Nuevo sello, nueva década. Misma categoría. Sunflower (Reprise, 1970) es una obra maestra de principio a fin, un derroche de musicalidad que desborda el concepto pop constantemente y la confirmación de que Dennis Wilson y, en menor medida, Bruce Johnston no se quedan atrás a la hora de aportar material de calidad que sumar al de Brian Wilson. Por muchos problemas que arrastraran desde 1967, por mucho que las ventas y la popularidad descendieran, los Beach Boys seguían siendo un grupo extraordinario y sin parangón, creadores de unas canciones y unos arreglos que huyen de cualquier monotonía, lugar común o facilidad.
Si las armonías vocales son una de las características básicas de los autores de Pet Sounds, las de Slip On Through y This Whole World que abren el álbum, estableciéndose en torno a los dos minutos como las dos piezas más breves del mismo, son para llorar de lo logradas que están, pop que juega en otra liga, bien lo sirvan Dennis o Brian respectivamente. En compañía de Mick Love y Joe Knott, Brian aporta Add Some Music To Your Day, exquisito canto de amor a la música cuya delicadeza es la mejor defensa del arte sonoro que se pueda realizar. Al igual que en Slip On Through, Dennis se apoya en Gregg Jakobson para crear Got To Know That Woman, rock and roll de aliento góspel. Soft rock que se adentra en terrenos sentimentales, el de Deirdre se lo debemos a Bruce Johnston con una pequeña ayuda de Brian. It's About Time nos lleva al ecuador del plástico mediante el corte más rítmico y rocker de la función, así que no puede extrañar a nadie que la batería de Earl Palmer y la percusión de Dennis Dragon comanden esta composición de Dennis y Carl Wilson, Al Jardine y Bob Burchman.
La tristeza guía Tears In The Morning, segunda canción escrita por Johnston, esta vez en forma de sobresaliente adagio. Por su tratamiento sonoro, sus arreglos y su propia estructura, All I Wanna Do deviene, de la mano de Brian y Mick Love, uno de los temas más especiales del disco. El talento descomunal de Dennis (de nuevo con Jakobson) para crear mundos armónicos genuinos se desvela sin ambages en Forever, cuyo tempo y ternura mantiene Our Sweet Love, aunque escrita por Brian, Carl y Jardine. Un pájaro acercándose a una ventana y la reacción de quien lo ve —(aparente) sencillez pareja a la de un haiku— da lugar a At My Window, suerte de nana construida por Brian y Al Jardine. La pequeña sinfonía pop que culmina el álbum, Cool, Cool Water, parte de la incompleta Love To Say Dada de 1967 y Brian, suma a Love en la composición y da con un tema cuya atmósfera fantasmagórica que lleva lo tonal a sus límites en algún tramo, justo antes de que se evapore, habría encajado a la perfección en Smiley Smile. El final de un Sunflower que se puede reproducir junto con Moondance, All Things Must Pass o American Beauty —tres colosos publicados ese mismo año— sin miedo alguno a hacer el ridículo. Pues ésa es su estatura.

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