El quinto disco de Los Enemigos (último para GASA) no tiene el altísimo nivel de La vida mata y La cuenta atrás, pero Sursum corda (1994) mantiene incólume la capacidad del grupo de Josele Santiago para dar con tonadas peculiares y frescas dentro de un lenguaje tan por lo general anquilosado como el del rock and roll. Construido a base de temas descartados o no grabados en condiciones, no nos debe llevar a engaño, pues el elepé funciona perfectamente si uno lo escucha del tirón.
Una breve Intro instrumental inicia una función que continúa con ¡Cómo es!, delicioso pop que declara:
"Yo quisiera ser como Vd. es,
sería feliz dentro de su piel,
estar como Vd. de bien hecho,
vender millones de Lps".
Amigos del gnomo explora la poética de la laxitud surrealista y A la hera se lía a guitarrazos mientras Santiago repite una y mil veces "Museo de Arte Contemporáneo" y Manolo Morales aporta su saxo tenor. La irónica melancolía de Zumo de kiwi, subrayada por su delicada musicalidad, revienta en Odio a los nº 1 (dígase en inglés, "number one"), violencia hard para escupir que:
"Odio a los nº1, se acuestan con mi mujer
Odio a los nº1, se acuestan con mi mujer
Mientras yo curro".
A ritmo de ska, Wonderland Records es explícita desde sus primeros versos:
"Bienvenido, chico a Wonderland.
Aquí hacemos los sueños realidad.
El tuyo nos podría interesar",
son palabras que determinan el cachondo escepticismo de Josele Santiago, incapaz de perder el humor (negro) incluso en la crítica más ácida. Amor de madre es un buen rock and roll enemigo, que se transforma en blues rock para explicarnos Por qué no me vuelvo al pueblo:
"La paciencia es la que manda
siguiendo el curso del sol
en guardia desde la mañana
al lado de Dios".
Rumble Mumble, segundo corte instrumental del disco, se acerca al excitante mundo de Link Wray e ilustres sucesores. De pastel, con Fino Oyonarte cantando, es la canción encargada de cerrar el trabajo, brillante pieza pop que suena espléndida gracias al dobro y la guitarra acústica de Mané y J. Cerrro, y que recupera en su suspiro final el motivo de la Intro.
La mirada perdida de Josele Santiago en la portada nos dirige a la amnesia del cantante, guitarrista y compositor de Los Enemigos respecto de la época en que se registra Sursum corda. "Debo tener un ángel de la guarda que te cagas. Daba conciertos desastrosos, mis compañeros estaban hartos. Si no me echaron fue porque yo hacía las canciones." La adicción a ciertas sustancias borró de la memoria de Santiago la manera en qué ideó e interpretó dichas canciones, pero no impidió que el proceso creativo siguiera su curso y Josele mantuviera el talento para escribir temas casi tan apetitosos como los mejores de la banda. Ciertamente olvidado y minusvalorado, Sursum Corda nos recuerda que no hay obra menor o desdeñable en la carrera de Los Enemigos, y así como se lo digo animo al lector a recuperarlo.
No conozco este Lp Gonzalo, la verdad esque solo tengo La Vida Mata y La Cuenta Atras, nunca me atraparon del todo aunque reconozco que estos son dos grandes discos, por supuesto ledaremos cancha a este.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé si éste te atrapará si no lo han hecho los dos que nombras, Addi, pero prueba y me dices.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que nunca he oído este disco, Gonzalo pero esos extractos me inducen a querer catarlo. Abrazo.
ResponderEliminarSé que eres fan de Los Enemigos, así que no te decepcionará.
ResponderEliminarUn abrazo, Johnny.
Por algún tipo de razón perdida que andará flotando por la estratosfera este es mi segundo Enemigos favorito (quizá por la épica de las circunstancias en contra de como fuera concebido, la frescura que siempre le encuentro o, sencillamente, porque lo escuché en el momento que "tocaba"... a saber). Como ya mencionas no es "La vida mata" pero, coincido, la reivindicación se estima siempre necesaria y bienvenida con el "Sursum corda".
ResponderEliminarAbrazo Gonzalo.
No lo tengo yo tan arriba, Guzz, pero te entiendo de sobra. Qué grandes que fueron/son Los Enemigos.
ResponderEliminarUn abrazo.