Lejos de los excesos eléctricos de los ahora redivivos Asteroid B-612, el último disco hasta la fecha de Johnny Casino —grabado en Filadelfia con el soporte de la banda local St. James & The Apostles— se presenta como una (fantástica) colección de canciones de rock clásico, el que se cocina en los años sesenta y setenta del siglo XX.
High Stone (2024) abre mediante un asalto garage/high energy que recuerda los estragos mentales que dejó la pandemia de 2020, llamado, claro, Twenty Twenty. Desparramando su emoción, If We Sow (Love Will Grow) habla de la siembra sentimental que mantiene vivo y hace crecer el amor y cuenta con un extenso solo de guitarra que enardece el tema mientras lo cierra. El aroma psicodélico de Mr Fastgun me trae a la cabeza a Alice Cooper y Blue Öyster Cult, no solo ni exactamente por su sonido fornido y lisérgico sino por la aversión que ambos grupos tenían a las estructuras trilladas. Postcards lleva la primera cara a su final regalándonos una balada tersa en que órgano y teclado tienen un especial protagonismo (y que me recuerda al Sugar Mice de Marillion, coincidencia o casualidad probablemente).
Tras una breve introducción (Plan 9 From Lehigh And Livingston, en la mitad de la primera cara ha habido un pasaje mínimo similar: Greenrock Inner Mind Trip 3), Make Hay While The Sun Shines acciona instrumentalmente la segunda parte del plástico, folk rock vital para afrontar la existencia con optimismo. Anchor sigue sumando composiciones formidables de Casino, aleación aquí de rock y góspel de coros y órgano despampanantes. Love Over Fear se mueve en las coordenadas musicales y líricas de If We Sow (Love Will Grow), emoción y sentimientos a flor de piel, antes de que The Ghost Train culmine el álbum con un tema en el que destacan los solos de guitarra y órgano y la conseguida atmósfera general…
… A lo que hay que sumar, en formato digital, una excepcional y larga versión del Eight Miles High de los Byrds que enlaza con las que el grupo californiano hacía en directo y no con la original en estudio. Sea como fuere, en vinilo o en CD, absolutamente recomendable este High Stone de Johnny Casino, figura referencial del rock australiano. Y universal.
Sin ninguna duda un de mis discos favoritos del pasado año. El sr. Casino, quien por cierto va a repetir gesta este 2025 con Asteroid B-612.
ResponderEliminarUn abrazo.
Coincidimos, Jorge, buenísimos ambos discos, el que comento y el del asteroide.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, bueno..., pillé el Lp en su último bolo en Madrid, haciendo de telonero de Tropical Fuck Storm, en la Sala Mon a últimos de Agosto. Lo publiqué en Exile, grande el Johnny Casino. Artista que te reconcilia con el género humano musical. Ya a las tantas, coincidimos caminando por Argüelles, Johnny acarreando la funda de su guitarrón, ella, su compañera, al lado. Una secuencia de imágenes inolvidable. El destino nos juega de vez en cuando esos regalos.
ResponderEliminarAbrazo,
Leí tu crónica, Javier, un músico indispensable y una persona muy cercana, según muchos testimonios. Qué buena anécdota la que cuentas, ya sabes que vive en España, ¿no? Es una pena que tanto su obra como la de Asteroid B-612 sean tan poco conocidas, el mejor rock de los últimos treinta y cinco años ha tenido como protagonista destacado a Casino. Ayer mismo me decía un amigo que ha descubierto al australiano gracias a mí lo mucho que le había gustado el disco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo escuche mucho el año pasado .. disco completisimo coincido plenamente. Me declaro desconocedor de Asteroid B612. Deberes. Abrazo Gonzalo
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