamos con el Réquiem de Ligeti, aunque haya notables diferencias, entre ellas un trombón de Sunde difícil de imaginar en la composición del húngaro. Por encima de los veintitrés minutos se va Rolling Stone, despedida y tour de force en el que hace entrada, además de los ingredientes ya mencionados, el rock a la manera de que lo hace en la obra del citado Davis, no en vano volviendo Hovensjø y su bajo al vamp que sirve de ferralla rítmica junto con las baquetas de Christiansen. En un tema que es un universo despuntan los latigazos eléctricos de Terje Rypdal, líder de una función sobresaliente y —por qué no decirlo— prácticamente perfecta.

La edición definitiva en compact disc que ECM hará en 2012 (Odyssey In Studio & In Concert) subsanará por todo lo alto la reedición digital de 1994, en la que se omitía sangrantemente Rolling Stone. En lugar de uno, tres discos con el doble álbum original sin recortes y una actuación en la radio sueca de 1976 en la que falta Torbørn Sunde pero a la que se suma la Swedish Radio Jazz Group, orquesta de quince miembros que brilla en Unfinished Highballs, estupendo regalo o complemento de un trabajo histórico e imprescindible: Odyssey.



4 comentarios:

  1. Totalmente pez Gonzalo. Deduzco por las referencias que usas, tanto de otros músicos como de géneros o estilos, que se trata de una obra muy singular. Ya me comentarás con más detalle.
    Abrazos,

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  2. Rypdal es un músico del máximo interés, Javier, aquí en uno de sus momentos álgidos. Por decirte algún dato que te ponga en la pista ha trabajado con Markus Stockhausen, el hijo del gran compositor alemán, e incluso ha coincidido en alguna grabación con nuestro admirado Robert Wyatt.

    Un abrazo.

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  3. Recuerdo que en aquellos tiempos, cuando yo andaba obsesionado por la música progresiva y el jazz en particular, semejante artefacto me voló la cabeza, imagínate.

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  4. A mí me la sigue volando, Jep, es un disco espectacular.

    Un abrazo.

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