en un empleo insoportable
por ochocientos euros (con suerte).
Hazlo en un cuartucho
en el que han metido diez ordenadores
porque no hay sitio en la oficina.
Come apiñado en un cocina pequeña
—de pie si no has llegado a tiempo—
que es la mitad del despacho del jefe.
Ve limpito y aseado,
evitando llevar pantalones vaqueros
o una camiseta demasiado chillona
Haz horas extras por la cara,
mientras miras al suelo avergonzado
dando gracias porque no te pagan
parte de la nómina en negro.
Y no preguntes por el comité de empresa.
No existe.
Realidades que se han impuesto, pero no pierdas la fe Gonzalo, recuperaremos el terreno, y si conseguimos que todos remen en la misma dirección no podemos dejar de vencer, siempre esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Ojalá pudiese ser optimista como Addi pero me temo que soy incapaz. Nada va a cambiar porque, desengañémonos, hay una importante mayoría de ciudadanos que realmente lo que desean es volver al statu quo del 2007. Y mientras la izquierda (¿hay alguien ahí?, ¿tenéis Plan B?) discutiendo si son galgos o podencos...
ResponderEliminar¡Salud (el que se la vaya a poder pagar) y República (ejem...)!
No pierdo la fe, Addi, con el poema reflejo esas realidades que dices. Ojalá sea como dices.
ResponderEliminarHas dado en el clavo, Agente. Mucha gente vivía muy bien multiplicando el precio de las casas y pagando hipotecas elefantiásicas para tener su adosado y su coche. Lo de la izquierda es como lo de "La vida de Brian", ya sabes, Frente Popular de Judea, debe de ser algo que va en nuestra naturaleza.
Salud, República y abrazos, compañeros.
Bufff, seguimos en esa miseria... que te voy a contar.
ResponderEliminarAbrazos.
Cuidando a una anciana de 89 años 24 horas al día de Lunes a Domingo. 800 euros en B. Y a callar porque he estado en peor situación.
ResponderEliminarClaro, Savoy, sabes de lo que hablo.
ResponderEliminarMuy triste y lamentable, Txibis.
Abrazos.