lunes, 1 de julio de 2024

Harvest

En muchas ocasiones he afirmado que Ragged Glory, el disco de 1990 que da nombre a este blog, es el mejor disco de Neil Young. Sin embargo, he de reconocer que la obra del canadiense entre 1969 y 1979 está plagada de elepés que cuestionan seriamente este aforismo, más aun si ese elepé es Harvest (1972). Grabado en cuatro diferentes emplazamientos, compuesto por nueve temas en estudio y uno en directo, acompañado el autor de Zuma de banda (nombrados ad hoc los Stray Gators), orquesta o solo con su guitarra, el disco triunfa sin paliativos por hacer coherente la dispersión aparente gracias a unas composiciones extraordinarias de Young y toda una serie de arreglos que elevan la base escrita al máximo de los niveles.

Out Of The Weekend, primero de los cuatros temas registrados en los Quadrofonic Sound Studios de Nashville, clava su lenta cadencia en el corazón del oyente; pocas veces una canción ha tenido un poder evocador tan grande, construido sobre la base rítmica de Tim Drummond y Kenny Buttrey, explicitado por la voz, la guitarra y la armónica de Young y enriquecido por la pedal steel de Ben Keith, cuyas notas sobrias y exactas iluminan el camino cada vez que suenan. El mismo estudio y la misma formación (súmese el piano de John Harris) alumbran Harvest, country rock canónico pero magnífico que contrasta extremadamente con A Man Needs A Maid, pues no solo Young cambia de continente sino que queda solo con su piano y la Orquesta Sinfónica de Londres para interpretar un tema de exacerbado dramatismo. Vuelta a Nashville y los Stray Gators con la soberbia Heart Of Gold, en la línea de Out Of The Weekend pero con el añadido de la guitarra de Teddy Irwin y los coros de Linda Ronstadt y James Taylor. Nos movemos a un granero del rancho de Neil Young en California (Broken Arrow Studio #2) y escuchamos Are You Ready For The Country, de colores festivos country y honky tonk pintados por el piano y la voz del jefe, Drummond, Buttrey, Keith (en los papeles asignados desde el principio), Jack Nitzsche (lap steel) y los coros de David Crosby y Graham Nash.

La segunda mitad nos sitúa en Nashville por cuarta y última ocasión. Old Man es una pieza de folk rock intimista en la que Young canta y toca la guitarra, siguen dejando su extraordinario sello Drummond, Buttrey y Keith (la máxima de "menos es más" nunca ha tenido tanto sentido), James McMahon se encarga del piano, Linda Ronstadt y James Taylor hacen unos coros sublimes y el segundo aporta asimismo su banjo. El segundo corte en Londres mantiene las coordenadas del primero, siendo fácil e inevitable emparentar There's A World con A Man Needs A Maid. El rock and roll y la electricidad hacen su aparición en la colosal y crítica mirada al sur de los Estados Unidos Alabama, a la que, junto con Southern Man, contestaría Lynyrd Skynyrd en su mítica Sweet Home Alabama. En el rancho de Young, su voz y su guitarra, el bajo, batería y la pedal steel de, respectivamente, Drummond, Buttrey y Keith, el piano de Nitzsche y los coros de Crosby y Nash ponen en escena la canción más Crazy Horse del elepé además de la final y no menos apoteósica Words (Between The Lines Of Age), que incide en la querencia eléctrica made in Broken Arrow aunque sin Crosby y Nash a bordo. Entre ambas, una miniatura acústica que interpreta Young en directo solo con su guitarra en el Royce Hall de UCLA —The Needle And The Damage Done— aumenta la riqueza artística, musical e incluso tímbrica de un inconmensurable Harvest, a situar en el año de su "cosecha" a la altura de Exile On Main St., Ziggy Stardust o Talking Book. En el caso de que mis palabras anteriores no lo hubieran dejado claro.