lunes, 7 de abril de 2025

Portrait Of An American Family

Ampuloso y agresivo, el sonido del debut de Marilyn Manson (Portrait Of An American Familiy, 1994) anuncia lo que será el siguiente y magistral Antichrist Superstar, conducida asimismo la banda desde los controles por Trent Reznor. Rock pesado de aliento industrial, al mismo tiempo de su época y personal, no es de extrañar que Wrapped In Plastic, por ejemplo, recuerde a Soundgarden, Alice In Chains, Jane's Addiction e, incluso y forzando un tanto la máquina, a Birthday Party sin dejar de expulsar por todos sus orificios la fórmula del grupo.

Pero no nos adelantemos. Este mordaz, procaz y satánico "retrato de una familia americana" lleva ya varias canciones antes de llegar a su octavo corte. El glam gótico y retorcido de Cake And Sodomy ha hecho retumbar las paredes de la casa y el funk metal de Lunchbox nos ha noqueado con su agresivo estribillo, tras un breve Prelude (The Family Trip), marcando ambos temas el camino de excesos verbales y musicales que va a seguir el álbum al completo. No conoce tregua en su discurrir tajante de oscuridad morbosa, electricidad desbocada e himnos demoníacos, los Estados Unidos más negros diseccionados con humor aún más negro y bestia. Dominado por los medios tiempos cargados de tensión, solo en Dogma pisa el acelerador el trabajo, velocidad punk que se agradece por el contraste y porque la canción no baja el nivel (más bien al contrario). Sweet Tooth, acto seguido, recupera la orientación mayoritaria armada de esos riffs heredados de Black Sabbath y filtrados por el grunge.

Tres temas se suceden hasta completar los trece que contiene Portrait Of An American Family, garantes de la coherencia formal y el acierto compositor, además de añadir ciertos matices post punk y no wave que enriquecen el disco. Como no podía faltar en un CD de los noventa, Misery Machine, la última canción, se alarga durante siete minutos una vez finalizada a los cinco y medio mediante un teléfono que no deja de sonar hasta que se escucha a la madre de un fan de Marilyn Manson decir a un contestador automático que no quiere que su hijo vuelve a recibir ningún "material pornográfico" más de la banda o tomará medidas legales. No se podía esperar menos de un "retrato" tan macabro y tan crítico con la sociedad que ve en sus autores el peligro. La advertencia a los padres en la portada (y de la portada) —ridícula y estúpida ad nauseam— no deja lugar a la duda.



jueves, 3 de abril de 2025

Sonic Trash, Víctimas Club

Split de 2023 publicado por El Beasto, este elepé compartido por Sonic Trash y Víctimas Club habla del alto nivel de vizcaínos y alaveses, cuatro cortes de los primeros y tres de los segundos que se suman y complementan aunque cada uno ocupe su espacio propio, el de una y otra cara del vinilo.

Serindipia arranca la mitad de Sonic Trash con un ritmo moderado de maneras post rock que, al alcanzar su ecuador, acelera para insuflar energía y emoción al tema. Ginebra sigue un esquema similar pero yendo y volviendo de la calma tensa a la tensión eléctrica y destacando el papel de las teclas de Ekaitz Hernández. El garage noise de Harma tiro punk añade variedad y jaleo antes de que Algoritmos dé por finalizado el turno de Sonic Trash con un trallazo de post punk.

No menos post punk hay en Chicas que, primera canción de Víctimas Club cuyo estribillo ("Sin posición social / Celebrando una victoria parcial") es de ésos que dan ganas de gritar en compañía de Pela. Velocidad y brevedad van de la mano en Humillante Speed, tremebunda soflama punk que contrasta radicalmente con Tratando con desprecio a unos pocos, que se inicia con una teclas y una guitarra amenazantes hasta que se zambulle en una peculiar amalgama de rock, funk y jazz que constituye, en mi opinión, la mejor de las siete piezas ofrecidas por ambos y convivientes grupos. Precisamente la que cierra un trabajo en común cargado de calidad y muy recomendable.